lunes, 28 de noviembre de 2022

Lágrimas de cocodrilo y diamantes

Imagen de Internet
 
 
En el momento en el que escribo estas líneas los nombres que rondan por mi mente son los de Sakira y Piqué, Risto Mejide, Tamara Falcó y los ex de estos dos últimos.
Si mi organización se mantiene esta entrada se publicará dentro de un mes (sí, así de trabajadora e inspirada he estado). Esto lo digo porque igual para cuando leáis estas líneas la vida de estos personajes públicos ha vuelto a cambiar y ya no tiene sentido lo que quiero comentar.
 
Por una parte —y si me pongo en la piel de ciertas personas— creo que tiene que ser una putada eso de que todo el mundo conozca tu vida y opine sobre ti, tu familia, tu vida personal y hasta hacia qué lado te haces la raya en el pelo. Pero por otra, qué queréis que os diga, yo creo que las penas se llevan mejor con los bolsillos llenos.
Que sí, que también lo pasarán mal y esas cosas, pero mientras la mayoría lloramos nuestras penas en casa y las ahogamos comiendo cosas buenísimas pero nada saludables, otros comparten sus desgracias con todo aquel que le pague por sus lágrimas.

jueves, 24 de noviembre de 2022

No tuve dudas


Ilustración de Carmen Suya (@carmensuya). Instagram

Me dio a elegir.
—¡Los libros o yo!
Ahora tengo que comprar más libros para llenar el espacio vacío que han dejado sus cosas.

Mi Otra Yo

lunes, 21 de noviembre de 2022

¿Se puede?

 
Imagen de Internet
 
¿Se puede amar lo propio sin odiar lo ajeno?
Pienso en algo muy concreto a la hora de hacer la pregunta.
Amo el castellano, pero no odio el valenciano, inglés, alemán, coreano, árabe, francés o cualquier otro. Unos me gustarán más, otros menos, pero no los odio. Entiendo que cada uno ame su idioma, aunque no hablemos el mismo.
Creo que todos deberíamos de hacer un esfuerzo por enseñar a los demás por qué amamos el nuestro; por qué nos parece bonito y original; por qué creemos que tiene palabras preciosas y melólicas, fuertes y rotundas. Quizás así conseguiríamos que más gente quisiera aprenderlo, o por lo menos lo intentara, en vez de rechazarlo porque sí.
Creo que a todos nos gustaría que quien viniera a nuestra tierra tuviera el interés de conocerlo, entenderlo y apreciarlo. Como a ellos les gustaría que hiciéramos lo mismo si fuéramos a su tierra. Ya no entro en los motivos que cada uno tenga para no poder aprenderlo, otra cosa es si no quiere hacerlo.
Creo que no estamos obligados a que nos gusten otros idiomas, pero sí a respetarlos, como nos gustaría que hicieran con el nuestro.
Estoy segura de que hasta aquí todos estamos de acuerdo. También estoy segura de que me puedo equivocar. 
Si tuviéramos más interés por abrirnos y entender dónde estamos en cada momento podríamos cambiar el disgusto de sentir que nos imponen algo por la satisfacción de haberlo aprendido.

Quizás no se pueda conseguir, pero sí se puede intentar. Y lo que es seguro, en el proceso aprenderemos algo.
 

jueves, 17 de noviembre de 2022

Personas desaparecidas

 

Me pregunto qué pasa con los carteles que empapelan una ciudad, un pueblo o un barrio cuando alguien desaparece. Si, cuando se resuelve el misterio vuelven a hacer el mismo recorrido y los retiran todos o se quedan como recordatorio, ya sea de un final feliz o no.

lunes, 14 de noviembre de 2022

Lo importante


Ilustración de Sam Yang (samdoesarts). Instagram

Hace casi un año que dejé de tomar algunos lácteos porque no le sentaban bien a mi cuerpo. Últimamente me he atrevido a probarlos otra vez, en pequeñas cantidades y sin repetir en el mismo día. De momento los tolero, así que estoy contenta. Tuve que dejar de tomar alimentos que me gustaban mucho, algunos asociados a momentos importantes del día para mí. No era el fin del mundo, aunque creo recordar que en aquel momento es lo que me pareció.
Como dejé de sentir ese malestar constante al que me había acostumbrado empecé a encontrarme mejor, supongo que eso me compensó el sacrificio (suena exagerado, lo sé). Entonces ¿por qué he vuelto a tomarlos otra vez? Os podéis preguntar. ¿Vosotros nunca habéis hecho algo sin saber por qué? Os pregunto yo.

Cuando empecé a escribir esta entrada no tenía nada que ver con lo que ha terminado siendo, pero me ha salido así. Ha sido un poco como son algunos días, en los que te levantas con ciertos planes en la mente y después nada sale como tenías previsto, aunque al final te gusta más el resultado —o al menos ha sido más fluido— que lo que habías planeado.
El título del post era adecuado para lo que tenía pensado escribir: lo realmente importante de poder decir que hace casi un año que he dejado de tomar ciertos lácteos es poder medir el tiempo que hace que algunas personas siguen en mi vida. 
¿Y la ilustración? Porque siempre he querido utilizarla y creo que tiene incluso más sentido ahora, tal y como ha quedado el post, que con lo que tenía pensabo haber escrito en un principio.
Lo importante para nosotros no tendrá explicación para los demás, y a veces ni para nosotros mismos, pero así lo sentimos. Como el momento en el que empieza a llover y  reconoces el aroma a petricor. Cuando el picor de la nariz y los pulmones henchidos no te dejan sentir nada más pero eres totalmente consciente de tu cuerpo.

jueves, 10 de noviembre de 2022

Amante desagradecida

 
Ilustración de sii.hyun_ (sihyun). Instagram

Me voy, pero nunca te abandono. Tengo la seguridad de que cada vez que vuelva me acogerás con los brazos abiertos, cubriéndome de las palabras que quiero escuchar. También tengo miedo de alejarme lo suficiente como para perder de vista el camino de vuelta. Pero no, esto es imposible.
Incluso cuando no estoy te tengo presente, siento la certeza de que estás ahí, y eso mismo es lo que hace que me pueda alejar un poco más, durante más tiempo. Al final siempre vuelvo, lo sabes y por eso me miras con desdén desde todos los rincones de mi casa. 
Cuando escucho los cantos de sirena que provienen de tus páginas sé que es el momento de regesar, de recuperar momentos y crear otros. Tú eres lo único que nunca cambia y, sin embargo, siempre tiene algo nuevo que mostrarme.
He vuelto, aunque ambos sabemos que en algún momento necesitaré un descanso, pero no me preocupa porque tarde o temprano seguiremos donde lo dejamos. Como siempre.

lunes, 7 de noviembre de 2022

Hija única

  
Imagen de Internet
 
Seon-gyeong es una psicóloga forense a la que se le presenta la oportunidad de entrevistarse con el asesino en serie Lee Byeong-do. Casi al mismo tiempo y a causa de un incendio un tanto extraño, va a vivir con ella y su marido la hija del primer matrimonio de este.
La convivencia con la niña es difícil desde el primer día y descubrir que su marido no le había contado toda la verdad sobre su anterior familia no ayuda a que Seon-gyeong pueda centrarse ni en el trabajo ni en encontrar la forma de que la niña la acepte.
 
La novela me ha gustado, pero había oído hablar tan bien de ella que me esperaba más. Está bien escrita y te mantiene atenta a la trama, pero siento como si le faltaran cosas y le sobraran otras. Cosas que no puedo comentar sin hacer spoiler, así que mejor no digo nada más.
Lo que más me ha gustado es lo inesperado del final y cómo ha ido atando cabos y descubriendo detalles que en un principio no me habían parecido importantes para la historia.
 
 
Algo que me sorprendió mucho cuando empecé a ver dramas y leer libros coreanos es lo normal que parece en esa cultura el que uno de los progenitores abandone a la familia —y se desentienda totalmente— para iniciar una nueva vida.
Ya me he acostumbrado a esa situación, pero sigo sin entenderla.
 
«Él se sentía mal por su hija, pero no podía más que reconocer que durante los últimos meses no había pensado en ella en absoluto. En realidad, su conducta respecto  a la niña fue siempre la misma, aun cuando vivían juntos. No era que no la quisiera, simplemente que siempre tenía mucho trabajo en el hospital y al regresar a casa solía caer muerto en la cama sin tiempo ni ganas de pasar un rato con su hija. Incluso viviendo en la misma casa, solía verla cada dos o tres días y jugar con ella solo de vez en cuando».
 
 Todos sabemos cuánto puede marcar la figura de una madre en nuestras vidas.

 «Sí. El primer recuerdo que tengo desde mi nacimiento es aquel pataleo por el dolor agudo que sentía, debajo de la almohada con la que mi madre me aplastaba. Te imaginarás cómo ha sido mi vida desde entonces, ¿no?».
«Una hija se contagia de todo el sufrimiento y la desesperación de su madre. Y por mucho que la hubiera empujado y le hubiese roto la pierna, veía la situación desde la perspectiva de su madre, a quien consideraba más débil».

Hacía mucho tiempo que no leía un thriller, y la verdad que los autores que me vienen a la mente sin pensar demasiado dejaron el listón muy alto: Henning Mankell, Camilla Läckberg, César Pérez Gellida, María Dolores Redondo... Mientras escribo sus nombres me surge la duda de si escriben novela negra o thriller, porque sé que son diferentes géneros pero si lo pienso no tengo muy claro cuáles son sus diferencias.
Lo he buscado en Internet y he encontrado un vídeo que ha resuelto mis dudas, os lo dejo a continuación por si a alguien le pasaba como a mí.
 

 
Aun con lo que he dicho más arriba de que me esperaba más, os recomiendo la lectura de esta novela, ahora depende de vosotros. Por suerte es una elección sin consecuencias drásticas.
 
«Nadie nace porque quiere, pero vivir o dejar de hacerlo es algo que depende de la voluntad de cada uno».


jueves, 3 de noviembre de 2022

No será hoy

 
Ilustración de Pascal Campion (pascalcampionart). Instagram
 
La silla no es lo suficientemente alta
y el cable no parece lo suficientemente fuerte.
Mejor lo dejo para otro día. 
 
Mi Otra Yo