Estas fiestas del Pilar hemos estado en Zaragoza y hemos aprovechado para ir de compras: ropa y libros. Todas compras necesarias.
Al llegar al centro comercial lo primero que nos encontramos nada más salir de las escaleras mecánicas es una librería. Nos podéis imaginar a mi pequeño y a mí atraídos hacia ella como los insectos hacia la luz. Hacía tanto que no íbamos a una librería grande, con tanto para mirar y para tocar...
Os parecerá una tontería, pero os juro que sentía mariposas en el estómago. Estaba emocionada y todo. Y ahí andaba yo con ese pensamiento que me parecía ridículo hasta que se acerca mi pequeño y me dice en voz baja:
- «Mamá, ¿no estás emocionada? Yo sí».
Creo que me he enocionado hasta yo sabiendo que aun queda gente a la que le motiva tanto una librería. Yo paso casi siempre que voy a trabajar por un par de grandes librerías del centro de Barcelona. Como las novedades son eso, cosas que no estaban antes, nunca me canso. Siempre me dejo unos minutos previos para curiosear, comprar o anotar futuras adquisiciones. Besos
ResponderEliminarNosotros también apuntamos futuras compras y después buscamos información en internet para saber si nos pueden interesar o no. A veces nos compraríamos un libro solo por la portada o el título, y así no puede ser 😂
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Yo también me he emocionado. Creo que el primer sitio al que fui cuando se terminó el estado de alarma el año pasado fue a una librería. Cada una tiene sus vicios, jajaja.
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Compartimos vicio entonces 😉
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Hasta yo me he emocionado leyendo esta entrada!
ResponderEliminarBesos de lunes
Mira que con mi pequeño es con el que más «discuto» porque somos muy parecidos, y por eso mismo es el que más me entiende en el tema de los libros. No es la primera vez que me sorprende en este aspecto descubriendo que siente lo mismo que yo.
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Que lindo, lo mejor no fue la librería sino ese pequeño, y su susurro. Un besote y feliz día.
ResponderEliminarFue un momento precioso Campirela.
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Te entiendo perfectamente.
ResponderEliminarMe alegro 😊
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Mis hijos leían sin parar. Un beso
ResponderEliminar¡Y qué bonito es!
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Yo os entiendo a tu hijo y a ti, supongo que te lo imaginas. Es una maravilla verse rodeada de libros, con sus carátulas invitadoras y sus historias por descubrir... qué maravilla esa sensación!
ResponderEliminarBesossss
Es maravilloso Rosana. Solo a quienes nos gustan tanto los libros sabemos cuánto se disfruta aunque sea solo observándolos en una estantería, o acariciándolos.
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pensasteis lo mismo, eso es telepatía! :) una de mis escenas cotidianas favoritas, es ver a uno o varios niños/as en una librería, acompañados por su madre, quien les ayuda a elegir la mejor lectura.
ResponderEliminarhoy día es fundamental que los niños lean, tienen demasiada saturación de otras cosas...
besos!
Tienen tanta estimulación que entiendo que vayan a lo «cómodo o lo llamativo», como puede ser un video juego. De hecho ya lo hacen lo suficientemente atractivo como para que los absorva.
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Es un placwr estar en una libreria!!!beso
ResponderEliminarEs como entrar a otro mundo, lleno de mundos infinitos.
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Hay tres lugares sagrados en la vida de uno: la casa en la que vives, el cementerio donde yacen tus seres queridos, y esa biblioteca que queda por descubrir. El brillo de tu entrada irradia que no todo está perdido.
ResponderEliminar«Esa biblioteca que queda por descubrir», me parece un título estupendo para un libro.
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Nada como compartir pasiones (sanas).
ResponderEliminarUn saludo.
Me ha gustado que especifiques lo de que las pasiones a compartir sean sanas.
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oh! que lindo 😍
ResponderEliminarBesitos.
Para comérselo Laura.
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Las librerías son un paraíso. Y las bibliotecas, que no se nos olvide.
ResponderEliminarBesos.
😆
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