lunes, 7 de marzo de 2022

Por favor cuida de mamá


Imagen de Internet


No es hasta que Park So-nyo desaparece en la estación central de Seúl que su marido y sus hijos descubren que además de esposa y madre es mujer y persona.
Parece que precisamente su ausencia les hace sentirla más que nunca, que todo lo que ha hecho hasta ahora es más evidente en este momento, cuando no puede hacerlo.
«Antes de que la perdieras de vista en la estación de metro de Seúl, tu mujer solo había sido para ti la madre de tus hijos. Hasta que te diste cuenta de que quizás ya no volverías a verla, era como un árbol firme... un árbol que no desaparecería hasta que no lo talaran o arrancaran. Después de que la madre de tus hijos despareciera, comprendiste que era tu mujer quien había desaparecido. Tu mujer, a quien habías olvidado durante cincuenta años, estaba presente en tu corazón.  Solo después de que desapareciera se hizo tangible para ti, como si pudieras alargar una mano y tocarla».

A lo largo de la novela, mientras la buscan, podemos conocer a la esposa y madre que ha sido.
«Porque yo también tengo una vida. Cuando comprendí esto sobre mí misma, me pregunté cómo consiguió mamá hacer lo que hizo y descubrí que en realidad no la conocía. Por mucho que digamos que las circunstancias la obligaron a pensar solo en nosotros, ¿cómo hemos podido pensar en mamá como mamá toda su vida?».
«Si yo no puedo vivir como mamá, ¿qué me hace pensar que ella quería vivir así? ¿Por qué nunca se me ocurrió pensarlo cuando estaba entre nosotros? Aunque soy su hija, nunca se me pasó por la cabeza lo sola que debía de sentirse. Qué injusto es que sacrificara todo por nosotros y que ninguno la entendiéramos».

Pero no es hasta casi el final del libro que descubrimos que es alguien más, alguien que existía mientras su familia no la veía más que como madre y esposa.
Son estas palabras las que nos descubren a una Park So-nyo mujer.
«Por fin voy a soltarte. Tú fuiste mi secreto. Estuviste en mi vida, una presencia que nadie que me conoce imaginaría. Y aunque nadie sabía que estabas en mi vida, fuiste la persona que me ofreció una balsa en cada rápido y me ayudó a salir ilesa de la corriente. Me alegraba que estuvieras allí. He venido a decirte que fui capaz de vivir mi vida porque podía acudir a ti cuando estaba preocupada, no cuando me sentía feliz. 
Ahora tengo que irme».

Estoy convencida de que las relaciones familiares están idealizadas y de que hay tantas y tan diferentes como personas en este mundo. Aun así tengo que decir que me he visto identificada en este libro, como madre y como hija.
Muy bien escrito, tanto como para hacerte sentir un vacío en el pecho al terminarlo y darte cuenta de que algunas de las líneas que has leído podrías haberlas escrito tú.
 

29 comentarios:

  1. Suele pasar que reparamos en la validez de lo que hemos tenido, no cuando lo tenemos. Y ninguna o pocas veces preguntamos cómo se encuentra, de verdad, el de al lado.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tienes toda la razón Cabrónidas.
      Desatendemos lo cercano y nos preocupamos por cosas que ni conocemos.

      Besos.

      Eliminar
  2. En la cultura oriental es peor. Un beso

    ResponderEliminar
  3. Es una reflexión muy honda, que todos hemos sentido no solo cuando alguien falta pero sí especialmente en esos momentos. Me ha intrigado y ya he pedido el libro. Un saludo

    ResponderEliminar
  4. El resumen que nos has dejado desde luego tiene tintes de tenerla que leer, si o si.
    A veces nos olvidamos que las madres e hija son mujeres con sus carencias afectivas dentro del entorno familiar y lo encuentran de un modo aleatorio en otras esferas. Un besote y feliz semana.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Antes que madres o hijas, incluso mujeres, somos personas, si queremos hilar más fino.
      Es difícil tener presente que la persona que tenemos delante es algo más que la relación que mantiene con nosotros, nos cuesta imaginarla en otros ámbitos.

      Besos.

      Eliminar
  5. Triste que todavia se vea
    eso, y mas triste que una
    mujer sea malmirada por
    vivir sola , y a mi manera
    de ver, ese es el empoderamiento
    verdadero, no las chorradas que
    dicen
    Irene Montero y la actriz Leticia
    Dolera .

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Las mujeres son malmiradas por demasiadas cosas Orlando.

      Besos.

      Eliminar
    2. Se que en realidad hay
      mas cosas, solo hice
      un resumen .

      Eliminar
    3. Te he entendido Orlando, simplemente me estaba lamentado.
      Siento si mi comentario ha parecido cortante.

      Besos.

      Eliminar
    4. No tienes que sentir nada,

      al menos , nada malo ,un
      beso , que siempre se me
      olvida .

      Eliminar
    5. Jajaja, me gusta esa aclaración, la de que al menos no tengo que sentir nada malo.

      Se agradecen los besos.

      Eliminar
  6. Tras leer tu reseña he de decirte que me apetece leer el libro sí o sí.

    No soy madre, pero sí hija y en ocasiones, sobre todo cuando somos más jóvenes -con la edad te das cuenta lo equivocado que se estaba- pensamos que nuestra madre no ha sido niña, joven, mujer, que no tiene deseos, ilusiones, sueños, que su vida es esa: ser MADRE y estar a nuestro "servicio" y nada más alejado de la realidad.
    Y obvio eso es un error que con el paso de los años vamos viendo.


    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues más vale tarde que nunca Prozac.
      Darnos cuenta de que nuestra madre es algo más que eso nos ayuda no solo a entenderla a ella, también a nosotras mismas.

      Besos.

      Eliminar
  7. La portada es preciosa! En cuanto al argumento, es triste? Estoy en un momento que no me apetece leer nada triste, no podría con ello. No estoy mal como madre, pero dejo bastante que desear como hija, y no me apetece hacer nada por cambiarlo, que es peor.
    Bsss

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A mí me ha parecido triste Rosana, sobre todo por lo real y cierto que es, así que mejor que no lo leas si tu ánimo no es lo suficientemente bueno.

      «No estoy mal como madre, pero dejo bastante que desear como hija, y no me apetece hacer nada por cambiarlo, que es peor». Esta frase tuya me describe tanto que casi me asusta, pero son las palabras exactas.

      Besos.

      Eliminar
    2. Pues me alegra haber encontrado a alguien que se siente igual que yo! Sentirse comprendido ayuda un poco. ;)

      Eliminar
    3. Sí, sobre todo en algo que te hace sentir mal :(

      Besos.

      Eliminar
  8. Qué buena pinta... otra vez. Este me lo apunto, pero me voy a resistir a él un tiempo, que tengo que terminar las cosas pendientes. :D

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es frustrante y a la vez emocionante ver la lista de pendientes crecer 😆

      Besos.

      Eliminar
  9. De esa manera diferente de afrontar los problemas se puede aprender para hacerlo mejor o apreciar lo que ya hacemos bien.
    Si llegas a leerlo estoy segura de que te gustará.

    Besos.

    ResponderEliminar
  10. Respuestas
    1. Hola.
      Si te refieres a la imagen, es una fotografía de la portada del libro. Ya quisiera yo poder dibujar así.

      Besos.

      Eliminar
  11. Ah caray, desde el título se queda uno: "Whaaat?".

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí ¿verdad? Es de los títulos que advierten de que no lo leas si no estás seguro.

      Besos.

      Eliminar
  12. Tanto los extractos que incluyes como el argumento me ha hecho anotarlo automáticamente. Este lo leeré más pronto que tarde. Me gusta sobre todo con esa ruptura con la idealización de ciertos vínculos familiares. Estos libros sin miedo a contar la verdad son los que más nos llegan. Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estos libros duelen por ciertos y reales. Es como mirarse en un espejo y no poder dejar de mirar lo que nos desagrada de nosotros mismos.

      Besos.

      Eliminar

Me interesa lo que piensas.