miércoles, 16 de diciembre de 2020

Horizonte de luces

Desde que cambiaron la hora cuando salgo por las mañanas a correr todo lo que veo es oscuridad. Antes, justo antes de llegar a casa, me daba tiempo de ver un poco el amanecer, y es una visión que se agradece, incluso cuando amanece nublado.
Pero lo cierto es que no todo es oscuridad, aunque me costó un tiempo darme cuenta.
Miraba siempre al frente, al suelo, a las casas y los hoteles por los que pasaba, porque ¿para qué mirar el mar si está todo oscuro?
Pero no, no está todo oscuro.
Es una imagen simple, sencilla, y por eso sorprendente y bonita. En esa negrura espesa que hay entre la luz del faro verde de mi ciudad y la luz blanca del faro de la ciudad vecina, podría dibujar con un lápiz la línea del horizonte siguiendo las luces blancas de los barcos que están pescando. A diferentes distancias, unas más intensas que otras, las luces dejan seguir una línea recta que marca el límite entre lo que puedo ver y lo que tengo que imaginar.

domingo, 13 de diciembre de 2020

Normal

Creo que desde que nada es normal se utiliza la palabra normalidad más que nunca.
Adaptarse, acostumbrarse o resignarse no es lo mismo ¿o sí que lo es? Cualquiera de estas tres actitudes pueden verse igual desde fuera, pero si nos fijamos bien son muy diferentes entre si. Por supuesto, todo depende de la persona que adopta tal actitud.
Por otro lado uno también puede rebelarse, resistirse o negarse como se supone que tienen que ser las cosas. Esta opción también requiere un esfuerzo y como la anterior, depende de la persona que la ejecuta.

De todas formas, y aunque las cosas han empeorado (hay momentos en los que pienso que no todas lo han hecho), ¿qué era lo normal?  
Nos acostumbramos a una situación, unas circunstancias, y las damos por normales porque es lo vivimos cada día, pero algunas distan mucho de lo que debería de ser normal.

Mi Otra Yo

jueves, 10 de diciembre de 2020

La botella de vino

Hoy mi vecino, en pago a un favor que le hemos hecho, nos ha regalado una botella de vino que tenía en su despacho.
Por curiosidad, y porque sabemos que juega en una liga diferente a la nuestra, hemos buscado su precio en internet.
La botella cuesta 21 euros.
No sé si venderla o bebérmela.
Venderla estaría mal, sería desagradecido, y ese dinero no me saca de pobre. 
Por otro lado, y aunque mi paladar no sepa apreciarlo, no sé si volveré a tener la oportunidad de beber un vino tan bueno. Porque doy por sentado que con lo que cuesta, tiene que serlo.



domingo, 6 de diciembre de 2020

Train to Busan

Ya puedo comparar entre Train to BusanAlive: me quedo con la primera.

Imagen de Internet


¿Puede haber algo más angustiante que ser perseguido por unos zombis? Sí, que te persigan en un tren.
Creo que no hay mucho más que decir, la verdad, porque al final todo se resume en lo mismo: aparece un primer infectado de no se sabe dónde y en unos minutos la película está llena de zombis que corren que se las pelan.

Voy a dejar las películas de zombis aparcadas durante un tiempo, ya he tenido suficiente por ahora. Aun así aumento mi lista de pendientes con Kingdom, una serie surcoreana de la que he leído muy buenas críticas.

Como detalle os dejo un vídeo de otro drama en el que aparece Gong Yoo, protagonista de Train to Busan. Tiene su gracia.