miércoles, 13 de febrero de 2019

Es importante lo que te digas a ti misma

Y cómo te lo digas, por supuesto.

Tenemos que hablar más con nosotros mismos, darnos ánimos cuando creemos que no podemos más, felicitarnos cuando lo conseguimos y recordarnos que quizás a la próxima, cuando no hemos conseguido lo que queríamos.
Somos nosotros los primeros que tenemos que creer en nosotros mismos, apoyarnos y reconocernos. Tener en cuenta nuestra opinión, ser jueces y amigos a la vez.

Me parecía una tontería, pero lo probé, y no sienta mal animarse a una misma. 
Por lo que sea, por lo que cada una necesite, por esos pequeños logros que no nos parece de mencionar si quiera, incluso por esas contenciones por las que sabemos que si nos hubiéramos dejado llevar habría sido peor.
Y tampoco hay que pasarse, no es cuestión de cantarse "qué guapa soy, qué bien lo hago, qué tipo tengo". Porque también hay que forzarse un poco, dar ese pequeño empujón que a veces nos falta para no quedarse sentada, quejándose e imaginando lo que pasaría si...
Porque si puedo levantarme cinco días a la semana a las cinco y media para ir al gimnasio, no pasa nada si son cuatro, pero mejor ver los beneficios que me produce lo que conlleva el madrugón. Mejor tres series en vez de dos, y quince repeticiones en vez de doce, y aunque no pasa nada si realmente algún día no puedo, no dejar de intentarlo al siguiente.

Quizás no sea tanto la manera en la que una se motiva (por supuesto que la manera es importante, en ningún caso me refiero a cosas peligrosas o ilegales), sino motivarse. Cuidarse y animarse, tenerse en cuenta a una misma, reconocerse y ayudarse a estar bien. Querer estar bien por una misma, principalmente, porque ese es el primer paso para que lo que nos rodea también esté bien.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Me interesa lo que piensas.