martes, 23 de abril de 2019

Los hijos son de las madres


Los hijos, la casa, los médicos de los niños, los papeleos, la compra... Bueno, quizás no tanto, ni en todas las casas, pero sí en la mayoría.
Se suele decir que todos los hombres (y las mujeres) son iguales, y después, como para arreglarlo, que no se puede generalizar. Quizás si cambiamos el "todos" por "casi todos" suene mejor. Aún así una cosa es cómo suena y otra muy diferente lo que es en realidad.

Hablando con amigas siempre he podido comprobar que nuestros novios/maridos/parejas son muy parecidos, tienen muchas cosas en común (me imagino que ellos llegan a la misma conclusión cuando hablan de nosotras). El caso es que cuando se convierten en padres la cosa no cambia demasiado y en nuestras conversaciones de terapia/desahogo podemos comprobar que "casi todos cojean del mismo pie".

Hasta cierto punto lo veo normal. Si soy yo la que le doy el pecho al bebé y necesito una recuperación después del parto y el embarazo, normal que él "pueda" seguir saliendo los fines de semana por la mañana temprano a almorzar, a hacer sus rutas con bici, o lo que sea que hiciera antes de convertirse en padre.

No es así en todas las familias, ni mucho menos.
Es normal e inevitable que la vida de quien más cambie sea la de la madre, al menos al principio, sobre todo físicamente.
No hay nada de malo en que sea lo normal, sí que lo hay en que se alargue en el tiempo, en que cuando ya sea otra persona la que se pueda quedar con los hijos lo siga haciendo la madre, porque sí, porque es lo normal, lo que se ha hecho siempre, porque nos toca.
No es normal, ni está bien, que en los casos en los que la madre quiera recuperar su vida (que nunca podrá, porque ya no será la misma, ni ella ni su vida), en los que sea ella la que sale a la calle sola, o con amigas, o en los que haga lo que suele hacer el padre, se critique, se señale y se juzgue, porque eso no lo hacen las (buenas) madres, pero es normal y natural que lo hagan los padres.

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