Creo que para poder convivir con otras personas son necesarias normas o reglas que permitan compartir espacios sin tener conflictos. También tengo asumido y comprobado que hay quien se pasa esas normas por el forro de los cojones, aunque estén escritas de forma que todo el mundo pueda entender, como la señal de prohibido fumar dentro de los ascensores.
Me podrás decir que esa señal está en un lugar poco visible o que es poco llamativa, quizás que igual a esa persona no se le ha ocurrido analizar las cuatro paredes del ascensor al milímetro por si podía encontrar información de su interés. Pues vale, aquí es donde están las reglas no escritas que, por supuesto, no todos tenemos que interpretar igual.
En mi escalera hay once pisos de los cuales nueve están ocupados todo el año y los otros dos son segundas viviendas. Vete tú a saber porqué, aun habiendo once pisos solo hay diez cuerdas en la terraza comunitaria para tender. Nunca ha habido problemas de falta de espacio porque solo las utilizamos dos personas de forma habitual. Una tercera parece que lo hace cuando se acuerda. Y después están esos otros dos pisos, que también tienden en esa terraza. No hay cuerdas asignadas, cuando llegas tiendes donde quieres si está todo libre y si no, pues en las quedan. Y ya está.
Sin estar escrito lo hemos hecho siempre así y nunca nos ha faltado espacio. Eso sí, a costa de utilizarlas pensando que hay más gente.
Pero mira, mientras escribo esto no puedo más que confirmar lo que desde hace tiempo ya pienso, y es quien no suele subir a tender, no sabe «utilizar las cuerdas». O se la suda los demás. No sé decirlo de otra forma. Es como cuando hay un hueco para aparcar en el que caben dos coches perfectamente y alguien llega y aparca su coche justo en el medio.
No sé en qué piensas si están todas las cuerdas libres y utilizas tres cuando te cabe toda la ropa perfectamente en dos. Y mi cabeza explota cuando veo que has tendido en una sí y en otra no, dejando una cuerda vacía entre ropa y ropa.
No es un problema grave y no desencadenará una guerra. Viéndolo desde lejos hasta me enfado conmigo misma por el cabreo tonto que pillé, sobre todo porque no es la primera vez que pasa.
Como sé quienes son, mis argumentos internos para justificar esa forma de hacer es que ellos viven en una capital y allí el espacio es escaso —coño, pues por eso mismo deberían de ser más considerados ¿no?—. Aquí nos sobra el sol y el viento, no hace falta que haya una distancia de un metro entre ropa y ropa para que se seque. Sé que ellos van faltos de sol en invierno, sin embargo de viento van sobrados.
Pero da igual las excusas que me ponga a mí misma, porque mientras Yo intento ponerme en su situación para entenderlos, Mi Otra Yo tiene argumentos de sobra para cerrarme la boca.
La gente es muy dejada y muy egoísta. Tu reflexión de hoy me ha recordado a la "teoría de los carritos de supermercado" (no te dejo enlace para no spamear, pero sale en google). Me molesta enormemente la gente que deja el carro en cualquier sitio cuando fácilmente lo puedes devolver a su lugar, pero como van sin euro, los dejan en medio sin importarles si puede incluso provocar un accidente...¡me cabrea mucho! Sin duda, hay dos tipos de persona...
ResponderEliminarBesos.
Es que al final nos buscamos que se pongan normas e instrucciones para todo, como si fuéramos tontos. Si hay un lugar donde dejar los carritos ¿por qué no los dejas ahí? Lo gracioso es que después lo raro es ver a alguien haciendo lo que hay que hacer, y si le llamas la atención a quien abandona el carro por ahí además te replica de malas maneras.
EliminarBesos.
Te leo y no puedo evitar sonreírme imaginado tu enfado y sorbetodo el enfado por estar enfadada. El problema de la normas no es estar o no escritas aunque si se escriben al menos no cabe dudar de que existan, el problema es siempre de racionalidad y de empatía, si yo llego y veo un coche ocupando dos espacios no puedo dejar de pensar en lo ilógico de ese actuar o en lo egoísta de quien lo hace para que no le rocen su "magnifico" coche, sin embargo si hay diez cuerdas y alguien ya ha tendido en una o en dos no veo problema en tender dejando una cuerda en medio porque esa cuerda no la inutilizo y la puede usa quien quiera. Lo del ascensor es otra cuestión, no hace falta poner un cartel para recordar lo que ya dice una ley, que no se fuma en espacios cerrados de uso común (ni en zaguán ni en los pasillos ni en el ascensor)
ResponderEliminarHe intentado entender la razón por la que dejar una cuerda libre en medio y lo único que se me ocurre es que crean que al dejar más espacio entre ropa y ropa tendida se seque antes, o mejor. No llego a más, de verdad. Pero si entonces llego yo y tiendo en medio mi ropa mojada, cuando la otra ya está casi seca y las prendas se tocan al final se va a mojar la otra también.
EliminarQue seguro que no es tan complicado y soy yo la que le da demasiada importancia. De hecho en todo este tiempo siguen tendiendo así, por lo que entiendo que sus razones tendrán. Aunque no las entiendo.
Besos.
Cuando vivimos en comunidad al menos es mi parecer debemos acatar unas normas que dicta dicha comunidad, y aun no existiendo en este caso que explicas , es de lógica , que las cuerdas del tendedero se utilicen de forma que todos puedan tender. Es obvio que hay personas que la convivencia se la pasan por donde tú has dejado bien claro.
ResponderEliminarEs un problema de educación ,no te quepa la menor duda. Un beso.
Hay días en los que simplemente intento no darle importancia a esos detalles, pero otros...
EliminarBesos.
Forro de los
ResponderEliminarcojones, has
sido soez,
Bieeeeen,
denotó que
estas más
rallada que
el carajo,
aunque
claro, tus
razones .
Orlando, a punto estuve de cambiar esa expresión por otra menos «malsonante», pero necesitaba desahogarme y esa era la que más se ajustaba a lo que sentía en ese momento. Me quedé súper a gusto.
EliminarBesos.
Es una batalla perdida. Por mucho que te esfuerces, aun siendo tan objetiva como puedas, jamás podrás entender la supina estupidez de algunos hijos de puta que no saben convivir con sus congéneres.
ResponderEliminarLe has leído la mente a Mi Otra Yo.
EliminarBesos.
Toda esta entrada podría hacerla mía. Es prácticamente la historia de mi vida y de mis pensamientos más negros. Cada día enfadado por el desgraciado que bebe en su bar mientras su perro viene a hacer sus cosas delante de mi puerta(y esto acabará mal, lo prometo, mi paciencia agotada da miedo), la vieja de las palomas que tira pan mojado y me salpica las ventanas y me las convierte en palomar, mis enemigos ruidosos que me llenan de ruido el piso hasta que... bueno, les he hecho de todo y paran de hacerlo mientras se acuerdan. Creo que hay algo de batalla perdida porque estoy casi seguro que en sus cabezas ellos tienen tanta razón como nosotros en la nuestra. El problema también es que su cabeza está vacía. Y que la mía se está llenando de odio. Disculpa el tono pero esto me llega. Besos
ResponderEliminarNo hay nada que disculpar Sergio, tus palabras son las de Mi Otra Yo, a la que solo le he permitido dejarse ver con un par de palabras.
EliminarLos mismos pero en diferentes versiones: mis vecinos los que dan portazo cuando vienen o se van, da igual la hora. La última vez incluso tocando la niña el clarinete nada más entrar en casa, a las once de la noche... El que toca el pito para decirle a la mujer que baje en vez de llamar al timbre, todos los días varias veces. Los vecinos de abajo cuyos hijos van dejando por la escalera el plástico de la pajita del zumo porque no les da tiempo de desayunar antes de salir para el colegio...
Ahora mismo vuelto a estar enfadada porque me doy cuenta de que la culpa no es suya, es mía por sentirme así. Me siento muy cobarde en estas situaciones en las que siempre imagino que si plantara cara acabarían mal, muy mal.
Besos.
La gente es muy desconsiderada. Un beso
ResponderEliminarMuchísimo Susana.
EliminarBesos.
ya tienes que estar enfadada para decir palabrotas, tú que eres una mujer tranquila. ;)
ResponderEliminarme recuerda a cuando en la biblioteca pública había gente que ocupaba varios sitios dejando sus bártulos. ahora que lo pienso, la lista de actitudes desconsideradas de ciertos usuarios de las bibliotecas sería interminable. hoy día no lo aguantaría, mi paciencia no es la misma que hace dos décadas...
besos!
Otro claro ejemplo el que tú comentas. O en el transporte público.
EliminarA mí la edad me ha traído cierta cantidad de descaro y en según qué situaciones sí que digo algo, y me hace gracia porque cuando antes veía esa actitud en los demás me chocaba eso, lo descarados que eran. Ahora me doy cuenta de que es la otra parte la que no actúa bien y aun encima tenemos que ir pidiendo permiso por algo que nos «corresponde».
Besos.
Ja,ja, ja, vaya cabreo que te has pillado!!! Que sí, que te entiendo, porque yo que trato con gente a menudo, veo y constato lo desconsiderada y egoísta que es. Aunque también me encuentro con gente amable y considerada.
ResponderEliminarÁnimo, Tu otra yo!!
Besos
Además, hay mucha más gente considerada que egoísta, pero es que hay días en los que parece que solo han salido a la calle los segundos.
EliminarBesos.
Que la gente va a su bola es una verdad indiscutible
ResponderEliminarSpeedy
Y así andamos todos, rebotando unos con otros como bolas dentro de una caja.
EliminarBesos.
Qué buena metáfora, Devoradora!! clap, clap, clap
EliminarYo.... pondría alpiste por toda la terraza y me sentaría a ver venir las palomas, dispuestas a dejar caer sus bombas sobre esa ropa al viento.
ResponderEliminarJa, ja, ja. ¡Qué cabrona! Me acabas de recordar el meme ese en el que aparece alguien bien feliz en primer plano y al fondo una casa en llamas.
EliminarTomo nota.
Besos.
Ya sabes que hay gente de todo tipo.
ResponderEliminarUn beso enorme.
Pues sí, para bien o para mal así es.
EliminarBesos.
Creo que es más obvio en el caso de fumar en un espacio cerrado. En ese caso, ni siquiera debería de ser necesario el cartel en es ascensor. Debería pensarse en no invadir el espacio de otro, con un hábito que puede no gustar.
ResponderEliminarY también en el caso del estacionamiento.
Lo que mencionás tal vez no sea tan obvio.
¿Cómo te llevas con tu otra yo? Besos.
Soy consciente de que puede no resultar obvio, pero me cuesta taaaaaanto aceptarlo.
EliminarPues estos días nos llevamos bastante bien, tanto que a veces parecemos la misma persona ;-)
Besos.
Te dejé ayer un comentario, pero no lo veo. Mira a ver, porfavor, si está en spam, que a veces caen allí.
ResponderEliminarYa sabes que hay gente de todo tipo.
Besos.
En spam estaba.
EliminarBesos.
Interesante canción Julio David, y magnífica la forma que tanto el grupo como los espectadores la disfrutan. Gracias por la recomendación.
ResponderEliminarVa un beso.
Igual siempre ha sido así, pero creo que no, creo que ahora hay más gente con empatía <1000. Y a mí también me dan mucha rabia estos energúmenos.
ResponderEliminarMe sosiega saber que no seré uno de ellos
No lo sé. A veces incluso parece que se ponen todos de acuerdo para darte el día.
EliminarBesos.