sábado, 19 de enero de 2019

Tres de tres

En estas dos últimas semanas he conseguido ir a tres eventos que me interesaban.
Estas cosas suelen hacerlas en horario de tarde, que es cuando estoy con los niños, y como mi marido nunca tiene hora fija de llegada a casa, la mayoría de veces tengo que dejar pasar la oportunidad porque no puedo ir.
Y quiero ir, pero no puedo, aunque ahora me estoy planteando si ese "quiero" no debe ir acompañado de un "quiero y hago todo lo posible", en vez de un "quiero pero no puedo".
Así que he tirado un poco de egoísmo, de adaptar los quehaceres de todos para que yo pudiera asistir a todo lo que he asistido estas dos semanas. Y aunque habrá días en los que no sea posible, en los que lo de los demás será verdaderamente más importante que lo mío, en esta ocasión, con un poco de implicación por parte de todos, ha sido posible.
Me voy a proponer que sea la primera de otras muchas veces, de dejar de lado los remordimientos por complicarles un poco el día, por no hacerlo todo tan cómodo que no se dan cuenta siquiera de cuánto han podido hacer gracias a cómo organizo nuestras vidas.
Voy a empezar a hacer que mi vida, y mis cosas, también tengan cabida en sus horarios, que ellos vean que somos cuatro, que todos queremos cosas distintas, y que todos tenemos que adaptarnos.

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