jueves, 10 de enero de 2019

Personajes públicos

Está claro que cada uno muestra lo que quiere, y no tiene por qué ser verdad, claro. Tanto en la vida real como en las redes sociales.
Es estas últimas, por cierto, nada nos obliga a ver, seguir o aguantar a nadie que no nos guste o nos caiga bien, que no nos interese o simplemente alguien a quien no queramos dedicarle tiempo. No como en las relaciones reales, en las de carne y hueso, en las que tenemos que relacionarnos con vecinos, conocidos, compañeros de trabajo, familiares... con los que quizás quisiéramos no tener nada que ver.

Las redes sociales, internet, tiene cosas buenísimas, muchas, pero también otras muy malas. Para mí, una de ellas es que fomenta la cobardía. Te puedes esconder detrás de una pantalla y un teclado para insultar, acosar, menospreciar y herir a alguien a quien ni siquiera conoces. Alguien a quien no tienes obligación de ver o leer.
Sigo a muchas personas en Facebook o Instagram, personas que por un motivo u otro me interesan, pero no pierdo tiempo con gente que no me aporta nada, ni siquiera con famosos muy conocidos que no me gustan, y mucho menos les falto al respeto.
Cristina Pedroche, por ejemplo. No la sigo, pero es inevitable oír hablar de ella después de Noche Vieja, o toparte con artículos llenos de las críticas que recibe por cómo viste ese día.
Pues mira, cada día esta chica me cae mejor, porque hace lo que le da gana (y como ella lo dice, quiero creer que es cierto). ¿A mí qué más me da cómo vaya vestida? ¿Su forma de vestir es motivo para insultarla? ¿Es menos mujer por enseñar un cuerpo que cuida y del que está orgullosa? ¿Es una mujer objeto por tener un físico deseable?
Y no creo que lo que ella hace esté mal, quienes están mal son los que se dedican a tirar mierda encima de los demás, vete tú a saber porqué motivo.
Recuerdo otro ejemplo, el de una chica de las primeras ediciones de Operación Triunfo, que comparte su vida en redes sociales. Había gente que se dedicaba a decir en su perfil que su niña era fea... pues no lo entiendo, la verdad. Y no me sirve eso de que si eres un personaje público y vives de tu imagen te expones a eso. ¿En serio? ¿Ser famoso da derecho a los demás a insultarlos? Muy triste tiene que ser la vida de alguien para dedicarse a eso.
Y no digo que tengas que estar de acuerdo en cómo viven los demás su vida, en lo que exponen o no al resto del mundo, en que puedas pensar que un bebé es más o menos bonito, pero de ahí a faltar, hay un trecho muy largo.
¿Harían lo mismo si no estuvieran detrás de una pantalla, si tuvieran que dar la cara y enfrentarse en persona?

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