viernes, 31 de agosto de 2018

Las formas te quitan la razón

Me ha gustado tanto el post como los comentarios que ha generado.

http://www.cosasqmepasan.com/2018/08/ser-educado-no-compensa.html

Me gustan esas cosas a las que llegas después de haber dado vueltas, de una cosa a la otra, clicando aquí y allá, cotilleando. Tanto, que cuando quieres volver al principio te das cuenta de que no sabes donde empezaste.
Hace tiempo que no sigo blogs en plan estar pendiente de lo que publican para leerlos y estar al día. Más por no tener tiempo, y porque me olvido. Pero bueno, sí que hacía tiempo que no encontraba uno que, como este, lo descubro por casualidad, le echo un ojo, y todo lo que leo por encima para confirmar si me interesa o no, me gusta. Mi primera valoración es sin haber profundizado demasiado, pero lo que he visto promete: está bien escrito, me gusta el estilo, me río sin darme cuenta, y los temas me interesan.
El blog se llama "Cosas que (me) pasan...", y ya estoy impaciente por poder aprovechar el tiempo esos ratos tontos en los que me siento en el ordenador y no sé qué hacer.

A lo que iba. Me ha gustado mucho la entrada que he mencionado al principio, pero me he sentido casi más identificada con algunos de los comentarios.
A mí me preocupan mucho las formas, en el sentido de que creo que se pueden decir las cosas "pero en bien". Uno de los comentarios hacen referencia a eso: "A mí sí me sirve lo de combatir la mala educación con lo que parece buena educación. Que a veces me cagonsuputamadre, pero en bien". Yo soy más de actuar así, y eso que casi nunca llego a cagarme en la madre de nadie. 

Parte de otro comentario que me ha gustado es este: "No hay que dejar que nos avasallen. Se puede ser asertivo y educado, y decir lo que pensamos con seguridad, firmeza y sin faltar a nadie. Para poner a alguien en su sitio no hay que insultar ni gritar ni ponerse a su altura". Me gustaría que de verdad fuera así, que la buena educación fuera más que suficiente para poner a alguien en su sitio.

Otro: "Ser educado siempre compensa, sobre todo, sin perder los papeles ni insultar, que es cuando se entra en el terreno personal. Dicen que las faltas de respeto se dan en público pero se corrigen en privado. Me parece una decisión acertada. En las distancias cortas es en donde se mueven  mejor las personas educadas". Hay muchos que no se merecen que los pongas en su sitio en privado. Se merecen que los dejes en ridículo delante de cuanto más público, mejor.

Y el último: "Créeme, tengo experiencia en el trato con faltones/impresentables" y no, no se callan, gritan más y atacan de forma personal o como sea. Simplemente funcionan así, como bien dices, porque durante años les ha funcionado, pero ya no tienen remedio, quizás al principio se callen por la sorpresa, pero volverán a la carga con virulencia en la siguiente ocasión. Lamentablemente". Evito lo máximo posible cualquier tipo de enfrentamiento, tanto que no sé si soy extremadamente prudente o simplemente cobarde. El caso es que no puedo evitar pensar a donde me va a llevar ponerme a la altura de la otra persona, si va a volver con más energía y más mala leche, y vamos a entrar en un tú me das yo te la devuelvo sin sentido.

martes, 28 de agosto de 2018

Mentiras inconscientes

"-¡Wallander - respondió.
 -Espero no haberte despertado.
 -No, estaba despierto.
«¿Por qué mentimos?», se preguntó. «¿Por qué no le habré dicho la verdad? ¿Que lo que más deseo en estos momentos es volver al sueño para dar alcance a la imagen huidiza de una mujer desnuda?»".

Creo que en toda la saga Wallander solo en una ocasión el inspector reconoce que lo han despertado.

¿Por qué esas mentiras inconscientes?
Yo también tengo alguna de ellas: las pronuncio mientras mi mente me pregunta el por qué de no decir la verdad. Y siempre me respondo lo mismo: "No lo sé".
Mi boca es más rápida que mi cabeza, y aunque con los años he conseguido pensar antes de hablar en estas situaciones, aun así, he mentido.
Es inexplicable, lo sé, pero no puedo evitarlo.
O bueno, sí puedo, pero me cuesta mucho. En algunas ocasiones se desencadena una pelea entre la boca y el cerebro que me hace ser más lenta con la respuesta, y al final gana quien más arriba está.

jueves, 23 de agosto de 2018

"Me acordé de ti"

Se han acordado de mí. Se agradece. Y que te lo digan, también.

Me hace sentir especial, importante, que alguien se acuerde de mí en un momento en el que se encuentra bien, a gusto. Y valoro y agradezco que me lo haga saber.

Es un detalle, una frase corta que te alegra y reconforta. Por eso hay que tener presente que si nos gusta oír ese tipo de cosas también podemos ser nosotros los que hagamos sentir así a otros.
Siempre nos recordará alguien, siempre recordaremos a alguien, en un momento dado. Y aunque unos nos tenemos que esforzar más que otros para poder decir un simple: "me acordé de ti", todos tenemos que intentarlo, hasta conseguirlo.

viernes, 3 de agosto de 2018

Y llegó la próxima

Y llegó la próxima, y fue una mierda. 
Justo una semana después, y por esas cosas que nunca pasan, pero el día que lo hacen quedan todas juntas para joderte el día, llegamos tarde. Ni tanatorio, ni misa, ni entierro: llegamos cuando estaban cerrando el cementerio, así que lo único que pudimos hacer fue dejarnos ver.

Y oye, si quieres ser bueno lo único que tienes que hacer es morirte. Y no digo que tú no lo hayas sido, ni mucho menos, pero la ocasión me ha recordado cómo hay quien se ha convertido en santo en cuanto se ha muerto, aunque en vida haya sido un hijo de puta.
Y como una cosa lleva a otra, al final la culpa es nuestra, de las mujeres. Porque si quieres insultar a alguien por lo malo que es, o por lo que hace, siempre recurrimos a llamar puta a su madre. ¿Y qué hay de malo en ser puta? Peor es ser asesino, ladrón, estafador, mala persona, violador... pero no, siempre puta, siempre mujer.

Me he ido del tema.
Todo pasa, la vida también.
Y yo que estaba tan preocupada por cómo iba a llevar los momentos de lágrimas y abrazos, los lamentos y lamentaciones, cómo iba a poder mostrar mis condolencias sin ser tan dramática como los demás... y no tuve oportunidad de encontrarme en la situación. ¿Para qué hacer planes entonces? ¿Para qué preocuparse por algo que no ha pasado, que no sabemos si pasará? Lo que tenga que ser, será.

El miedo también vende

El miedo es muy poderoso, te puede transformar: puedes actuar como un cobarde, o como un valiente, cuando tienes mucho miedo. Y tomar decisiones condicionada por él, sin darte cuenta.

Hace semanas que escucho por la radio una campaña de publicidad de una conocida marca de alarmas, y aunque al principio no me llamó la atención, al cabo de los días me di cuenta de que ponían esos anuncios muy a menudo, y que te dejaban mal cuerpo, y una ligera sensación de miedo.
Primero estaban en la "línea de la precaución o la previsión". El anuncio representaba una situación en la que alguien se quería poner alarma en casa porque su vecino ya se la había puesto, y claro, no querían ser los únicos sin alarma, porque seguro que entrarían a robar en su casa si todos la tenían y ellos no.
Hace poco, coincidiendo casualmente con plena época de vacaciones, ya han pasado al siguiente nivel, al de "seguro que te puede pasar". Ahora lo que se escenifica es el momento en el que ya han entrado a robar al vecino, por eso se ha ido antes de la reunión, porque le ha llamado la policía. O a quien le vamos a pedir que compruebe nuestra casa si los únicos que tienen llave son mis padres, y también están de vacaciones...
Pero bueno, pensándolo bien, se puede ir más allá. La próxima situación a representar puede ser la del arrepentido propietario que no puso alarma y le han entrado a robar. Y claro, ahora se la pone, porque no quiere que le vuelvan a robar.

El caso es que sí, que es fácil "meter el miedo en el cuerpo", poco a poco, y sin darnos cuenta.
Nosotros, por ejemplo, no siempre hemos dormido con la puerta cerrada con llave, y la llave puesta en la cerradura. Un día haces el descubrimiento, gracias a las noticias, de que no es tan fácil entrar por la noche en tu casa, mientras estás durmiendo, y en lo primero que piensas es en tus hijos.

Y si hay que utilizar el miedo para vender alarmas, pues se utiliza. Total, nadie te está obligando a comprarla, y de paso estás protegido.
Pero ¿a cuántas cosas no le tendremos miedo sin un motivo justificado?¿sin haber vivido una mala experiencia previamente?