Ayer fuimos al parque y llegué a casa alucinada, asqueada, desmoralizada, triste...
Había 3 gitanas con sus hijos, y aunque todo lo que pasó entre ellos entra dentro de lo "normal" en su ambiente, aunque no me sorprendió, sí que me dejó muy mal cuerpo. Todos los gitanos no son iguales, lo sé, pero estos cumplen con todos los clichés que hay sobre ellos.
Ellas hablaban a sus hijos a gritos, a berridos, y los animaban a pelearse:¡Pégale, pégale!, coreaban ellas a los niños. Cuando la pelea se puso seria y vieron que los demás mirábamos una de ellas se levantó para recriminar a su hijo algo que ella le había animado a hacer. Claro, el niño salió corriendo, y ella le decía: ¡Ven aquí o te mato del palizón!
Cuando el niño se acercó la gitana cogió a sus cuatro hijos y se fueron del parque.
Mis hijos llevaron al parque dos escudos y dos espadas de madera, y estaban jugando con un amigo de mi hijo mayor. No sabemos si por los juguetes, o porque sí, había un niño pequeño que los seguía a todas partes y se colgaba, literalmente, de ellos. Como los mayores querían jugar tranquilos huían del pequeño, pero éste les seguía a todas partes, así que la reacción de la madre fue reñir a los grandes porque cuando se alejaban su hijo se iba detrás de ellos.
Recuerdo estar en la situación de esta madre, y del fastidio que me suponía, pero de ahí a reñir a los mayores porque se alejaban de mi hijo para poder jugar...
Pero la peor situación que viví con diferencia esa tarde fue con un niño de 12-13 años.
Primero eran dos, y empezaron a llamar "pringaos" a mis hijos y el amigo por jugar con los escudos y las espadas. De eso pasaron a lanzarles restos de petardos que quedaban en la fuente de la plaza del parque. Y cuando fui a ver qué pasaba y llamarles la atención se pusieron chulos y acabaron diciéndome cosas y lanzándome petardos a mí también. Nos alejamos de ahí porque tampoco supe qué hacer: cuanto más les recriminaba su actitud más agresivos y pesados se ponían, y lo que me apetecía hacerles me hubiera traído más problemas a mí que a ellos, siendo los que habían empezado. Para irnos a casa pasamos cerca de la fuente pensando que ya no estaban, pero apareció uno de ellos comportándose igual, ¿y qué hicimos?: alejarnos de él.
¿Qué tendría que haber hecho? No sé si la policía hubiera acudido ante un problema así, pero supongo que tendría que haber probado.
Otra opción: correr trás él y pegarle. Ya sé que no, por muchos motivos, pero me sentí tan impotente y tan indefensa, tan humillada por un niño de 12 años, que mi propia frustración me hacía querer hacer cosas a un niño que nunca me hubiera imaginado.
Es una pena que haya gente así, pero viendo actuar a la madre gitana no cuesta imaginar cómo actuarán sus hijos cuando sean mayores, por ejemplo.
Y aunque me mueva con otra clase de gente y no frecuente ciertos ambientes, no puedes evitar verte en situaciones que tú no has buscado y que te incomodan. Pero vamos, menuda mierda encontrarte tres situaciones así el mismo día, en la misma tarde.