Cada tarde, cuando iba a la biblioteca, Tú, yo y un tal vez, de María Martínez, me miraba desde el expositor de novedades. Yo aceleraba el paso y me recordaba a mí misma que tenía otras lecturas empezadas pero era cuestión de tiempo que me rindiera a esa portada tan llamativa.
Como justificación a mi debilidad me inventé la excusa de que lo mejor para matar la tentación era enfrentarse a ella. Seguro que si leía la sinopsis de ese libro descubriría que lo único bueno era su cubierta.
La sinopsis no era para tanto, la verdad, pero la contracubierta me impactó porque la ilustración de la persona que aparecía en ella era igual que Henry.
Como todavía tenía mis dudas seguí buscando alguna razón que decidiera si me lo llevaba o no.
Leyendo la información sobre la autora encontré que también había escrito Cuando no queden más estrellas que contar. Ese lo había leído, o eso creía, porque busqué el título en el documento de excel donde tengo registrado (casi) todo lo que leo y no lo encontré. Pero seguía estando segura de haberlo leído. Busqué entonces el nombre de la autora y tampoco aparecía. Aun así estaba segura de no equivocarme.
2023 ha sido el primer año en el que también he llevado un control de mis lecturas en un cuaderno. Era el único lugar que me quedaba por consultar. Y ahí estaba el título, en el mes de febrero: Hasta que nos quedemos sin estrellas, de Inma Rubiales.
Me entró la risa tonta porque era el mismo título y a la vez no lo era. Esta era la primera casualidad.
Finalmente me lo llevé a casa y descubrí la segunda casualidad, que fue que apareciera el nombre de un diseñador de videojuegos que justo me había mencionado mi hijo esa misma semana.
¿Qué probabilidades había de que el nombre de Hideo Kojima apareciera en ese libro? Bueno, cambio la pregunta porque por el trabajo del protagonista tan raro no era. ¿Qué probabilidades había de que justo ese libro que llevaba días evitando mencionara a ese diseñador? Si hubiera sido al contrario, si primero hubiera leído el libro y después mi hijo me hablara de él, ¿habría reconocido el nombre? Nunca lo sabremos.
¿Y la tercera? Fue ver que Anaís, la chica a la que no conocía y con la que fui al concierto de One Ok Rock, había compartido la imagen de una de las páginas de ese mismo libro en sus historias de Instagram.
¡Me encantan las casualidades!
La verdad es que me han pasado situaciones parecidas que me llevan a acordarme de la maravillosa cita "Hay veces, en que son los libros los que nos encuentran a nosotros".
ResponderEliminarBesos.
Otro punto a favor de los libros. Todo son cosas buenas.
EliminarBesos.
Buenos días, otra casualidad más, al igual que tú cuando leo un libro lo suelo apuntar en un cuaderno especial que tengo para registrarlo. Y soy asidua a la biblioteca. El título me parece genial, habrá que darle una oportunidad.
ResponderEliminarUn besote, feliz semana.
A los pendientes por leer que tengo en casa también tengo que añadir los que como tú, me apunto para poder hacerme con ellos cuando pueda. Voy a tener pendientes toda la vida.
EliminarBesos.
Me desconciertan estas casualidades. A veces son tan poderosas y tan bajas las probabilidades de que sucedan que no sé cómo afrontarlas.
ResponderEliminarYo apunto lo que leo desde hace más de veinte años. Autor y título. Me ha sido muy útil cuando no recordaba ese autor o ese título pero sí que me gustó un libro suyo y quería seguir leyendo algo más del escritor. En la lista me refresco la memoria. Besos
A veces esas casualidades asustan. Cuando suceden es fácil imaginar que alguien te observa desde arriba (¿o será desde abajo?) mientras se dedica a jugar contigo poniendo migajas de pan para que las sigas.
EliminarBesos.
Me encantan las casualidades, pero no creas que me encuentro con muchas, no sé si es despiste o que no soy capaz de hacer conexiones. La última es la que te comenté el otro día. Me ha encantado leer esta tuya.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues yo creo que hay más de las que pensamos, pero no reparamos en ellas. Son divertidas y algunas incluso emocionantes. Además, diría que nunca vienen solas.
EliminarBesos.
Siiii, a mí también me encantan!! Aunque siempre recuerdo la frase de Agatha Christie: Las casualidades no existen.
ResponderEliminarPero sí, sí que existen y tengo varias anécdotas que lo certifican.
Besos
Yo también creo que existen, estoy convencida. Y las disfruto mucho cuando pasan.
EliminarBesos.
un libro que leíste hace mucho tiempo y que, por lo que sea, no te dejó mucha huella, puede pasar que luego no te acuerdes de que lo leíste. pero lo contrario, ver un libro y creer que lo leíste cuando no es así, ya es más raro. la explicación estaba en los títulos, que decían lo mismo pero no exactamente con las mismas palabras.
ResponderEliminarbesos!
Es que en este caso lo de los títulos es muy curioso. Quizás a alguien más le ha pasado como a mí con estas dos novelas.
EliminarBesos.
jajajaj sí, a mí también ... y a veces, con según quién, no paran de suceder.😊
ResponderEliminarBesos.
Y una detrás de otra, ¿verdad?
EliminarQuizás son avisos para que nos demos cuenta de algo.
Besos.
A mi ese libro me encantó, muy dulce, muy tierno. Yo creo que te va a gustar
ResponderEliminarMe ha gustado Speedygirl.
EliminarJusto es dulce y tierno, como dices. Me enamoré del protagonista masculino.
Besos.
Vengo del blog de Chema y yo como tú... soy una devoradora de libros, este me encantó
ResponderEliminary muchos de esta temática...
Que tengas un bonito día
Hola, Cora. Bienvenida.
EliminarEstoy encantada de tener otra devoradora por aquí ;-)
Besos.