lunes, 28 de febrero de 2011

Encontrar las palabras

El Sábado falleció la madre de una amiga.
Una amiga reciente. Una amiga de las muchas que me ha traído la maternidad.
La conocí hace tres años, Viernes a Viernes, cuando iba al taller de lactancia con Rodrigo. El tiempo ha hecho que algunas de las madres que nos conocimos entonces compartamos aficiones, intereses, proyectos...
Esta amiga es una persona especial, inteligente, con conocimientos y carrera, que te explique lo que te explique nunca te hace sentir de menos, o ignorante, aunque tú no tengas ni idea del tema.
Todavía no he tenido la oportunidad de hablar con ella, de decirle que lo siento, de intentar reconfortarla con mis palabras. Aunque supongo que en esta situación no habrán palabras que logren consolarla.
Porque en estas situaciones, yo nunca encuentro las palabras.
Quizás rebusco demasiado, quizás sea suficiente con un "lo siento", con un "no encuentro las palabras". ¿O puede ser esta una de esas ocasiones en las que las palabras sobren, en las que sea preferible tener un hombro donde llorar? Pues seguramente sí.

Hace años murió la madre de otra amiga, y aunque pienso muy a menudo en ella y creo que a mi amiga le gustaría saberlo, nunca me atrevo a decírselo porque, como siempre, no encuentro las palabras.

domingo, 20 de febrero de 2011

Culpable

Así es como me siento por no poder dedicarle más tiempo a Rodrigo.
No es que me demande mucho más que antes, ni que pida hacer conmigo cosas que antes no pedía. Pero claro, un recién nacido alimentado con lactancia materna necesita tiempo, un tiempo que antes era todo para Rodrigo.
Por las mañanas me prefiere a mí en vez de a su padre, así que hasta ahora he conseguido organizarme para llevarlo yo al colegio.

Cuando no he podido atenderle como él quería porque le estaba dando el pecho a Gonzalo; cuando ha accedido (unas veces de mejor y otras de peor manera) a esperar o a que le atienda su padre; cuando no ha entendido que si el bebé llora hay que darle de comer, que no se puede esperar.
Todas esas veces yo intento hacerle comprender de la mejor forma posible la situación, pero hay momentos en los que me puede el sueño, el cansancio y el dolor y mi reacción no es la que yo quiero, no es la que él se merece. Entonces él termina enfadado o llorando, y yo enfadada conmigo misma y sintiéndome culpable por haberlo tratado así.

viernes, 18 de febrero de 2011

Y llegó Gonzalo

El Jueves 27 de Enero, dos días antes de la fecha prevista, nació Gonzalo.
Fui a monitores, y cuando vieron que tenía las aguas sucias, me dijeron que me quedaba: me provocaban el parto. Todo fue bien, rápido, y en dos días estábamos en casa.
Ahora somos cuatro. Y aunque ya hace unas semanas que estamos en casa, todavía es el descontrol el rey de algunas situaciones.
Y he comprobado que cuantas más cosas tienes que hacer, más fácil es que el mundo se ponga de acuerdo en llamarte al móvil, al fijo, que llegue el cartero con un paquete, que la vecina suba a conocer al bebé.... Pero bueno, yo estoy contenta y feliz con mis dos chicos, con Rodrigo, con Gonzalo.