lunes, 1 de enero de 2024

One Ok Rock - Luxury Disease Tour 2023

 
Imagen de Internet
 
He perdido la cuenta de las veces que he intentado escribir esta entrada y cuanto más tiempo pasa más me cuesta.
Cada vez que reviso lo que tengo escrito siento que las palabras no van a ser suficientes para explicar lo emocionante que fue para mí lo que os quiero contar. Sin embargo cuando hago memoria la emoción que siento es la misma que aquel día y los recuerdos tienen el color de esos sueños que no te puedes creer se hayan cumplido.
No son las fotos, los vídeos o los detalles comprados, es haber vivido ese momento lo que hace que seamos de una forma u otra, lo que añade instantes de felicidad a nuestra existencia y consigue pintar de otro tono nuestros días. Es nuestro esfuerzo por perseguir una ilusión lo que nos hace sentirnos orgullosos de nosotros mismos. Conseguirlo es la guinda del pastel.

Cuando en febrero del año pasado fui al concierto de la banda surcoreana The Rose no me lo podía creer y aun así sentí que todo es posible.
Yo, poco acostumbrada a vivir experiencias de ese calibre, me di por satisfecha sin darme cuenta y creo que inconscientemente pensé que había llegado a mi tope en lo que a este tipo de vivencias se refiere.
Está muy bien eso de decir en voz alta «¿te imaginas que alguna vez tal o cual grupo viniera a España y pudiera ir?». Pero otra cosa es cuando finalmente vienen y puedes ir. Cuando de verdad vas y lo disfrutas como nunca hubieras soñado.
¿Por qué detenerse ahí entonces? ¿Por qué no pedir en voz más alta todavía que venga mi banda de rock japonesa favorita? Porque me doy cuenta de que nunca he soñado a lo grande y que hasta ahora no había tenido la mentalidad de que el sueño soñado está a medio camino del sueño vivido. Que si al final no lo consigo no pasa nada, pero ya habré disfrutado imaginándolo.
No pasa siempre, estoy segura, y puede que no se vuelva a repetir, soy consciente, pero en este caso se ha cumplido y he disfrutado dos veces: soñando y viviendo el sueño.

El 3 de julio de 2023 me fui yo sola a Barcelona para ver a One Ok Rock en concierto después de haber revendido una entrada a una desconocida. Tendría que haber ido con Maki  pero aunque no pudo ser así el destino puso en mi vida a Anaís, una artista y persona maravillosa que estoy segura no habría conocido de otra forma.
En ese viaje, esa noche y esos dos días que pasé en Barcelona no hubo nada que hubiera hecho antes sola. Todo fue nuevo y emocionante, perfecto y maravilloso. Cuando me aparece en You Tube algún vídeo del concierto no puedo evitar sonreír y buscarme entre el público.
Hay un montón de detalles que os contaría si hubiera escrito esto antes. Iba a decir si lo hubiera escrito en su momento, pero no es cierto, su momento es este. Y ahora lo que quiero y necesito compartir con vosotros es justo esto.

Dos han sido las reacciones que he encontrado en mi entorno al compartir mi experiencia: la de asombro y alegría en unos y la de sorpresa y un recordatorio de todo lo que podría haber salido mal en otros.
La primera, como os podéis imaginar, estupenda. Gente con muchas preguntas dispuesta a escuchar mi historia y a disfrutar de mi alegría. La segunda no  tanto, aunque puedo llegar a entenderla. Eso sí, no da para contar demasiado porque se te van las ganas al escuchar el monólogo de lo que le preocupa a esa persona por todas las cosas malas que te podrían haber pasado. Cosas que no se han dado porque estás ahí con una sonrisa en la cara reviviendo un momento que deseas repetir.
 
Para este viaje le pedí ayuda a Laura, que se ofreció cuando os conté lo del concierto de The Rose, pero también contacté con Sergio para decirle que iba a estar otra vez en su ciudad. A él no pude conocerlo en persona porque esos días iba a estar fuera pero a Laura sí. 
Si echo la vista atrás podría decir que no me reconozco pero que me encanta la persona en la que me estoy convirtiendo y, sobre todo, que aprecio y valoro a esa Otra Yo gracias a cuyo esfuerzo estoy aquí.
Cuando conocí a Chema en mi viaje a Madrid sentí que me encontraba con un amigo al que hacía tiempo que no veía. Era extraña la sensación de tener frente a ti a alguien sobre el que sabes tanto pero al que nunca has visto en persona. 
A Laura le dije que sentía como si la hubiera conocido de dentro hacia fuera. Imaginaba que mientras los demás nos veían como dos amigas tomando algo la realidad era mucho más emocionante; como una primera cita con alguien de cuyo interior estás enamorada y solo te falta ponerle rostro.
Sin darme cuenta estoy coleccionando vivencias cuyo efecto en mí se puede apreciar incluso a nivel físico.

Acabo de darme cuenta de todo lo que he escrito y todavía no os he hablado de lo que realmente me trae por aquí, que es el concierto, y la mejor forma de explicarlo es utilizar una expresión que no suele estar en mi vocabulario: fue una puta pasada.
La compañía de Anaís, la habitación que compartimos con 24 personas más, la gente que conocimos en la cola del concierto, lo cerca que estábamos del escenario, que la banda sonara tan bien como en los vídeos que he visto cientos de veces, las horas que pasé sola desde que despedí a Anaís en la estación de autobuses  por la mañana hasta que me encontré con Laura por la tarde, pasear sola por Barcelona, visitar librerías y una biblioteca, comer sola, el tiempo y la charla que compartí con Laura...
 
Mi intención es seguir recopilando experiencias que me hagan feliz no solo cuando las viva sino también cuando las reviva. Si estáis por aquí compartiré mi alegría con cualquiera a quien le apetezca ser feliz conmigo.

 

21 comentarios:

  1. ¿Habíais veinticuatro personas en una habitación?:O

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    1. Un poco locura Cabrónidas, aunque más llevadero de lo que esperaba.
      Por lo visto un hostel es algo parecido a un albergue, donde tampoco he estado nunca. No descarto volver a repetir la experiencia si fuera necesario.

      Besos.

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    2. Sólo por eso ya tienes toda mi admiración.

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    3. Creo que tiene menos mérito cuando estás dispuesto a hacerlo.
      No sé si me voy a poder explicar: cuando no haces algo porque crees que no puedes piensas eso, que es imposible, que nunca en la vida lo vas a logras. Pero llega un día que ya sea por una preparación previa de la que no eres consciente, porque algo dentro de ti hizo clic o porque las circunstancias te empujaron tanto que no te dio tiempo a planteártelo lo haces y dices «¿Ya? ¿Esto es todo? Pues igual no era para tanto».
      Y no es que a partir de ahora te creas capaz de hacer todo lo que te ha dado miedo hasta hora, qué va, sigues teniendo cosas inalcanzables pendientes. Pero ya llegará su momento... O no.

      Besos.

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  2. A mi me pasó con caetano veloso. No daba crédito a estar allí.

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  3. Conozco todas esas sensaciones pero admito que hace años que no las siento. Recuerdo cuando iba a conciertos de gente que me gustaba mucho hace mucho ya y sí, es lo que cuentas. Las palabras se quedan cortas. Y además no se olvidan nunca. Recuerdo esos días mejor que algunos días del mes pasado. Son esas pequeñas partes de la vida que ilusionan y justifican un poco el resto, más rutinario, menos atractivo por decirlo de alguna manera.
    Voy a intentar aprender de ti y coleccionar nuevas experiencias antes de enterrarme en vida. Porque son esos momentos los únicos que te hacen sentir que respiras. Besos

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    1. Supongo que hay un momento para cada cosa en la vida y no a todos nos llega a la misma edad.
      Fui a bastantes conciertos de joven pero me doy cuenta de que ninguno lo viví como ahora, sin embargo conozco quien lo lleva haciendo toda la vida y disfrutándolo igual.
      Quiero vivir experiencias nuevas pero también darle una importancia mayor a cosas que siempre me han gustado y a las que no les he dado la importancia que se merecen, para mí. Me he dado cuenta que desde que doy reconocimiento y prioridad a mis aficiones estoy más dispuesta a probar cosas nuevas.

      Besos.

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  4. Excelente entrada por lo efusiva y porque transmite alegría. Y de paso, me inspirás a contar algo parecido que pasé no hace mucho.

    Muy feliz año y comienzo de este 2024...

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    1. Mira si hace meses que pasó y todavía me siento en una nube gracias a esa experiencia.

      Besos.

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  5. Una experiencia vital! Me pasó algo parecido el verano pasado, llevé a mis hijas al concierto de Harry Styles y fue totalmente increíble.
    Besitos.

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    1. «Pequeñas» experiencias que sumadas consiguen hacernos más felices, ¿verdad?

      Besos.

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  6. Ay, es que cuando ves que un grupo que te gusta viene y encima, consigues entrada... me pasa cuando voy a conciertos, que a veces ni me creo que este allí disfrutando su directo pero es que son recuerdos que no te los quita nadie, de los que te dejan sonriendo como una boba mientras los rememoras pero de eso se trata.
    A mi ir de conciertos me sigue haciendo feliz y creo que es algo que no se me va a quitar. A ver quien viene este 2024!
    Un besazo!

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    1. Y es que si además te paras a pensar que toda la gente que te rodea en ese mismo instante en el concierto tiene el mismo sentimiento que tú... Siempre hay algo que nos une, muchas veces lo que menos nos pararíamos a pensar.

      Besos.

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  7. Qué bonito lo que dices, confieso que he estado sonriendo todo el tiempo mientras te leía...
    Hay muchos puntos a destacar en esta entrada, no solo hablas de un concierto (que al final creo que es lo que menos importancia tiene). Entre líneas leo mucho más allá.
    Hablas de valentía, de romper las propias normas (normas que nos imponemos a nosotros mismos sin motivo alguno), a veces por prejuicios, otras por obligaciones, otras por vete a saber qué razones... Pero estas experiencias nos enriquecen, nos hacen perder el miedo, nos alegran la vida y sobre todo, lo más importante: nos tocan el corazón.
    Y haces balance de aquella experiencia y de lo mucho que te ha aportado y eso es lo que cuenta. Seguir sumando.
    Me encantó la charla que tuvimos, estuve muy a gusto contigo. Y recuerdo tus palabras con gran cariño.
    Ya sabes, desea algo con mucha fuerza y espera... seguro que te atreves con todo, solo debes creer(te)lo y tener paciencia para que vuelva a pasar.
    Aquí en Barcelona tienes una amiga, siempre que quieras.

    Beso enorme.

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    1. No se te ha escapado nada de lo que hay entre líneas, Laura.
      Algo tan grande como fue ese fin de semana para mí me ha enseñado que no es necesario hacer cosas extraordinarias para retarnos y superarnos. Que cada día hay algo de lo que sentirnos orgullosas y a lo que le dedicamos un esfuerzo que no valoramos.
      Así ando, deseando mucho, que no muchas cosas, y con los brazos abiertos para recibirlo.
      Gracias por el tiempo que compartiste conmigo. Tendremos oportunidad de repetir, ya verás.

      Besos.

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  8. Debe de ser una emoción superlativa asistir a un recital del grupo preferido.
    Supiste describir muy bien lo que sentiste.
    Besos.

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    1. Fíjate si ha pasado tiempo y todavía no me lo creo XD
      Y pensar que hay gente que hace esto continuamente.

      Besos.

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  9. Devoradora:
    No sé por dónde empezar. Quiero comentar lo obvio, que es fantástico lo que pasaste, que me ilusioné al leer tu ilusión, que hace cosa de un año viví algo parecido y, literalmente, me cambió la vida. Pero no se me quita de la cabeza lo de esa persona que comentó en negativo. ¿Qué le pasa a la gente????
    Mira, ojalá vivas más experiencias como esa. Te deseo al menos una al año.
    Un abrazo enorme.

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    1. Tu deseo se ha cumplido, Dorotea ;-)

      Pues mira, a veces pienso que soy un poco exagerada pero tus palabras me confirman que no: esa experiencia me cambió la vida.
      ¿Cómo? ¿Se nota? ¿Los demás pueden verlo? Me da igual. Yo estoy convencida de que lo que viví estará para siempre conmigo y que ha ayudado a que actualmente esté haciendo cosas nuevas. Igual que anteriormente otras experiencias ayudaron a que me atreviera a ir al concierto.
      Esto es un círculo infinito, y yo elijo hacerlo cada vez más grande.

      Besos.

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  10. Vuelvo a leer esta entrada y sonrío.

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Me interesa lo que piensas.