lunes, 22 de julio de 2024

Perder la cuenta

 
Ilustración de naytonmai (@naytonmai). Instagram
 
Me gusta perder la cuenta 
cuando eres tú quien esconde los números.
 
 Mi Otra Yo


lunes, 15 de julio de 2024

Empezar

 
Ilustración de naytonmai (@naytonmai). Instagram

 
 Si con algo tienes que empezar,
que sea conmigo.

Mi Otra Yo


lunes, 8 de julio de 2024

La confianza no debería dar asco

 
Ilustración de Henn Kim (@henn_kimm). Instagram
 
 
Utilizamos la confianza para opinar sin pensar 
y deberíamos de hacerlo para no lastimar a quienes nos provocan ese sentimiento.


lunes, 1 de julio de 2024

Un cuento absurdo que no lo es tanto

Hace menos de un año formé parte de la celebración que Inés hizo por los 400 suscriptores en su canal. Me siento muy feliz de poder decir que también he participado en la celebración de los 600.

 
Inés del Revés

Echad un vistazo al vídeo, por favor, dura cinco minutos de nada y vale la pena. Además, descubriréis una de esas casualidades que tanto me gustan.


lunes, 24 de junio de 2024

Batallas

 

 Ilustración de Peijin (@peijinsart). Instagram


En las batallas conmigo misma
 soy ganadora y perdedora a partes iguales. 
Por eso el resultado siempre es el mismo: 
un aprendizaje constante.


lunes, 17 de junio de 2024

The Rose - Dawn to Dusk Europe Tour

 
Imagen de Internet
 
 
Os hablé de mi encuentro con Dorotea y Chema pero no os llegué a explicar la razón por la que pasé tres días en Madrid yo sola.
El plan era ir al concierto de The Rose con una amiga y de paso estar allí tres días y dos noches juntas, pero con todo comprado, a falta del alojamiento, a ella se le complicaron las cosas y no pudo ir. Una vez supe que iría yo sola, solo me quedaba encontrar dónde dormir; como mi experiencia en el hostel de Barcelona fue tan buena busqué algo de ese estilo y lo que encontré fue un acierto total. 
Así fue como me presenté sola en Madrid. Nada más y nada menos.
 
No tengo muy claro cómo os puede sonar, pero la verdad es que fue una pasada estar yo sola, por y para mí. Quienes llevéis tiempo por aquí sabréis cuánto me gusta la soledad, pero nunca lo había experimentado en estas circunstancias. Lo más parecido fue en el concierto de One Ok Rock en Barcelona y no era lo mismo porque estuve acompañada y fue menos tiempo. Además, me impresionó ver a The Rose por segunda vez en un recinto con aforo para 13.000 personas más.
 
Creo que se tiene tendencia a, cuando somos capaces de hacer algo, cuando «nos superamos» en algún aspecto, aconsejar a todo el mundo que se atreva con cualquier cosa que le dé miedo. Supongo que estamos en pleno subidón y pensamos que si nosotros podemos, el resto también.  
Yo me encontré con el marrón, por así llamarlo. Estaba nerviosa y emocionada cuando creía que iría acompañada, pero pasé a estar histérica y acojonada cuando descubrí que iría sola. Podría haberme quedado en casa, por supuesto, pero no lo hice porque no quise, porque en ESE MOMENTO, estaba preparada. Si no lo hubiera estado, habría dado igual que me hubieran animado o apoyado, porque no hubiera sido el momento.
Lo hice, sí, pero de no haber sido así, tampoco habría pasado nada. Lo hice con miedo; con un miedo que me preguntó varias veces si estaba segura, si era necesario, qué pintaba yo allí y si valía la pena el mal rato.
¿Sabéis qué? Valió la pena.
Ese mal rato que os digo fue un pulso conmigo misma que gané; un grano de arena en el desierto; una gota de agua en el océano. No lo olvido, por supuesto, y tampoco quiero hacerlo.

Me siento tan orgullosa de mí que no me lo creo; estoy tan irreconocible que entiendo la sorpresa del resto cuando se enteran de las cosas que hago últimamente. Y no es para menos, ni yo misma me reconozco.



lunes, 10 de junio de 2024

Excusas


Imagen de Random Box (@randomboxhere). Instagram

Tengo muchas cosas que contar. ¿Qué me lo impide? Primero era la falta de tiempo, después que había pasado el momento, más tarde, que no podía hacerlo como tenía pensado en un principio y claro, eso me bloqueaba... Sí, ya sé lo que estás pensado: todo son excusas.
He llegado al punto en el que lo único que me queda es reconocerlo y avergonzarme, a ver si así me pongo las pilas y escribo algo.


lunes, 3 de junio de 2024

Buscándome, me perdí

 
Ilustración de Alev Neto (@alev.neto). Instagram
 
Buscándome me perdí
y no me encontré 
hasta estar perdida del todo.

Mi Otra Yo


lunes, 27 de mayo de 2024

Yuzuki-san Chi no Yon Kyoudai


Imagen de Internet


Los cuatro hijos de la familia Yuzuki es un anime basado en el manga del mismo nombre.
Hayato, Mikoto, Minato y Gakuto son los hermanos Yuzuki y desde que perdieron a sus padres hace dos años se esfuerzan por seguir siendo una familia unida.
 
Son 12 capítulos de poco más de 20 minutos que os recomiendo si os apetece ver algo bonito y sencillo.
Me he reído mucho y he llorado un poquito. Lo he disfrutado más de lo que esperaba.


lunes, 20 de mayo de 2024

El reloj de Michael Knight

Hace poco me crucé por la calle con una chica que iba hablándole a su reloj. Aunque no pude escuchar lo que decía, imaginé que le pedía a Kit que viniera a buscarla.
 
Imagen de Internet
 
Recuerdo cuando de jovencita veía a Michael Knight llamar a su coche parlante desde ese reloj que no parecía nada del otro mundo. Creo que ni siquiera me planteé que alguna vez pudiera ser posible hacer algo así.
¿Qué se puede hacer con un reloj, que no sea consultar la hora?
 

lunes, 13 de mayo de 2024

Salto

 
Imagen de Internet

 
Que algo me llame la atención es solo una primera toma de contacto en busca de más detalles que me ayuden a tomar una decisión.
No funciono así en todas las áreas de mi vida, pero sí con las lecturas.
En esta de la que os voy a hablar lo que captó mi interés fue que se desarrolla en un pequeño pueblo de Castellón y que el protagonista era repartidor de chucherías. Me pareció cercano lo primero y original lo segundo. Lo que me hizo decidirme fue que su sueño era el de sentirse escritor. 
«Sentirse» es la palabra que utiliza, no «ser»; eso me parece una diferencia muy significativa y un tema sobre el que se podría escribir mucho.

Miquel es un soñador que cree que no encuentra una historia que contar porque su vida no es lo suficiente interesante. Por eso, y aquí una muestra de lo novelero que es, no se le ocurre otra cosa que convertirse en escolta al servicio del Ministerio del Interior del Gobierno de España.
Cuando lo destinan a Navarra no imagina muchas cosas: que su nombre cambiará a Mikel; que un año después su mujer le dirá que prefiere ser una mujer divorciada a una mujer viuda; que aprenderá a matar.
Ahora que su vida es interesante y emocionante, no tiene tiempo para escribir ni control sobre ella. 
 
Las ilustraciones que acompañan a la historia son crudas, como la realidad que relatan. 

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 Esta novela no nos descubre nada nuevo, «solo» nos recuerda lo que todavía existe.


 

lunes, 6 de mayo de 2024

No. Me. Gusta. La. Gente

No me gusta la gente, de verdad, pero en los últimos tiempos no hago más que encontrar a personas que me hacen dudar de esto. No me gusta la gente, pero sí algunas personas. A otras las soporto. 
¿Odio a alguien? Por supuesto. Después de buscar en el diccionario el significado de la palabra, lo corroboro. Me niego a abandonar esta coraza que tanto me ha costado construir. ¿Dónde queda entonces todo el esfuerzo que he invertido en seguir adelante? Siento que he pasado de ser el Grinch a Papá Noel. Unas veces pienso que, de ser así, he perdido el tiempo. Otras, asumo que he evolucionado, como los Pokémon. Pero es que hay cosas que antes consideraba de iluminados y que ahora me creo.
La gente no cambia. Yo, he cambiado. Me siento tan segura como desconcertada ante estas dos afirmaciones.
 
Quien viva en una capital está acostumbrado a invertir una cantidad considerable de tiempo para desplazarse, pero yo no. El núcleo urbano de la ciudad donde vivo lo puedes cruzar en media hora andando, quizás un poco más, por eso significa tanto para mí que Chema y Dorotea (y Laura en su día) dedicaran la mañana del sábado a pasar un rato conmigo.
Hace casi cuatro años os hablé aquí de cómo imaginaba que sería quedar con algunas de las personas que he conocido gracias al blog. ¿Lo estaría manifestando sin saberlo?
 
Lo más importante de los casi tres días que pasé en Madrid a principios de abril es que estuve sola; ir de concierto, que hiciera buen tiempo, pasear, no perderme, visitar lugares preciosos e interesantes, volver a encontrarme con Chema y conocer a Dorotea... Todo suma, por supuesto, pero disfrutar de mi compañía, ir a mi ritmo y estar pendiente única y exclusivamente de mí, me ha sentado tan bien que ahora tengo la necesidad de repetir.

La única pega que le puedo poner al ratito que compartí con Chema y Dorotea es que me supo a poco. El resto: perfecto. Me lo pusieron todo tan fácil que todavía no encuentro palabras para agradecerlo. Creo que hacíamos un trío muy bien avenido y el ambiente fue agradable y distendido.
Nos recuerdo desde fuera y todavía me emociono. Me veo como una chiquilla nerviosa que todavía no se cree lo que está viviendo. Habladora como solo soy con alguien a quien conozco desde hace tiempo, y es que en realidad así era.
¿Tenéis un recuerdo vuestro en el que os guste lo que veis? A mí me gusta el que guardo de aquel día.



¿Por qué la foto de un bombón? Os preguntaréis (o no). Porque además de ser el mejor que he tomado en la vida, era tan dulce como todo lo que viví.


jueves, 8 de febrero de 2024

Tus miedos

 
Ilustración de @mrnOmbre. Instagram
 
Son tus miedos, 
no los míos.
 
Mi Otra Yo 

lunes, 5 de febrero de 2024

Un libro y tres casualidades

Cada tarde, cuando iba a la biblioteca, Tú, yo y un tal vez, de María Martínez, me miraba desde el expositor de novedades. Yo aceleraba el paso y me recordaba a mí misma que tenía otras lecturas empezadas pero era cuestión de tiempo que me rindiera a esa portada tan llamativa. 
Como justificación a mi debilidad me inventé la excusa de que lo mejor para matar la tentación era enfrentarse a ella. Seguro que si leía la sinopsis de ese libro descubriría que lo único bueno era su cubierta.
La sinopsis no era para tanto, la verdad, pero la contracubierta me impactó porque la ilustración de la persona que aparecía en ella era igual que Henry.
Como todavía tenía mis dudas seguí buscando alguna razón que decidiera si me lo llevaba o no.
Leyendo la información sobre la autora encontré que también había escrito Cuando no queden más estrellas que contar. Ese lo había leído, o eso creía, porque busqué el título en el documento de excel donde tengo registrado (casi) todo lo que leo y no lo encontré. Pero seguía estando segura de haberlo leído. Busqué entonces el nombre de la autora y tampoco aparecía. Aun así estaba segura de no equivocarme.

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2023 ha sido el primer año en el que también he llevado un control de mis lecturas en un cuaderno. Era el único lugar que me quedaba por consultar. Y ahí estaba el título, en el mes de febrero: Hasta que nos quedemos sin estrellas, de Inma Rubiales.
Me entró la risa tonta porque era el mismo título y a la vez no lo era. Esta era la primera casualidad.
 
Imagen de Internet
 
Finalmente me lo llevé a casa y descubrí la segunda casualidad, que fue que apareciera el nombre de un diseñador de videojuegos que justo me  había mencionado mi hijo esa misma semana.
¿Qué probabilidades había de que el nombre de Hideo Kojima apareciera en ese libro? Bueno, cambio la pregunta porque por el trabajo del protagonista tan raro no era. ¿Qué probabilidades había de que justo ese libro que llevaba días evitando mencionara a ese diseñador? Si hubiera sido al contrario, si primero hubiera leído el libro y después mi hijo me hablara de él, ¿habría reconocido el nombre? Nunca lo sabremos.
¿Y la tercera? Fue ver que Anaís, la chica a la que no conocía y con la que fui al concierto de One Ok Rock, había compartido la imagen de una de las páginas de ese mismo libro en sus historias de Instagram.
 
¡Me encantan las casualidades!
 
 

jueves, 1 de febrero de 2024

Vida de prueba

 
Ilustración de @hessah._.art. Instagram
 
Antes del dibujo definitivo hubo un boceto.
No hay libro que no tenga un borrador.
¿Será esta nuestra vida de prueba antes de la definitiva?

Mi Otra Yo


lunes, 29 de enero de 2024

Libros Que Importan 2023


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Este año no pudimos asistir a Libros que Importan.
Mi marido se puso enfermo y hasta casi el mismo día 31 no supimos si íbamos a pasar la Noche Vieja en Zaragoza.
Curiosamente este año no estaba tan animada y tardé bastante en elegir los libros que iba a intercambiar. Más todavía me costó escribir las dedicatorias. Envolverlos por suerte fue un momentito. 
Al final no sirvió de nada porque no fuimos al intercambio y los libros siguen en casa, pero ni mal me supo.
Había registrado los libros a través del formulario de inscripción y no tenía muy claro qué hacer pero pensé que no estaba de más escribir al correo de la organización y avisar, por si podía servir de algo.
Y resulta que sí sirvió porque hasta me respondieron para darme las gracias y explicarme que sacarían esos títulos de su registro. No me lo esperaba, la verdad.

Espero poder participar el año que viene y ya de paso tener más ganas que este.


jueves, 25 de enero de 2024

Inteligencia Artificial

 
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Últimamente se lleva mucho eso de utilizar la IA para poner rostro a los personajes de los libros. También mostrar la imagen de las personas reales que han servido de inspiración para escribir una historia. No me gusta.  
Creo que nunca, basándome en las descripciones que leo, la persona que he imaginado se parece a la imagen.
Tampoco me convence que nos muestren su fotografía si se han inspirado en personas reales porque me condiciona y en ocasiones incluso me crea rechazo si para mí no hacen buena pareja.  
Si se trata de los personajes prefiero imaginarlos a que con una foto me digan cómo son. Agradezco las descripciones, por su puesto, o incluso un se parece a «menganito» o «fulanito» y a partir de ahí mi cabeza hace su trabajo, pero no quiero que me digan cómo son con una imagen.                         
 

lunes, 22 de enero de 2024

¡Sal conmigo, Bryson Keller!

 
Imagen de Internet
 

En Tapa Blanda es uno de los pódcasts  que escucho y en él se habla de literatura y de todo lo que tenga que ver con ella. Me gusta mucho su contenido pero también las voces y las risas de sus ¿presentadoras, locutoras?. Se nota que les gusta lo que hacen y que disfrutan con ello.
El otro día se me ocurrió que seguramente si buscaba en Internet podría poner rostro a esas voces que hacen que me lo pase tan bien mientras aprendo. Así fue.
Sin mucho esfuerzo encontré en Instagram las cuentas de Iman Aoulad y Vanessa Flores y al fin pude ponerles cara.
Gracias a una reseña de Vanessa descubrí ¡Sal conmigo, Bryson Keller! En ella decía que le había recordado mucho a Heartstopper y eso fue suficiente para convencerme y querer leer la novela.
 
Quien me conoce sabe cuánto me gustan estos descubrimientos inesperados. Una serendipia, ¿verdad? Buscar una cosa y encontrar otra. Descubrir hilos rojos que nos llevan a lugares inesperados.
Me doy cuenta de que todo lo que venga recomendado por un libro o tenga algo que ver con él no necesita de más filtros para ganarse todo mi interés. Después valoraré si merece la pena, pero de primeras ya me ha convencido.

Esta novela nos presenta una historia sencilla y sin grandes dramas en la que podemos vivir el amor entre dos chicos adolescentes a una edad en la que estaría bien que su único problema fuera elegir universidad en vez de tener que esconderte porque te gusta alguien de tu mismo sexo. Pero bien pensado esto de por sí ya es un drama aunque no debería serlo, ¿no os parece?
La vida no es fácil, ya lo sabemos, por eso se agradece de vez en cuando una lectura amable que incluso sabiendo que quizás lo es demasiado sirve para hacernos creer que en algún momento pueda ser así; para hacernos recordar que hubo una época en nuestra vida que comparada con la actual fue tan sencilla.
Su lectura es agradable y se disfruta. Tiene momentos de humor pero también un par en los que a mí me fue imposible contener las lágrimas.
Os la recomiendo.


jueves, 18 de enero de 2024

Mentira


Imagen de @anime_boy1ly. Instagram
 
Todo empezó con una mentira que se convirtió en verdad.
Todo empezó con un «te quiero».
 
Mi Otra Yo


lunes, 15 de enero de 2024

Ángel mentiroso


Imagen de Internet

Aunque no utilizo plumas fue su contenido sobre ellas lo que me hizo seguir a Isa en YouTube.
En algún momento os hablé de que me gustaría que me agradara leer el periódico, por lo que me inspira y me hace sentir la imagen. Algo parecido me pasa con las plumas, pero no lo recordaba. Sé que he tenido alguna, nunca comprada por mí, y he intentado escribir con ella imaginando que de ahí saldrían historias maravillosas pero nunca he tenido la paciencia suficiente para pillarles el truco. Supongo que es lo que hace que me quede embobada mirando sus vídeos aunque no tengo intención alguna de comprarme una pluma. Pero oye, nunca se sabe, que últimamente soy muy de hacer cosas que no tenía pensadas.
El caso es que poco a poco pasé de sentirme interesada por su contenido sobre plumas a querer averiguar un poco más de ella y ver el resto de los vídeos de su canal. Lo que encontré fue una persona muy interesante con la que en algunas cosas coincido y en otras no.
 
El vídeo de Isa del que os quiero hablar es uno en el que hace una reflexión que a mí ya se me había pasado por la cabeza pero que hasta ahora pensaba que era una forma retorcida mía de entender las cosas.
En él nos habla de ese angelito y ese demonio que nos han dicho que todos tenemos y que se dedican a llevarse la contraria cuando de tomar decisiones se trata. Lo tenemos tan interiorizado que no hay que explicar que el angelito nos dice cosas buenas y el demonio cosas malas.
Pero si te paras a pensar y analizas un poco los argumentos de cada uno resulta que no es así, que cuando se trata de pensar en nosotros primero y en nuestro bienestar el angelito nos lo pinta como un acto egoísta, por lo que está mal. Para él siempre es más acertado poner a los demás primero incluso por encima de nuestra felicidad. 
 

jueves, 11 de enero de 2024

Imperfecto

 
Imagen de @xxonlyprivate. Instagram
 
Lo que más me gusta de ti 
son esas imperfecciones que crees tener.

Mi Otra Yo


lunes, 8 de enero de 2024

Y ya van once

Ya van once años de los calendarios de Marian. Que se dice pronto.
 
Cuántas son las cosas que hasta que no echamos la vista atrás no somos conscientes del tiempo que llevan en nuestra vida. Y quien habla de calendarios habla de personas, de costumbres, de una afición a la que le dedicamos tiempo sin darnos cuenta.
También hay cosas menos agradables que se quedan con nosotros y a las que preferimos no dar más visibilidad de la obligada, pero bueno, esas las dejamos aparte.
 
 
Son varios los métodos que uso para organizarme y aunque supongo que podría cambiar o prescindir de algo de todo lo que hago de momento no pienso dejar de utilizar estos calendarios.
¿Podría organizarme con otros? Por supuesto, pero mientras Marian los haga seguirán siendo mi regalo de Papá Noel.
 
Las razones por las que seguir pidiéndolo año tras año son varias: el tiempo que dedica a cada pedido, los regalitos que añade o el detalle de las pegatinas en el paquete son solo algunos que sumar al trato de tú a tú.


Las ilustraciones son preciosas y su tamaño me permite apuntar varias cosas en el mismo día. Para mí es perfecto.


 

jueves, 4 de enero de 2024

Me torturo y me consuelo

 
Ilustración de Henn Kim (@henn_kim). Instagram
 
Me torturo pensando
que podría haberlo hecho mejor.
 
 
 
Ilustración de Henn Kim (@henn_kim). Instagram
 
Me consuelo diciéndome
que lo hice lo mejor que pude.
 
Mi Otra Yo
 
 

lunes, 1 de enero de 2024

One Ok Rock - Luxury Disease Tour 2023

 
Imagen de Internet
 
He perdido la cuenta de las veces que he intentado escribir esta entrada y cuanto más tiempo pasa más me cuesta.
Cada vez que reviso lo que tengo escrito siento que las palabras no van a ser suficientes para explicar lo emocionante que fue para mí lo que os quiero contar. Sin embargo cuando hago memoria la emoción que siento es la misma que aquel día y los recuerdos tienen el color de esos sueños que no te puedes creer se hayan cumplido.
No son las fotos, los vídeos o los detalles comprados, es haber vivido ese momento lo que hace que seamos de una forma u otra, lo que añade instantes de felicidad a nuestra existencia y consigue pintar de otro tono nuestros días. Es nuestro esfuerzo por perseguir una ilusión lo que nos hace sentirnos orgullosos de nosotros mismos. Conseguirlo es la guinda del pastel.

Cuando en febrero del año pasado fui al concierto de la banda surcoreana The Rose no me lo podía creer y aun así sentí que todo es posible.
Yo, poco acostumbrada a vivir experiencias de ese calibre, me di por satisfecha sin darme cuenta y creo que inconscientemente pensé que había llegado a mi tope en lo que a este tipo de vivencias se refiere.
Está muy bien eso de decir en voz alta «¿te imaginas que alguna vez tal o cual grupo viniera a España y pudiera ir?». Pero otra cosa es cuando finalmente vienen y puedes ir. Cuando de verdad vas y lo disfrutas como nunca hubieras soñado.
¿Por qué detenerse ahí entonces? ¿Por qué no pedir en voz más alta todavía que venga mi banda de rock japonesa favorita? Porque me doy cuenta de que nunca he soñado a lo grande y que hasta ahora no había tenido la mentalidad de que el sueño soñado está a medio camino del sueño vivido. Que si al final no lo consigo no pasa nada, pero ya habré disfrutado imaginándolo.
No pasa siempre, estoy segura, y puede que no se vuelva a repetir, soy consciente, pero en este caso se ha cumplido y he disfrutado dos veces: soñando y viviendo el sueño.

El 3 de julio de 2023 me fui yo sola a Barcelona para ver a One Ok Rock en concierto después de haber revendido una entrada a una desconocida. Tendría que haber ido con Maki  pero aunque no pudo ser así el destino puso en mi vida a Anaís, una artista y persona maravillosa que estoy segura no habría conocido de otra forma.
En ese viaje, esa noche y esos dos días que pasé en Barcelona no hubo nada que hubiera hecho antes sola. Todo fue nuevo y emocionante, perfecto y maravilloso. Cuando me aparece en You Tube algún vídeo del concierto no puedo evitar sonreír y buscarme entre el público.
Hay un montón de detalles que os contaría si hubiera escrito esto antes. Iba a decir si lo hubiera escrito en su momento, pero no es cierto, su momento es este. Y ahora lo que quiero y necesito compartir con vosotros es justo esto.

Dos han sido las reacciones que he encontrado en mi entorno al compartir mi experiencia: la de asombro y alegría en unos y la de sorpresa y un recordatorio de todo lo que podría haber salido mal en otros.
La primera, como os podéis imaginar, estupenda. Gente con muchas preguntas dispuesta a escuchar mi historia y a disfrutar de mi alegría. La segunda no  tanto, aunque puedo llegar a entenderla. Eso sí, no da para contar demasiado porque se te van las ganas al escuchar el monólogo de lo que le preocupa a esa persona por todas las cosas malas que te podrían haber pasado. Cosas que no se han dado porque estás ahí con una sonrisa en la cara reviviendo un momento que deseas repetir.
 
Para este viaje le pedí ayuda a Laura, que se ofreció cuando os conté lo del concierto de The Rose, pero también contacté con Sergio para decirle que iba a estar otra vez en su ciudad. A él no pude conocerlo en persona porque esos días iba a estar fuera pero a Laura sí. 
Si echo la vista atrás podría decir que no me reconozco pero que me encanta la persona en la que me estoy convirtiendo y, sobre todo, que aprecio y valoro a esa Otra Yo gracias a cuyo esfuerzo estoy aquí.
Cuando conocí a Chema en mi viaje a Madrid sentí que me encontraba con un amigo al que hacía tiempo que no veía. Era extraña la sensación de tener frente a ti a alguien sobre el que sabes tanto pero al que nunca has visto en persona. 
A Laura le dije que sentía como si la hubiera conocido de dentro hacia fuera. Imaginaba que mientras los demás nos veían como dos amigas tomando algo la realidad era mucho más emocionante; como una primera cita con alguien de cuyo interior estás enamorada y solo te falta ponerle rostro.
Sin darme cuenta estoy coleccionando vivencias cuyo efecto en mí se puede apreciar incluso a nivel físico.

Acabo de darme cuenta de todo lo que he escrito y todavía no os he hablado de lo que realmente me trae por aquí, que es el concierto, y la mejor forma de explicarlo es utilizar una expresión que no suele estar en mi vocabulario: fue una puta pasada.
La compañía de Anaís, la habitación que compartimos con 24 personas más, la gente que conocimos en la cola del concierto, lo cerca que estábamos del escenario, que la banda sonara tan bien como en los vídeos que he visto cientos de veces, las horas que pasé sola desde que despedí a Anaís en la estación de autobuses  por la mañana hasta que me encontré con Laura por la tarde, pasear sola por Barcelona, visitar librerías y una biblioteca, comer sola, el tiempo y la charla que compartí con Laura...
 
Mi intención es seguir recopilando experiencias que me hagan feliz no solo cuando las viva sino también cuando las reviva. Si estáis por aquí compartiré mi alegría con cualquiera a quien le apetezca ser feliz conmigo.