domingo, 14 de octubre de 2018

Esos libros

Hay libros, y momentos en los que leerlos.
Eso me ha pasado con el que acabo de terminar, "Por encima de la lluvia", de Víctor del Árbol.

Me ha gustado mucho el libro, como todos los que he leído de este autor, la verdad. Pero tengo claro que lo que más me ha llamado la atención, lo que más me ha dejado huella, es un tema que hace años hubiera quedado en segundo plano, o que ni siquiera me hubiera fijado en él: la vejez. Ese ir terminando, ese perder lo que se ha ganado durante toda la vida para volver a depender, dejar de ser tenido en cuenta. No es que la vida vaya muy rápido para la gente mayor, es que se deja de tener velocidad, destreza, capacidad... triste.
Cómo la enfermedad hace perder el dominio de la mente, del cuerpo. Darte cuenta de lo que te está pasando y no poder hacer nada para frenarlo. Esforzarse en aceptar que es eso a lo que nos tenemos que hacer en este momento, que será nuestra realidad, que es ir alejándose de lo que somos, ir dejando lo que hemos sido para simplemente, dejar de ser.
Ya se está al final, así que todo lo que había antes es simplemente pasado. Un pasado que quizás nos deje irnos en paz, quizás no.
Pero ¿y si olvidas? ¿Y si la enfermedad te hace perder todo, hasta los recuerdos, lo único que se supone nuestro?
Entiendo que a cierta edad se esté "de vuelta de todo". A saber lo que ha vivido esa persona que nos puede parecer cascarrabias y amargada de la vida. ¿Cuántos años es soportable un estilo de vida? No todo el mundo tiene el mismo talante ni la misma manera de tomarse las cosas. 
Por otro lado, tiene que ser duro perder, dejar de ser, depender, ser consciente cada día que te acercas al final, que se acaba el tiempo y no has hecho todo lo que tenías pensado, o simplemente no haber hecho más cosas.
Supongo que también habrá gente que espere el final como una liberación, dejar de sufrir, dejar de estar solo, dejar de estar... simplemente.

Cada uno tiene una opinión y una percepción diferente de la misma historia, y la mía está muy marcada por cómo me siento en estos momentos: y he tenido momentos mejores.
Así que dejando de lado este tema del libro que tanto me ha dado qué pensar, diré que me ha gustado mucho cómo los personajes, en un principio tan lejanos entre sí, están unidos por actos de los que ellos ni siquiera son responsables. Cómo las consecuencias de los actos de unas personas pueden marcar, y condicionar, la vida de los que vienen después.
El tiempo, a veces, nos ayuda a aceptar los actos de los demás, aunque no por eso a entenderlos, a aprobarlos. Pero es verdad que hay que ponerse los zapatos del otro, caminar su camino, antes de juzgarlo. Y quizás aún así no hubiéramos actuado igual, pero nunca se sabe.