Y sí, está muy bien eso de disfrutar el momento, de no aferrarse a nada, de que quien se ha ido es porque no se tenía que quedar... pero la práctica no es tan fácil. Como en todo.
Cuando te acostumbras a alguien, a su presencia, a compartir tiempo, cuando convives, es difícil, cuando termina la relación, pensar que era lo que tenía que pasar. Y aceptarlo.
Cuando te acostumbras a alguien, a su presencia, a compartir tiempo, cuando convives, es difícil, cuando termina la relación, pensar que era lo que tenía que pasar. Y aceptarlo.
He tenido grandes decepciones con personas que consideraba amigas, hasta que conociéndonos mejor hemos descubierto que no somos tan afines como creíamos. Y aunque lo que queda es la decepción y la sensación de tiempo perdido, no las echo de menos. A quien echo de menos es a las personas de las que me ha separado el tiempo, la distancia, el cambio de vida de cada parte.
Cuando algo termina mal, tenía que terminar. Y punto.
Me jode estar de acuerdo contigo porque mi personalidad suele ser de llevar la contraria. Bah, no me jode en realidad. Lo raro es estar de acuerdo en todo lo que has escrito. Lo he vivido hasta quedarme sin amigos, pero es que en realidad no eran amigos, teníamos distintos valores. Al menos me quedan dos amigas de hace muchísimos años y no echo de menos a nadie (en sentido de amistad, claro, en otros sentidos sí).
ResponderEliminarUn beso de naranja!
Pues que no te joda, porque eso quiere decir que aunque no podamos escuchar música juntos sí que podemos tener conversaciones interesantes.
Eliminar¿Un beso de naranja?
Claro que podemos escuchar música juntos!
EliminarNo, de naranja