- La felicidad eterna no existe.
- Ya lo sé, no me has descubierto nada nuevo. Lo único eterno es la muerte. Y la eternidad, claro.
- Veo que estás de buen humor.
- No estoy de mal humor, que no es lo mismo. Pero volviendo a lo de la felicidad... ¿por qué lo decías? ¿No eres feliz?
- Pues la verdad es que no. Había hecho planes y he tenido que suspenderlos. Tenía una reserva con unas amigas para pasar el fin de semana fuera y dos de ellas han dado positivo. Así que lo hemos pospuesto hasta que podamos ir todas.
- Vale, entiendo que te puedas sentir frustrada, incluso enfadada, pero te he preguntado si no eres feliz, no si no estás feliz.
- Hoy te has levantado con los pantalones de joder ¿verdad? Mira que te gusta liarme. ¿Pues no es lo mismo?
- Para mí no. Yo soy feliz, aunque haya días en los que no lo esté y piense que el mundo es una mierda.
- Pero antes me has dado la razón en lo de que la felicidad eterna no existe.
- Y te la sigo dando.
- ¿Sabes? Ahora mismo, además de no ser feliz estoy enfadada. Y todo gracias a ti.
- Pues de nada. Y te recuerdo que te había preguntado si no eras feliz, no si no estabas feliz.
- ¡Ahhh!
- ¿Cómo estás?
- Hecha una mierda, ¿pero sabes? Últimamente he estado pensando en ti.
- Lo sabía.
- ¿Cómo lo sabías?
- Porque hace días que me pitan los oídos.
- Va, en serio, no estoy para bromas.
- Lo siento. Dime qué te pasa entonces.
- ¿Recuerdas nuestra última conversación, la de la felicidad?
- Sí, cuando te...
- ¡Para! No empieces otra vez, por favor. Creo que al final te entendí. O por lo menos creo haber entendido lo que significa para ti la diferencia entre estar y ser feliz. Porque era eso ¿no? Aunque no te voy a mentir, lo entiendo pero no lo comparto del todo.
- No tienes que compartirlo, solo saber que hay otros puntos de vista. Pero bueno, mejor que no me dejes hablar, por si acaso. Cuéntame qué te ha pasado para estar así.
- ¿Recuerdas las dos amigas que dieron positivo y por las que suspendimos el viaje? Pues una de ellas está realmente mal, tenía otros problemas de salud que se le han complicado y la ingresaron en la UCI. Por esta mierda de situación en la que estamos no podemos ir a verla y aunque su familia nos da toda la información que tienen no es lo mismo. Claro, que peor lo pasa la familia, pero todo esto es exasperante. Además, parece que pinta bastante mal.
Ahora mismo te puedo asegurar que ni estoy ni soy feliz, así que no me vengas con tus juegos de palabras ni conclusiones filosóficas, hazme el favor.
- Lo siento mucho, la verdad. Además tienes razón, esta situación que estamos viviendo hace que todo sea peor. Yo tampoco sería feliz en una situación así.
- El día que nos dijeron que la ingresaban lo primero que pensé es que cuando tuvimos que posponer el viaje yo sí era feliz. Estaba cabreada y molesta, pero realmente era feliz, aunque ese día no lo estaba. ¡Menudo asco!
-Pues sí.
- Oye.
- Dime.
- ¿Me cuentas un poco más de lo que significa para ti estar feliz o ser feliz?
- ¿Seguro?
- Sí, por favor.
- Vale. Pero antes de nada quiero dejar claro que es mi punto de vista, no una verdad universal. Y que hoy pienso esto, pero mañana puede pasar algo que me haga cambiar de opinión.
- Que sí, que vale, que no estamos firmando ningún contrato. Solo quiero tu opinión.
- ¿No prefieres una conclusión filosófica de las mías?
- ¡¿Me estás tomando el pelo?!
- No, pero he conseguido que sonrías, que es lo que buscaba. Bueno, ahí va mi opinión. Después no me hagas responsable.
La felicidad no es eterna, hay demasiadas desgracias en esta vida como para que lo sea, pero creo que nos hemos puesto el listón muy alto. ¿Algo no sale como quiero? No soy feliz. ¿Se me han colado en el supermercado? No soy feliz. ¿Tengo que gastar lo que tenía ahorrado en una lavadora nueva porque se ha estropeado? No soy feliz. Son cosas muy banales, lo sé, pero es que hay gente que basa su felicidad en cosas así.
Yo, si echo un vistazo atrás a mi vida, puedo decir que he pasado momentos durísimos en los que pensaba que no saldría de esa, y ahí ni he sido ni he estado feliz. Pero si te tengo que decir cómo ha sido mi vida hasta ahora te digo sin ninguna duda que ha sido feliz. Con sus momentos malos, por supuesto, pero he sido y soy feliz. Lo que pasa es que a veces nos damos cuenta mañana de que hoy somos felices, porque mañana nos pasa algo que nos hace darnos cuenta que lo de hoy no tiene tanta importancia. A veces confundimos estar tristes con no ser felices, pero se puede ser feliz y estar triste.
- Visto así...
- Solo digo que yo soy feliz, aunque en momentos puntuales no lo esté. No sé explicarlo de otra forma.
Mi Otra Yo