miércoles, 22 de febrero de 2012

Poco tiempo y mucha pereza

Me costó mucho decidirme a escribir un blog.
Me apetecía contar y compartir experiencias, tener por escrito lo que pienso y siento en esta etapa tan importante de mi vida, pero no quería tener otra obligación a la que no poder atender.
Cuando por fin me decidí a escribirlo tenía muy poco tiempo, aunque muchas ganas, y ahora me encuentro con que tengo menos tiempo todavía. No es una excusa, es el motivo principal, aunque no el único, por el que escribo tan poco. El otro motivo, creo que tan importante (o quizás más importante todavía) como la falta de tiempo, es la pereza. Cuanto menos escribo, más me cuesta hacerlo cuando me pongo a ello; más me cuesta encontrar las palabras, el momento, y el ritmo que necesito para hacerlo. Y al final todo es falta de práctica.
Y por si fuera poco y me diera poca pereza ponerme a escribir, cuando me pongo a ello me encuentro con que tengo que instalarme Google Chrome porque mi navegador ya no es compatible con Blogger. Que como no tengo tiempo suficiente para estar frente al ordenador, no tengo narices de averiguar cómo centrar la imagen de cabecera que tengo en el blog. Y para colmo, como no estoy acostumbrada al nuevo aspecto de Blogger, ni me gusta ni me aclaro con él.

Pero bueno, aunque he empezado quejándome, tengo que reconocer que no todo es malo, ni mucho menos.
En casa estamos todos bien de salud, nos queremos y somos felices. Disfrutamos del tiempo que pasamos juntos y cada día está lleno de juegos y de risas, aunque a veces también de estrés y llantos.

Espero que esto sea el principio de algo que ya empezó hace tiempo, que pueda dejar la pereza de lado y arañar un poquito de aquí y otro poquito de allá para poder escribir más a menudo.