¿Y si no sirven de nada todos los libros que me he comprado, todos los libros que he leído? ¿Y si no sirven de nada todas las charlas a las que he ido, todos los artículos que he buscado y estudiado? ¿Y si no sirve de nada haberme rodeado de cierta gente y haber hecho ciertas cosas? ¿Y si... ?
Me lo estoy planteando muy seriamente con mi hijo pequeño.
Como madre me preocupa lo que hagan mis hijos, las decisiones que tomen en el futuro. Y las de ahora, claro, pero como el futuro sólo puedo imaginármelo, y a veces tiendo a ser alarmista, me da miedo lo que imagino.
Dicen que lo importante es la base. O puede ser que con una mala base tienes casi el 100 por 100 de posibilidades de que tus decisiones no sean las adecuadas. Pero ¿alguien me puede asegurar que con una buena base las decisiones sean las correctas? O mejor aún ¿qué se considera una buena base?
Estos días, mi pequeño, es un pequeño gran demonio. Intento ponerme en su lugar, pensar en lo de "quiéreme cuando menos lo merezca que será cuando más lo necesite", que si se portan mal es que necesitan más atención, que si pegan hay que decir "no se pega", y sobre todo no pegar como él. Intento pensar en todo lo que he leído, en lo que he oído y me ha parecido tan lógico y acertado en el momento de escucharlo, intento hacer memoria por si me olvido algo, algún detalle, el que sea, pero no lo consigo. Estos días son de tensión y enfados constantes, de hacer cosas que no me gustan, que no he tenido que hacer con el mayor. Cosas que pienso que no tendría que hacer, que no están bien, y a las que acudo como último recurso.
Hay un límite. Puedo intentar entenderlo, ponerme en su lugar, pero en algún momento él se tiene que encontrar con las consecuencias de sus actos. Y él es el que hace que esas consecuensias sean cada vez más duras, menos comprensivas.
¿Por qué, si en casa ni se le pega, desprecia, grita o trata mal él lo hace con nosotros? Hace un tiempo hubiera pensado que necesita más amor (si fuera posible darle más del que le damos), pero hoy me siento tan desgastada que lo que pienso es que necesita mano dura.
Dicen que lo importante es la base. O puede ser que con una mala base tienes casi el 100 por 100 de posibilidades de que tus decisiones no sean las adecuadas. Pero ¿alguien me puede asegurar que con una buena base las decisiones sean las correctas? O mejor aún ¿qué se considera una buena base?
Estos días, mi pequeño, es un pequeño gran demonio. Intento ponerme en su lugar, pensar en lo de "quiéreme cuando menos lo merezca que será cuando más lo necesite", que si se portan mal es que necesitan más atención, que si pegan hay que decir "no se pega", y sobre todo no pegar como él. Intento pensar en todo lo que he leído, en lo que he oído y me ha parecido tan lógico y acertado en el momento de escucharlo, intento hacer memoria por si me olvido algo, algún detalle, el que sea, pero no lo consigo. Estos días son de tensión y enfados constantes, de hacer cosas que no me gustan, que no he tenido que hacer con el mayor. Cosas que pienso que no tendría que hacer, que no están bien, y a las que acudo como último recurso.
Hay un límite. Puedo intentar entenderlo, ponerme en su lugar, pero en algún momento él se tiene que encontrar con las consecuencias de sus actos. Y él es el que hace que esas consecuensias sean cada vez más duras, menos comprensivas.
¿Por qué, si en casa ni se le pega, desprecia, grita o trata mal él lo hace con nosotros? Hace un tiempo hubiera pensado que necesita más amor (si fuera posible darle más del que le damos), pero hoy me siento tan desgastada que lo que pienso es que necesita mano dura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Me interesa lo que piensas.