Hay días en los que tengo que contar hasta el infinito. Esos días la mejor recompensa es el silencio.
Sábado. Segundo día de vacaciones escolares. Mi marido no trabaja. Nos despertamos todos tarde, poco a poco. Después de los desayunos y ya más despejados empezamos con las rutinas y las faenas: poner lavadoras, lavarse los dientes, hacer las camas, recoger y organizar un poco cómo va a ser (o nos gustaría) el día.
Hemos hecho algunos cambios en una habitación y queremos aprovechar unas estanterías que hemos desmontado para poner otras en horizontal, por lo que nos hacen falta escuadras y hay que comprarlas.
Marido: "¿Cuándo vamos a comprar las escuadras?".
Yo: "Pues mejor por la mañana si por la tarde queremos quedar con J y L"- le contesto mientras doblo toallas.
M: "¿Nos vamos?".
Y: "Mejor te llevas a uno de ellos"- me refiero a los niños.
M: "¿Por qué?"- refiriéndose a por qué se va con uno de los niños y no conmigo.
Y: "Porque yo me quedo haciendo faena".
M: "Pues no".
Y: "¿Por qué no?".
M: "Pues porque tenemos que elegirlas".
Y: "Puedes elegirlas tú".
Y con cara de no estar de acuerdo se da media vuelta y se va, con lo que yo interpreto que no piensa ir a comprar si yo no voy, y como yo no voy a ir... me monto mi película en la cabeza: no compramos escuadras, no ponemos estanterías, yo me indigno pero no digo nada, el lunes cojo las estanterías desmontadas y todo lo que había en ellas y lo bajo al trastero.
Empiezo a contar: uno, dos, tres... antes de llegar a 20 oigo que dice a los niños:
M: "¡Vestíos, que nos vamos a comprar!".
El mayor: "¿G también viene?".
M: "Sí".
El mayor: "Pues yo no voy, que ya estoy harto de ir con él a todas partes!".
...treinta, treinta y uno, treinta y dos...
El pequeño: "¡Joooooolines, yo no quiero ir a comprar!"- calla en seco, piensa y pregunta -¿Vamos en coche?".
M: "Sí".
El pequeño: "¡Entonces sí que voy!".
El mayor: "¡Pues yo me quedo!".
... cuarenta, cuarenta y uno, cuarenta y dos...
M: "¡Nos vamos los tres, así que daos prisa!".
Sigo doblando toallas y contando, mientras de fondo oigo a los niños discutir y a su padre meterles prisa.
... sesenta, sesenta y uno...
M: "Bueno, nos vamos, hasta luego".
El mayor y el pequeño: "¡Hasta luego mamá!".
De pronto la casa se hace grande, tanto como el silencio que dejan tras ellos. No recuerdo hasta donde he contado. No importa, tengo mi recompensa, el silencio.
M: "¡Vestíos, que nos vamos a comprar!".
El mayor: "¿G también viene?".
M: "Sí".
El mayor: "Pues yo no voy, que ya estoy harto de ir con él a todas partes!".
...treinta, treinta y uno, treinta y dos...
El pequeño: "¡Joooooolines, yo no quiero ir a comprar!"- calla en seco, piensa y pregunta -¿Vamos en coche?".
M: "Sí".
El pequeño: "¡Entonces sí que voy!".
El mayor: "¡Pues yo me quedo!".
... cuarenta, cuarenta y uno, cuarenta y dos...
M: "¡Nos vamos los tres, así que daos prisa!".
Sigo doblando toallas y contando, mientras de fondo oigo a los niños discutir y a su padre meterles prisa.
... sesenta, sesenta y uno...
M: "Bueno, nos vamos, hasta luego".
El mayor y el pequeño: "¡Hasta luego mamá!".
De pronto la casa se hace grande, tanto como el silencio que dejan tras ellos. No recuerdo hasta donde he contado. No importa, tengo mi recompensa, el silencio.