Regalar un libro es un asunto delicado, incluso aunque se lo regales a alguien que le guste mucho leer. Más incluso, porque si a alguien que le gusta mucho leer justo no le gusta el libro que yo le regalo... menudo chasco.
Pero estar en el otro lado, ser la persona que recibe el regalo, también tiene su riesgo. Tú sabes que quien te hace el regalo sabe que te gusta leer y solo esperas que no sea una de esas personas que piense que porque te guste la lectura te va a gustar ese libro sí o sí.
¿Pero qué pasa si la persona que te regala un libro ya lo ha leído y por supuesto te lo regala porque le ha gustado lo suficiente como para hacerte ese detalle? Pues que esperas que a ti también te guste pero si al final no es así pues no pasa nada, porque de esa diferencia de opinión seguro que surge un buen debate.
Yo soy de regalar libros, siempre que tengo la oportunidad y la mínima seguridad de que puedo acertar prefiero regalar un libro antes que cualquier otra cosa.
Tierra, de Eloy Moreno, fue uno de los regalos que me hicieron mis amigas por mi cumpleaños este año. El acierto fue doble porque me encantó el regalo en sí y me gustó su lectura.
Imagen de Internet
Estamos idiotizados y absorbidos por Internet, las redes sociales, la televisión, los realities... No todos, diréis. Tenéis razón, todos no, pero muchísimos sí. Y yo me incluyo.
Aún sabiendo que lo que muestran las redes no es cierto, que hay filtros, retoques, que la fotografía se ha repetido mil veces hasta que se muestra exactamente lo que queremos mostrar... llega un momento en el que ya no piensas en nada de todo eso. No te planteas ni te cuestionas nada, simplemente miras algo que pasa por tu mente dejando unas veces más rastro que otras.
Quizás yo me haya quedado con la parte más frívola del libro, pero es que es lo que me ha asustado porque es algo que ya está aquí, que ha ido entrando poco a poco en nuestras vidas sin darnos cuenta. Seguidores, likes, influencers, youtubers, tiktokers... ¡que hay gente que se gana la vida haciendo vídeos estúpidos y subiéndolos a las redes sociales!
Lo he dicho y lo vuelvo a decir, Internet tiene cosas estupendas, pero también otras muy dañinas. Y aquí llegamos a lo de siempre, depende del uso que se le dé.