jueves, 20 de junio de 2019

Jubilada, pero no desocupada

Una de mis amigas de la piscina tiene 72 años, y se jubiló a los 63.
Es viuda desde hace casi año y medio, creo que tiene 2 hijas y un hijo, y por lo menos 5 nietos.
Va a la piscina a las 6 de la mañana, vuelve a casa sobre las 7 y se prepara para ir a por sus nietos para llevarlos al colegio en el pueblo de al lado. Durante la mañana arregla la casa, va a comprar y hace la comida para quien ese día vaya a comer a su casa: nietos, hijas, hijo, yerno... y a veces el novio de la nieta grande. Recoge a los niños a la salida del cole, que se quedan también por la tarde con ella. Al final del día, antes de cenar, creo que muchas tardes sale a caminar con una de sus hijas y la nieta pequeña, que tiene meses.
Hoy nos comentaba que precisamente su hija pequeña le había dicho que seguramente trabajaría los meses de verano, por lo que tendría que quedarse también con el bebé.
No para, no se aburre, y aunque a veces nos cuenta todo lo que hace agobiada, dice que tiene que dar gracias, porque por lo menos no le da tiempo a "darle vueltas a la cabeza". Que una persona sola piensa demasiado.
No sé qué será de mi vida a su misma edad, de hecho no sé qué será de mi vida dentro de 5 años, pero lo que siempre he pensado es que a esa edad ya se debería vivir para ti, para dedicarte a tus cosas.

4 comentarios:

  1. Una buena entrada refleja mucho la vida de las personas con una edad , ellas son más activas que sus propios hijos , pues no solo cuidan de su casa sino tan bien de sus hijos y nietos y les da tiempo para disfrutar de sus amigas ..Un buen día y abrazo incluido.

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  2. Hola! Me he puesto a leer y he decidido comentar esta. Conozco varias personas jubiladas en la misma situación que tu compañera de piscina y me parece terrible. Están estresadas, agobiadas, no tienen ni un minuto para ellas. No es que echen una mano, es que están esclavizadas. Es un tema que da para reflexionar mucho tiempo, pero de verdad me dan mucha pena.

    Un abrazo.

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    1. Pues pienso lo mismo que tú, pero cuando son ellas mismas las que te dicen que lo agradecen porque así no están solas o al mantenerse ocupadas no les da tiempo de pensar... pues la que no sabe qué pensar soy yo. Parece que se quejan con la boca pequeña, por si acaso.
      Es un tema para reflexionar mucho, tienes razón.
      Supongo que nunca se deja de estar ahí para ayudar a los hijos, por eso quizás deberíamos de ser los hijos precisamente quienes viéramos la diferencia entre ayudar y esclavizar.
      Besos.

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