jueves, 30 de marzo de 2023

Disfruto

 
Ilustración de @naytonmai. Instagram
 
Despeinada disfruto más del viento,
sin maquillar de tus besos, 
sin vestir de tu cuerpo.
 
MI Otra Yo
  

lunes, 27 de marzo de 2023

Susurros del corazón

 
Imagen de Internet
 
 
Shizuku Tsukishima es una niña que va al colegio, lee mucho, traduce canciones y estudia. Un día se da cuenta de que hay un nombre que se repite en las tarjetas de los libros que toma en préstamo de la biblioteca y no puede evitar preguntarse cómo será ese chico que lee los libros antes que ella.
La aparición de un gato misterioso que la lleva hasta una tienda de antigüedades y descubrir que el chico de las tarjetas de los libros es un compañero de colegio hacen que Shizuku se de cuenta de que todavía no se ha planteado qué hacer con su vida.  Sin darse cuenta la preocupación y el amor empiezan a crecer dentro de ella.

Hace meses que vi la película y aunque desde el primer momento tuve intención de escribir sobre ella nunca encontraba el momento. He vuelto a verla para confirmar la impresión que dejó en mí la primera vez y tengo que decir que me ha gustado incluso más. De hecho tenía pensado verla rápido, saltando las partes que no considerara importantes y no he podido. Como he dicho antes me ha gustado más que la primera vez y he disfrutado de detalles que no recordaba.
No suelo ver los créditos de las películas, pero esa vez, vete tú a saber por qué, lo hice. Y resulta que la vi el mismo día que falleció Olivia Newton-John, que casualmente canta Take Me Home, Country Roads, canción que podemos escuchar varias veces durante la película.

Llevo años escuchando el título de esta película que hasta ahora no había visto, años pensando que es un título precioso digno de una historia a su nivel, de una canción inolvidable, de una novela que no puede faltar en una biblioteca —de hecho está basada en un manga—. Tantas veces lo había escuchado que aunque sabía que no la había visto, la daba por vista.
Por eso me descolocó tanto una escena en la que incluso sabiendo que era la primera vez que la veía sentía que eso ya lo había visto antes. Hay un momento en el que Shizuku se cruza con un gato al que decide seguir. Ahora sé que más que la acción fue el gato el que me hizo tener ese déjà vu, porque era el mismo que había visto en Haru en el reino de los gatos, donde la protagonista también va tras él.
Después de esta sorpresa ya no me desconcertó tanto encontrarme con el Barón Humbert von Gikkinge, otro personaje que también aparecía en Haru en el reino de los gatos. De echo la primera aparición del Barón es en Susurros del corazón, donde gustó tanto que a petición de los aficionados se produjo una película basada en su figura.
 


Aunque es una película dirigida al público adolescente tiene reflexiones que me parecen muy maduras. Ahora mismo no podría mencionar ninguna película o serie occidental —igual es porque hace muchísimo que no veo ninguna— con un argumento tan reflexivo y a la vez tan sencillo para la gente joven. Más bien todo lo contrario.
 
La pequeña casa abarrotada de libros en la que vive la protagonista, la habitación que comparte con su hermana, que su padre sea bibliotecario, el trayecto hasta la biblioteca, la tienda de antigüedades, lugares y vistas preciosos por los que me gustaría pasear o el nombre de la película son solo algunas de las cosas que más me han gustado. Pero sin duda mi favorita y con la que me he visto identificada es con esa curiosidad que siente por imaginar cómo serán las personas que leen el mismo libro que ella.
 
Para que no caigan en el olvido quiero dejar constancia aquí de unas frases que el padre de Shizuku le dice a la niña:
 
—«No hay una sola forma de vivir la vida».
 
—«Muy bien Shizuku, haz lo que creas que debes hacer. Pero te advierto que es duro vivir de una forma distinta a la del resto del mundo. No podrás culpar a nadie si no te sale bien».

Y del momento en el que ella descubre qué quiere hacer con su vida y cómo conseguirlo:

—«Lo supe en cuanto empecé a escribir. Querer hacerlo no es suficiente. Tengo que estudiar más o no podré».
 

jueves, 23 de marzo de 2023

Insignificantes

 
Ilustración de @9Jedit. Instagram
 
Somos insignificantes. Hay ahí fuera una cantidad infinita de cosas que no conocemos y aun así hablamos como si entendiéramos cual es nuestra misión aquí.
Hablamos, opinamos, juzgamos, aleccionamos como si nuestra opinión fuera la verdad absoluta e ignoramos que nada cambiaría si desapareciéramos en este instante.
Hay tantos mundos de los que no tenemos ni idea que nuestras limitaciones nos hacen creer que no hay nada más para que no entremos en pánico.
Hemos demostrado hasta el cansancio que no estamos preparados para asumir que no somos únicos, ni mejores. Cada día confirmamos con nuestros actos que cuanto más tenemos a nuestro alcance para conocer nuevos mundos, más nos encerramos en el que hemos creado para mostrar a los demás, aunque no es realmente en el que vivimos.
Ojalá algún día dejemos de mirar nuestro ombligo y al alzar la vista descubramos lo que siempre ha estado ahí, un espacio infinito lleno de mundos tan humildes y frágiles como el nuestro.

Mi Otra Yo

lunes, 20 de marzo de 2023

Las ballenas de 52 hercios

 
Imagen de Internet
 
Cuando Kinako se encuentra con un niño sucio, vestido con ropa de niña y del que nadie parece ocuparse, no es consciente de que ella es en esos momentos la única persona que puede ayudarle porque habla su mismo idioma, el de las ballenas de 52 hercios.
 
Para entender de qué hablo cuando me refiero a ese idioma os dejo a continuación un extracto del libro:
« —La voz de esta ballena no le llega a nadie.
El chico abrió los ojos en silencio e inclinó la cabeza.
—A la altura de su voz se le llama frecuencia. Esta frecuencia es totalmente diferente. Hay varias clases de ballenas, pero normalmente todas cantan en la frecuencia de entre diez y treinta y  nueve hercios. El caso es que el canto de esta ballena está en los cincuenta y dos hercios. Es tan aguda que las otras ballenas son incapaces de oírlo. El sonido que estamos escuchando ahora está arreglado: han subido la frecuencia para ajustarla al oído de los seres humanos, así que en realidad es más grave...
La ballena de 52 hercios. Dicen que es la ballena más solitaria del mundo. A pesar de que no hay duda de que su voz resuena en el vasto mar, no hay ningún compañero que pueda recibirla. Ya se había descubierto la presencia de ballenas cuyo canto no podía llegar a ninguna otra, pero su verdadera figura no es conocida.
—Como tiene una frecuencia distinta a las de sus otros compañeros, ni siquiera puede encontrarse con ellos. Supongamos que el grupo está muy cerca de ella y, aunque esté a una distancia en la que se pueden tocar, se cruzan sin darse cuenta. 
Lo cierto es que tiene muchos compañeros, pero a ninguno les llega. ¡Cuánta soledad!
—Ahora mismo estará cantando en algún mar para hacer llegar su voz, esperando otra voz que nunca le llegará».
 
A mí personalmente me ha parecido preciosa la comparación elegida por la autora para explicar cómo a veces no encontramos a nadie que nos entienda, ya sea porque nosotros no sabemos —o no podemos— explicarnos o porque no tenemos nadie cerca que pueda empatizar con lo que nos pasa.
Las ballenas de 52 hercios es la primera novela de la escritora japonesa Sonoko Machida, por la que ha obtenido el Premio de los Libreros de Japón en 2021. Pero es que el cuento con el que empezó su carrera literaria en 2016 también fue premiado. Habrá que tener en cuenta las futuras obras de esta autora.

Esta es la primera lectura compartida en la que participo en el Club de Literatura Asiática de Glady y ha sido toda una experiencia. Hacer una valoración de una parte del libro sin haberlo terminado de leer siento que es un poco como leer dos libros en uno, porque una vez terminada la lectura puedo comprobar que si conociera toda la historia mi opinión sobre esa primera parte seguramente hubiera sido distinta.

Aunque separadas entre ellas han habido unas cuantas escenas en las que me he sentido perdida al no entender la historia, sobre todo con algunos diálogos, como si no tuvieran sentido. La primera vez he pensado que se debía a un error en la traducción pero al repetirse creo que incluso puede ser producto del estilo de la autora. No lo sé, aun así es una lectura que recomiendo porque una vez terminada es casi imposible no sentir que todos alguna vez en nuestra vida hemos sido una ballena de 52 hercios.
 
 

jueves, 16 de marzo de 2023

Hoy elijo

  
Ilustración de Hessah (@hessah·_·art). Instagram
 
Hoy elijo ser avestruz.

Mi Otra Yo

lunes, 13 de marzo de 2023

Sharks


Imagine Dragons - Sharks (subs español)

En todos los mares hay tiburones, es una ilusión pensar que no. Quizás no los has visto porque como el lobo, se disfrazan para engañar a su presa, pero los reconocerás por su comportamiento.
¿Qué hacer cuando no tienes más remedio que nadar entre ellos? Disfrazarte de tiburón. Engañarlos para que crean que eres su amigo y confías en ellos.
Pero has de saber que hay algo más peligroso que los tiburones, y es la línea que os separa. Es muy fina, sí, pero también muy visible, así que no la utilices de excusa si terminas convirtiéndote en uno de ellos.
 
Mi Otra yo

 

jueves, 9 de marzo de 2023

Madre enamorada


Ilustración de Peijinsart. Instagram
 
Me encanta eso de ti, lo mismo que en ocasiones consigue ponerme de los nervios. Hasta que por milésima vez me recuerdo que no es a mí a quien le tiene que importar, es a ti, y no lo hace. 
Tú, que por comodidad te calientas el vaso de leche un minuto y once segundos porque no quieres perder el tiempo en marcar más números. Tú, que no te gusta leer y aun así no dedicas el tiempo que te ahorras en el microondas en averiguar desde la página que tienes que empezar a leer el libro del instituto. Lo que hace que leas más de lo que hace falta y además provoca mi risa. Risa de madre enamorada.
 

lunes, 6 de marzo de 2023

FailArmy

 

Imagen de Internet

 

¿Habéis visto alguna vez el programa FailArmy?
Está compuesto por vídeos de saltos, caídas, golpes, sustos y todo aquello que te puedas imaginar que terminará mal. No me gusta reírme del dolor ajeno pero a veces, sobre todo cuando desde el segundo uno se sabe que no es buena idea lo que van a intentar, es inevitable llorar, pero de la risa.
Supongo que porque soy una persona muy cobarde —prudente si tengo que decirlo en voz alta— no puedo evitar sentir cierta admiración por todos aquellos que se atrevieron a realizar la primera pirueta con un monopatín o la primera bajada descontrolada en bicicleta por la montaña. Sin esas primeras veces y todas las que las siguieron no se hubiera perfeccionado nada y sobre todo no existirían estos vídeos.

jueves, 2 de marzo de 2023

Nada que decir

 
Ilustración de 9jedit. Instagram

Mientras hay quien quiere a alguien con quien poder hablar de todo,
yo te quiero a ti, con quien no necesito nada que decir.

Mi Otra Yo