Un día descubrí este blog:
Fue a través de facebook, pero no recuerdo el tema, la entrada o la publicación que me llevó a él.
Lo leo cuando me interesa el título de lo que publica, porque una vez vi uno de sus vídeos y no me gustó. ¿Por qué no me gustó? Pues no lo tengo muy claro: porque me gusta las cosas que dice, y que las diga, pero... supongo que es algo parecido a lo que me pasa con Tom Hanks o Brad Pitt, que pienso que son muy buenos actores pero como personas no terminan de convencerme.
Difícil de explicar después de todo, cosas de cada uno, al fin y al cabo.
El caso es que aquí pienso que tiene mucha razón.
¿Cuántas amistades no se han hecho o deshecho por los hijos?
Si echo la vista atrás veo a mucha gente con la que antes me veía a diario y desde que tengo hijos, poco a poco, nuestros caminos han ido tomando direcciones diferentes. Unos porque no han tenido hijos y sus ritmos y rutinas son diferentes, otros porque criamos de formas diferentes y cada encuentro suponía tensión y no disfrutar de la compañía.
También he conocido a gente estupenda, que es la que me rodea en estos momentos, gracias a mis hijos y una forma de criar común. Aunque pienso que tiene que ver mucho como es la persona, porque aunque hay diferencias insalvables, también se puede pensar diferente siendo respetuosos e intentar quedarnos con lo bueno, con lo que nos une, en vez de buscar el enfrentamiento y ataque a todo lo que no es como a nosotros nos gusta.
Y bueno, la familia es la familia, es con la que tienes que estar bien por encima de gustar a los demás o no, de adaptarte a cosas que realmente no son para nosotros.
No somos perfectos, ni lo buscamos, pero todo es perfecto cuando estamos juntos: las risas, las discusiones, las dudas, el cansancio, las frustraciones... Cuando llega la noche y estamos en casa los cuatro, cuando lo último que veo antes de dormir son sus caras relajadas y tranquilas mientras duermen...
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