Ayer un niño de cuatro años me dio un lametón en el brazo y me dijo que sabía a limón.
Resulta que ese sabor le encanta, así que me dijo que estaba riquísima.
Es una de las cosas más curiosas y bonitas que me han dicho nunca.
Resulta que ese sabor le encanta, así que me dijo que estaba riquísima.
Es una de las cosas más curiosas y bonitas que me han dicho nunca.
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