Let's make a night to remember

La letra de las canciones de Bryan Adams fueron las primeras que me interesaron lo suficiente como para querer traducirlas y aprendérmelas. De eso hace ya más de 25 años.

Let's make a night to remember (1996).

Directa, sensual y explícita.

Hagamos una noche para recordar

Me encanta cómo te ves esta noche,

con tu pelo cayendo sobre tus hombros.

Y me encanta la forma en que bailas tu dulce tango lento.

La forma en que quieres hacer todo menos hablar.

Y la forma en que me miras con esos ojos, me desnuda.

Tu aliento en mi cuerpo me calienta por dentro.

Hagámoslo, hagamos algo increíble,

hagamos algo, este es todo el camino.

Porque nunca he tocado a alguien como toco tu cuerpo.

Ahora no quiero dejar ir tu cuerpo...

Hagamos una noche para recordar,

de enero a diciembre.

Hagamos el amor para encendernos.

Un recuerdo para excitarnos.

Hagamos miel, cariño, suave y tierna,

hagamos azúcar, querida, dulce entrega.

Hagamos una noche para recordar.

Para toda la vida.

Me encanta la forma en que te mueves esta noche.

Gotas de sudor corriendo por tu piel.

Yo estoy aquí y tú estás allí.

Nuestras sombras en la pared y nuestras manos en todas partes.

Hagámoslo, hagamos algo increíble,

Hagamos algo, este es todo el camino.

Porque nunca he tocado a nadie como toco tu cuerpo.

Ahora no quiero dejar ir tu cuerpo...

Hagamos una noche para recordar,

de enero a diciembre.

Hagamos el amor para encendernos.

Un recuerdo para excitarnos.

Hagamos miel, cariño, suave y tierna,

Hagamos azúcar, querida, dulce entrega.

Hagamos una noche para recordar

Para toda la vida.

Oh, pienso en ti todo el tiempo,

¿No ves que me has vuelto loco?

Bueno, no voy a contenerme de nuevo.

Sí, no quiero que esta noche termine.

Porque nunca he tocado a nadie como toco tu cuerpo,

Ahora no quiero dejar que tu cuerpo se vaya...

Hagamos una noche para recordar

De enero a diciembre,

Hagamos el amor para encendernos.

Un recuerdo para excitarnos.

Hagamos miel, cariño, suave y tierna,

hagamos azúcar, querida, dulce entrega.

Hagamos una noche para recordar.

Para toda la vida.

Sí,

Oh, hagámoslo, hagamos algo increíble.

Hagamos algo, esto es todo el camino.

Hagamos miel.

Hagamos azúcar.

Hagamos una noche para recordar.

Hagamos el amor suave y tierno.

Hagamos una noche para recordar.

 

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Llegamos a un trato con la mirada y el cuerpo hizo el resto. Empezamos la mejor de las noches sabiendo que sería la única, por eso pusimos todos nuestros sentidos en ella. Saber que no habrían intentos de imitación nos hizo libres y la falta de miedo a equivocarnos hizo el resto.

Mi Otra Yo

Te lo agradezco

Aunque en su día sufriera por ello, ahora te agradezco que pusieras fin a lo que fuera que tuviéramos.

Ha tenido que pasar el tiempo, aunque no el dolor, para darme cuenta que alargarlo no lo hubiera salvado. Que no se podía salvar. Que no había nada que salvar.

Si lo pienso no puedo negar que es triste, muy triste, que lo mejor que pueden hacer por ti sea dejarte.

Ese abandono me obligó a despertar y me ayudó a descubrir cuántas cosas puedo hacer por mí misma. 

Mi Otra Yo

Nuestro error

«Te quiero».

«No me gusta que me hables así».

«Te he echado de menos».

«Necesito estar sola».

«Hoy pensé en ti».

«Prefiero salir en vez de quedarnos en casa».

«Hazme compañía, por favor».

«No entiendo por qué lo has hecho».

«Me haces sentir bien».

«¿Necesitas ayuda?».

«Lo estás haciendo bien».

...

Empezamos a dar las cosas por hecho y dejamos de decirlas, ese fue nuestro error.

Mi Otra Yo

 

La reina del drama

Yo era la reina del drama pero sin darme cuenta bajé del trono.

Imagen de Internet

Desde que tengo memoria mi madre siempre me ha dicho que soy muy enfadona: «agachas las cejas y ya está, enfadada otra vez». Con los años terminé creyéndomelo y nunca lo cuestioné, hasta que no hace tanto descubrí que no era así. Bueno, lo de la facilidad para enfadarme es cierto, pero lo de que cada vez que bajo las cejas y tengo una expresión seria quiera decir que estoy enfadada no es verdad. Cuando estoy concentrada en algo dándole vueltas en mi cabeza o cavilando para encontrar una solución o entender algo esa es mi expresión.

Puede que mis expresiones faciales sean más limitadas que las de otras personas, pero a estas alturas de mi vida ni me preocupa ni voy a buscar la manera de encontrar otra expresión para que la gente no confunda cuando estoy enfadada o concentrada. Los que me rodean, los que de verdad me interesa que sepan lo que siento ya me conocen y si tienen alguna duda me preguntan directamente cómo estoy.

No sé como ha pasado ni cuando, supongo que habrá sido poco a poco y gracias a la convivencia con mi marido, la maternidad y la cantidad de paciencia que tienes que invertir en las dos cosas, pero hace tiempo que no me enfado tanto ni por cualquier cosa como antes. Y eso me gusta, mucho.

A ver, no es que antes me propusiera tomarme las cosas a mal y que me esforzara en que los morros me duraran una semana. Una parte de mí decía «chiquilla, ¿no te das cuenta de que no consigues nada con esa actitud?». Pero nada, porque otra parte de mí invertía toda su energía en permanecer enfadada cuanto más tiempo mejor.

Ahora me tomo las cosas de otra manera, lo que me permite observar la situación desde fuera y ver no sólo lo que a mí me parece, sino lo que le puede parecer a la otra persona.

Por sobrada

Obra de Enrique P. T

Yo, que pensaba que iba sobrada de palabras y no encuentro ni una que acuda a mi garganta cada vez que tengo que hablar contigo.

Yo, que prefiero evitar cruzar miradas y cada vez que te veo me olvido de parpadear.

Yo, que siempre he dicho que la belleza está en el interior, me conformo con contemplar tu envoltorio.

Yo, que nunca he juzgado un libro por su portada, ya tengo claro que me va a gustar lo que voy a leer en ti.

Mi Otra Yo

Palabras con música

¿Qué va antes, la música o la letra de una canción? ¿Es música o melodía? ¿Música, melodía o ritmo? Está claro que no entiendo de música.

Solo sé que últimamente escucho mucha más que antes y estoy convencida de que existe una canción para cada momento. Nunca he prestado atención a las letras tanto como ahora y eso hace que una canción pueda gustarme o no, casi independientemente de la melodía.

Ojo, que también hay canciones que me gustan por el ritmo y no puedo dejar de tararearlas aunque la letra sea un crimen para los oídos. 

Últimamente he estado pensando en cuántas canciones me gustaron mucho en su día y ahora ya no las escucho, algo normal teniendo en cuenta que hay tanto por escuchar que nunca se deja de descubrir algo nuevo. Y no me refiero a nuevo de actual, sino a nuevo para mí porque es ahora cuando lo descubro.

Creo que este es el mejor espacio donde dejar constancia (para mí) de las canciones que me han gustado y por qué. Mi intención es tener un lugar donde poder explicar lo que me hace sentir una canción, escribir lo que me inspira la letra si es el caso y cuando no sepa qué escuchar, tener una especie de biblioteca con las canciones que más me gustan y perderme en ellas y en las épocas que me recuerdan.

Malos rollos

Allá donde haya personas habrá malos rollos, pero todavía no deja de sorprenderme que los haya en ciertos ambientes. Las relaciones por obligación es lo que tienen, lo entiendo. El trabajo y esos lugares en los que no puedes elegir con quien relacionarte son perfectos para los problemas entre compañeros, conocidos, vecinos o cualquiera con quien tengas diferencias.

Bueno, que sí, que las diferencias son inevitables, pero lo que no es inevitable es poner más de tu parte cuando estás en un ambiente en el que se supone que estás para disfrutar.

Mientras escribo me doy cuenta del poco sentido que tiene lo que digo, porque el que cree que tiene razón (aunque no la tenga) intentará hacerlo ver a los demás, da igual si está en su trabajo, con su familia o con el grupo que se reúne todas las semanas para disfrutar de su afición.

Pero no sé, no puedo evitar pensar que hay momentos y situaciones en las que podríamos poner más de nuestra parte, aún creyendo que tenemos la razón. Que hay veces, muchas, en las que dos personas pueden tener la razón y que alguno de los dos tiene que ceder una vez para que el otro ceda la siguiente.