Siempre he pensado mucho las cosas, tanto, que a veces se pasa la oportunidad. Valoro pros y contras, tengo en cuenta todos los inconvenientes que pueden surgir e incluso me invento algunos, por si acaso. Veo cómo puede afectar a la rutina de los que están a mi alrededor eso que quiero hacer y sin saber si a ellos les molesta decido que sí. Entonces pueden ocurrir dos cosas: que el momento pase por mi indecisión o que yo misma lo deje pasar.
No es culpa de nadie. Bueno, sí, es culpa mía. Por eso me he propuesto cambiarlo, así que esta vez invertí el orden y disfruté del proceso.
Cuando en agosto del año pasado vi que The Rose venía a España en el último concierto de su gira solo pensé que una oportunidad como esa igual no la volvía a tener en mi vida. Ese pensamiento consiguió que todos los pros se hicieran tan grandes que los contras no tuvieron otro remedio que rendirse y huir. Que el concierto se celebrara un domingo a las 20:30 h, a casi dos horas y media de mi casa, y que el lunes tuviera que trabajar, no fue suficiente para, como siempre, dejarlo pasar.
¡Ojo! Había gente allí de todas partes de España, incluso de otros países, sé que no hice nada extraordinario, pero lo sentí como si así fuera.
Desde que compré las entradas hasta el día del concierto fueron surgiendo cosas a las que me fui adaptando y poniendo solución. De hecho Sergio sabe, porque me puse en contacto con él seis meses antes del concierto, que en un principio tenía pensado hacer noche en Barcelona y al final no fue así.
Por cierto, igual que en su día pude contar con la ayuda de Chema en esta ocasión tuve la suerte de poder contar con la de Sergio. Mil gracias.
Y esto, el pedir ayuda a alguien, a personas que no me deben nada, es uno más de los muchos detalles que hace tiempo intento añadir a mi vida. Ellos me confirman que aunque en el día a día lo que nos deja marca es lo que nos molesta, tenemos a nuestro alrededor gente estupenda que contribuye sin saberlo a hacer nuestra vida un poco mejor.
La historia en realidad es muy simple: concierto un día cualquiera al que voy acompañada en un viaje de ida y vuelta porque no hay tiempo para más, del que me traigo como recuerdo fotos y vídeos que con el tiempo quedarán olvidados en alguna carpeta del ordenador.
Pero para mí, que siempre todo es tan complicado, no ha sido nada simple poder llegar a disfrutar de los frutos que me está dando esta transformación que llevo años realizando conmigo misma.
Y no creáis, cada vez que me releo para corregir o para asegurarme de que me explico bien no puedo quitarme de encima la sensación de que todo esto quizás suene trascendental, espiritual o muy «happy flower». En todo caso, no muy propio de mí. Pero es que realmente es lo que siento. Soy consciente de que no es algo tan especial o mágico como puedan indicar estas letras y si tuviéramos la posibilidad de hablar tranquilamente frente a un café o una cerveza seguro que descubriría que no es para tanto. Pero para mí sí lo es. Es el resultado, el premio, a ser perseverante conmigo misma.
No sabría decir si últimamente veo la vida de otro color o con otros ojos, y aunque no sepa explicar la diferencia creo que me decanto por la segunda opción. Y mientras escribo esto pienso que hace falta lo segundo para poder conseguir lo primero. O que para ver la vida de otro color solo necesitamos un complemento, mientras que para verla con otros ojos necesitamos una transformación y una creencia que nos haga sentir que las cosas pueden ser de otra manera.
No es lo mismo pensar que la vida es una mierda o que en la vida hay días de mierda. Puede haber todo un mundo entre un pensamiento y otro.
Tengo claro que igual que he llegado hasta este punto puedo volver al principio o simplemente cambiar de visión otra vez, pero el caso es que es aquí donde estoy ahora y en lo que he decidido centrarme. Voy a corregir también en mí esa tendencia a prepararme para los tiempos complicados que puedan llegar. Ya los afrontaré cuando los tenga cara a cara y sepa exactamente a lo que me tengo que enfrentar.
Y todo este rollo para hablar de un concierto. Ya os he dicho antes que tiendo a pensar todo demasiado y complicarlo. Así que si habéis llegado hasta aquí os merecéis que os cuente lo importante, que es cómo fue ese día.
En cuanto vi en Internet la noticia de la gira y la fecha en la que salían las entradas a la venta me la apunté en el calendario para no olvidarla. Antes de empezar a mirar detalles y demás ya me imaginé allí y me dije que si me hacía sentir tan feliz solo imaginarlo tenía que hacer todo lo posible por lograrlo.
Decidir hacerlo desde un principio sin tener en cuenta nada más para mí es como tirarme a la piscina sin comprobar si hay agua siquiera. Estaba dispuesta a irme sola al concierto, pero aun así le pregunté a mi marido si querría acompañarme, pensando que la mejor respuesta que me podía dar era un «sí». Y no, la mejor respuesta fue un «claro» tan espontáneo y natural que parecía que la pregunta sobraba.
Y si como yo aquel día vosotros también pensáis que la cosa no podía mejorar dejadme deciros que los momentos perfectos existen y ese era uno de ellos, porque como el concierto era la misma semana de mi cumpleaños dijo que me regalaba las entradas y ese sería su regalo este año.
¿Podía salir algo mal con tremendo comienzo? Ni siquiera asomaron las nubes negras que solían seguirme de lejos.
Después de conseguir las entradas y leer en foros y redes sociales lo rápido que se habían vendido pude respirar tranquila y sentirme un paso más cerca de mis sueño, y eso que todavía faltaban seis meses. Seis meses en los que como he comentado más arriba surgieron imprevistos que no podría haber imaginado pero que pudimos arreglar.
Dos cosas sobre las que yo no tenía nada de control me preocupaban principalmente de ese día. La primera era el tema del aparcamiento, porque nunca habíamos estado en esa zona y no sabíamos si era buena idea dirigirnos directamente a la sala del concierto o buscar primero dónde aparcar. Pues no hubo ningún problema porque encontramos un sitio a la vuelta de la esquina, literal. Y aunque yo ya era feliz sabiendo que iba a respirar el mismo aire que la banda el otro tema que me preocupaba era estar demasiado lejos y no verlos bien, porque estaba pendiente de ponerme gafas. Tampoco fue un problema porque incluso con lo corta de vista que andaba estaba lo suficientemente cerca como para verlos estupendamente.
¿Qué más podía pedir? Nada. Ni las horas de espera, el tiempo de pie en la cola o la desorganización del personal de la sala restaron encanto al resto. Pude ver a los chicos de cerca y sentada, teniendo en cuenta que las entradas eran numeradas y nosotros teníamos las 865 y 866. El ambiente fue en todo momento de buen rollo y ganas de pasárselo bien. Mientras esperábamos pude hablar con personas a las que les gustaba la misma música que a mí, cosa que normalmente solo puedo hacer con Maki. Además, conocí en persona a Belén, una chica española a la que sigo en TikTok y que tuvo el detalle de hacer photocards del grupo para regalar.
Pues eso, un día perfecto. No le sobró ni le faltó nada.
Gracias por haber leído hasta el final 😊
Me alegro que lo disfrutaras, las experiencias son lo que te vas a llevar de esto así que vale la pena a veces dejarse llevar. No conozco casi nada de música pero sí algo más de las personas así que me alegro que hyas confiando primero en tu instinto y luego en Sergio. Un abrazo
ResponderEliminarYo, que acumulo tantas experiencias en los libros que ocupan mis estanterías estoy descubriendo que lax mejores serán siempre las que yo viva en persona.
EliminarBesos.
Es estupendo que todo saliera bien. Un beso
ResponderEliminarLa verdad es que sí Susana. Días como ese te hacen pensar que todo puede ser mejor.
EliminarBesos.
Enhorabuena por asistir a algo que te hacia feliz, además todo salió a pedir de boca, esa experiencia la tendrás siempre contigo aparte de conocer en persona a gente de la red.
ResponderEliminarCreo que disfrutaste del mismo modo, desde el minuto uno que viste que tu grupo venía actuar a España , que cuando estabas delante de ellos , ese proceso te tenia exaltada de alegría, y encima para guinda de pastel , la semana en que cumplías años, y tu marido no solo fue contigo, sino que te regalo las entradas, eso se llama creer en una misma, y es hora que vayas creyendo más en ti
Un besazo y que tengas una muy feliz semana.
Campirela, todavía no me he bajado de la nube, imagínate.
EliminarAhora ando buscando otras nubes que visitar.
Besos.
Sólo una cosa,
ResponderEliminarcuidado con
el Tik tok .
Mis hijos me dicen lo mismo, y tenéis razón. Pero como en todos los sitios, también en TikTok se descubren cosas maravillosas.
EliminarBesos.
Yo sí que te debería agradecer a ti otras muchas mejores informaciones que me has dado a mí en otras ocasiones y más. Ojalá hubiese estado más preparado en carreteras y aparcamientos pero es que ni conduzco. Si hubieses decidido pasar la noche sí tenía algunos hoteles no muy caros(aunque Barcelona, buff... no es barata). Os hubiese indicado en persona este o aquel. Esa espina se me quedó ahí. Aunque respiré aliviado cuando supe que te había ido bien.
ResponderEliminarNo es ninguna tontería que de algo pequeño como un concierto hayas sacado algo más grande y personal para ti misma. Me recuerda cómo expliqué yo mismo que de algo tan básico como construir una estantería de IKEA saqué también algo más profundo y transformador. La idea es renovarnos. Si buscamos excusas para hacerlo da igual su tamaño. Lo importante es que nos mejoren. Tu experiencia allí me recuerda a la de todos los conciertos que iba. El buen rollo de los que van a disfrutar de lo mismo, su animación, saber que estáis en la misma onda. Besos
Hace mucho que no iba de concierto y ahora puedo asegurar que solo uno significó casi tanto para mí como este. En esos momentos me gusta mirar a mi alrededor y observar a la gente que está ahí por lo mismo que yo y que seguramente eso sea lo único que nos una.
EliminarEsa es la palabra Sergio: renovarnos. La de experiencias que hay tras los gestos más simples.
Besos.
Casi increíble que te hayas decidido a escribir tanto rato, o sea, un párrafo tan largo!! Bien por ti. Me alegro también de que pienses que estás mejorando en tus objetivos, los que sean, eso de crecer por dentro está muy requetebien.
ResponderEliminarConseguir algo que sabes que te cuesta tiene mucho mérito. No te lo quites tú sola. Los demás también tenemos nuestras batallas...
Besos!
Yo pensé lo mismo cuando terminé de escribir Rosana. Pensé que si la gente no lo leía porque era demasiado largo por lo menos me servirá a mí para no olvidarlo.
EliminarBesos.
Madre mía cómo te rayas, amiga.
ResponderEliminarTe pasa como a mí, que sobrepensamos demasiado, es terrible.
Es la hostia, que nadie le quite ni un gramo de valor y te diga que es una tontería, y te lo mereces porque tú la veles y punto.
Al final en la vida es como en las pelis, tienes que elegir siempre el mejor guión posible para que sea un éxito, o al menos interesante, y el mejor guión nunca es quedarse en el sofá.
Hasta eso lo voy a cambiar Kiffi. Cuanto más evito rayarme más me cuesta quitarme de la cabeza lo que me ronda, así que ahora me desahogo a lo grande, ya no me quedo nada dentro. Y a otra cosa mariposa.
EliminarQue ahora que lo pienso, más que darle vueltas a algo es aceptar que ese algo es lo suficientemente importante para mí como para que quizás me quite el sueño.
Besos.
Me alegro muchísimo que lo disfrutaras y que te atrevieras a ir, que rompieras barreras. Besos :D
ResponderEliminarYo también me alegro mucho Margarita 💪💪
EliminarBesos.
No cabe duda de que era tu día. Llegar a Razzmatazz y encontrar aparcamiento cerca a las primeras de cambio es un claro indicador. Una vez vas a un concierto, ya no puedes dejarlo. Quizá a ti también te pasará.
ResponderEliminarPues nunca se sabe Cabrónidas. De momento ya me he comprado entradas para un remember este verano con las amigas XD
EliminarBesos.
a veces ves clarísimo que hay muchas más razones para hacer algo que para no hacerlo.
ResponderEliminaryo una vez fui solo a un concierto de conchita (la cantautora madrileña). también mola ir solo/a, pero si fuiste con tu marido, mucho mejor.
este grupo eligió un bonito nombre. no puedo evitar acordarme de la canción 'the rose' de bette midler.
si un día volvéis a madrid, dame un toque! aquel día lo pasamos muy bien. realmente no hace falta hacer cosas extraordinarias para luego tener un recuerdo bonito...
besos!!
Nos encantó Madrid y tenemos pensado volver. Ten por seguro que te avisaré ;-)
EliminarLo más extraordinario muchas veces es atreverse, lo demás parece que viene solo.
Y lo de ir a un concierto sola pues ya no lo descarto, porque una vez allí escuchando la música estás solo y acompañado a la vez. No sé si me explico. Lo disfrutas como si estuvieras sola pero estás entre un montón de personas a las que les gusta lo mismo que a ti.
Besos.
Siento que esta “experiencia musical” ha sido más que un concierto, creo que ha sido el punto de partida (o una coincidencia en el tiempo) que te ha permitido descubrir que eres capaz de caminar por la vida a un ritmo diferente, más rápido, más satisfactorio, avanzar con más valentía, con menos temores, con más fe en ti misma, con menos dudas, con más seguridad. Y se nota claramente que ahora enfocas la vida con otra perspectiva, ya no caminas con la cabeza mirando al piso, midiendo cada paso, temiendo tropezar, caer, resbalar. Ahora lo haces con la frente en alto, pisando fuerte, disfrutando del camino, gozando de los detalles que vas descubriendo, sumando nuevas experiencias y con la mentalidad siempre puesta en llegar a tu meta y con la disposición de enfrentar con gallardía cualquier traspiés que se presente en el camino.
ResponderEliminarAutora, mientras tus “deseos” por lograr una meta sean más grandes que tus miedos a no poder, tu voluntad de lucha y esfuerzo serán siempre más fuertes que cualquier adversidad.
No sabes cuanto me encantó leerte …
¡Gracias, guerrera!
Me han gustado mucho tus palabras Juan Carlos. He sentido como si estuvieras en un rinconcito de mi cabeza y supieras exactamente lo que siento.
EliminarBesos.
Creo que a lo largo de nuestra vida que es corta pero parece una eternidad, tenemos muchas oportunidades de crecer, de aplicar nuestros enfoques, de intercambiar opiniones, de crecer e incorporar nuevos puntos de vista. Tenemos nuestra personalidad, pero también podemos hacer o decir cosas que en un principio no sean propias de nosotros y es que hay que intentar recorrer todos los caminos, si se equivoca, volver y retomar.
ResponderEliminarTe felicito por no dejarte atrapar por tus prejuicios, estructuras y autoboicot y segui adelante!
Te dejo besos!
Y hasta cierto punto ¿qué es y qué no lo es propio de cada uno? Hay situaciones que hasta que no se nos presentan no podemos decir qué haríamos en ellas.
EliminarIncluso en esas situaciones en las que estamos convencidos que no actuamos acorde a nuestra personalidad puede que forme parte de ella sin saberlo.
Besos.
También podías haberme avisado y te hubiese ofrecido mi ayuda. No conozco al grupo, pero si la sala de conciertos (en la que he disfrutado de muchísimas noches y que tengo a unos 20 min de mi casa...).
ResponderEliminarEn tu próxima aventura (si la hay) no dudes en decirme algo. Besos.
Pues no lo pensé Laura. Supongo que como últimamente estás menos presente por aquí no me viniste al pensamiento :-)
EliminarEspero que haya una próxima aventura. Cruzo los dedos.
Gracias por el ofrecimiento.
Besos.