sábado, 26 de mayo de 2018

En lo que nos podemos convertir...

"Un millón de gotas", de Víctor del Árbol, me impresionó la primera vez que lo leí. Y también la segunda.
Una historia que empieza en 1933, y cuyas consecuencias se siguen sufriendo en la actualidad.
¿En qué se puede convertir un hombre? ¿Hasta dónde nos puede hacer llegar la política?

Para recordar.

"Mentir es más fácil cuando quien escucha la mentira está predispuesto a creerla".

"Fue su primer instante de eternidad".

"... con aquella mujer efervescente y decidida vivía todo lo que puede vivirse cuando nada importa salvo darse al otro".

"Los odios y los rencores son más fuertes cuando antes has amado, y cuando estalló aquella discordia acabó con todos ellos".

"... puedes fantasear con las vidas que quieras, pero esta es la que tienes, la que has elegido y por la que debes pelear".

"Eso estaría bien, se dijo: que algunas cosas permanezcan inalterables pese al abandono".

"Eso era hacerse adulto, ocultarse de los demás".

"Era curiosa la memoria; se olvidan acontecimientos primordiales y se recuerdan detalles insignificantes".

"... no tiene sentido ajustar cuentas con quien ya no puede pagarlas...".

"Las cosas importantes no necesitan decirse para ser ciertas, y a veces el silencia es la única verdad posible".

"Las esperanzas más frágiles se convierten en increíbles cuando no hay otra cosas a la que aferrarse".

"Elías sentía siempre la carga del temor, su repugnancia hacia la violencia le hacía temblar de miedo y de rabia. Pero nunca cedió su sitio".

"Aquel gesto llevaba implícitas todas las excusas que no iba a pronunciar en voz alta".

"La vida siempre dejaba de ser lo que se esperaba si se esperaba demasiado de ella".

"La mala suerte era la vocación de algunas personas".

"Uno sabe cuándo camina hacia la destrucción, pero no tiene voluntad para impedirlo".

"-¿A qué precio?
Claude le miró como si fuese un loco o un niño que no comprendía lo que veía ante sus propias narices.
-Al que sea preciso Elías. Uno solo puede arrepentirse de sus actos si tiene una vida para llenar con remordimientos. Y para eso, hay que salir de aquí".

"No es que fuera tonta o idealista, veía lo que sucedía, pero decidía cambiarle el color".

"Pero llegó el cáncer, esa burla cabrona de la vida, que juega al trilero: ¿dónde está la bolita? Y la bolita es la felicidad, que nunca se está quieta, que siempre es mentira, que desaparece entre los dedos del genio embustero. Diez años, eso le regaló la vida. Y el resto de su existencia para echarla de menos".

"Hubiera abrazado a su hijo, lo hubiese estrechado contra las costillas ritas sin emitir un solo gemido de dolor. Pero la costumbre y la vergüenza (qué estupidez frente a quien se quiere) se lo impidieron".

"La violencia, en cualquiera de sus formas, sumía a Gonzalo en un estado de pánico que lo paralizaba".

"Destilaba esa bondad natural de las personas que prefieren ver el lado optimista de las cosas a modo de defensa".

"Esperé mucho tiempo a que me lo dijeras, casi tanto como lo que he tardado en reunir el valor de decirte lo que te digo ahora".

"Ya no cabía la amargura ni el reproche. Comprendía que la inmensidad de lo que le había ocurrido a él le había sucedido antes a otros miles, no aquí, en la Unión Soviética, sino en cualquier rincón del mundo donde hubiese seres humanos. Y después les pasaría a otros miles, a millones quizá. Morirían sin razón, o por razones absurdas, la gente se aferraría a las banderas, a los himnos, a las trincheras. Matarían, morderían, destrozarían cuanto se interpusiera entre ellos y la vida, Y eso no era ni bueno ni malo".

"Al verlo en el hospital se dio cuenta de que seguía siendo esa clase de persona que prefiere ser invisible".

"... ella le apretaba la mano y él tenía que esconder su congoja y la rabia contra ese Dios que, a medida que avanzaba la enfermedad, ocupaba más presencia inútil en sus vidas, un dios al que Cecilia se entregaba pero que no escuchaba sus ruegos. Cuando más lo odiaba era cuando ella se retorcía de dolor en la cama, e incapaz de levantarse ya en las últimas semanas de agonía, lo invocaba entre gritos y llantos, y Él permanecía en silencio".

"La memoria, se dijo, es un paisaje que cada cual elige para añorar o detestar".

"-La mirada de los hijos siempre es injusta, Gonzalo. Hasta que ellos mismos se convierten en padres".

"Pero apuesto a que sea lo que sea que te inquieta, darán con la solución... Se me ocurre que a veces basta con afrontar las cosas de cara".

"Ningún campo de prisioneros podía ser transitorio. Para los miles de refugiados que llegaban cada día desde la frontera aquel campo sería permanente el resto de sus vidas. Nunca lo olvidarían".

"Y la verdad se moriría cuando los últimos que la vivieron ya no existieran".

"No lograba recordar la primera vez. A veces pensaba que había nacido con ese estigma, y durante años creyó que formaba parte de la normalidad que su padre le hiciera daño, hasta que empezó a discernir en la mirada esquiva de su madre la culpa silenciosa y en los amaneceres del día después el remordimiento retorcido de su padres, que era cruel y distante con ambas. Una vez, la única que le dijo a su madre lo que pasaba en el cobertizo, Esperanza la golpeó con tal furia que le hizo saltar gotas de sangre de la nariz. La insultó, la llamó puta, la arrastró por los pelos. Laura pensó que iba a matarla. Hasta que se calmó y se quedó muy quieta, mirando el manojo de pelos qeu le había arrancado. Irguió los hombros y apretó las mandíbulas".

"¿Cómo dejaba un hombre de serlo para convertirse en una aberración? ¿En qué punto perdió la brújula de sí mismo y se perdió irremisiblemente? Fue en Názino, en aquel tren que le llevaba de Moscú a Tomsk, o en España durante la guerra civil, o en Francia, o tal vez en las batallas contra los alemanes. O tal vez el monstruo había estado latiendo siempre en su interior y había esperado pacientemente su momento para devorar el caparazón que lo ocultaba a los demás. Porque solo una aberración, un monstruo puede herir con tanta saña aquello que más ama".

"Siempre le debemos algo a alguien, Javier. Nuestras vidas están encadenadas unas a otras. Tomamos una decisión pensando en nosotros mismos, pero afecta a muchas otras personas, y pocas veces lo tenemos en cuenta".

Sin palabras que pueda escribir.