Cuando hace cinco años me quedé embarazada y dejé de trabajar, poco podía yo imaginar cuánto iba a cambiar mi forma de ver las cosas.
Durante el embarazo empiezo a hacer planes aplicando todo lo que he aprendido sin darme cuenta gracias a la televisión, los comentarios y consejos gratuitos... Tengo claro que disfrutaré de las 16 semanas de baja por maternidad, pero que inmediatamente después volveré a trabajar dejándole el niño a mi madre para que lo cuide. Sin olvidarme de buscar guardería y tener la plaza guardada para cuando cumpla el año.
No le echo la culpa a nadie. Yo nunca dudé de lo que iba aprendiendo, nunca me planteé que había otra opción, que otra forma de hacer las cosas era posible. Simplemente me dejaba llevar y veía como normal lo que hacía la mayoría.
Ni que decir tiene que ahora no pienso así, y que al final tampoco fueron así las cosas.
Fueron pasando los días, las semanas y los meses de embarazo. Yo me encontraba estupendamente, me encantaba mi tripa, todo lo que estar embarazada significaba y sentir que había vida dentro de mí.
Cuando vi a Rodrigo por primera vez, cuando me lo pusieron sobre mi pecho desnudo y pude notar todo su calor y humedad, que hasta un instante antes había sido también mi calor y mi humedad... mi vida dio una vuelta completa y nada volvería a ser lo mismo. Todavía recuerdo los ruidos, los olores y las luces de aquel momento.
A partir de ahí nada iba a ser como lo había imaginado, nada transcurrió según lo planeado. Los días se llenaron de Rodrigo, de momentos de caricias, de largos ratos contemplándolo, de horas y horas de pecho y leche.
Así que cuando llegó el momento de volver a trabajar me encontré con que no estaba preparada para separarme de él, que no quería dejar de darle el pecho y de verlo durante más de ocho horas seguidas por volver al trabajo. Por eso, y por un sin fin de razones más, decidí no volver al mundo laboral; elegí quedarme en casa, ocupándome de nuestro hogar y criando a nuestro hijo.
Entiendo y respeto que hayan madres que prefieran volver a trabajar, dejar al niño al cuidado de otra persona, y probablemente contratar los servicios de alguien para que les limpie la casa. También entiendo que habrán madres que no puedan elegir, que no tengan otra opción.
Un día surge el tema y se te ocurre decir que cuando a ti te llegó el momento de volver a trabajar te lo pensaste. Sopesaste las dos opciones y la que más te compensaba era la de trabajar en casa, ocupándote de tu casa, y pasando el mayor tiempo posible con tu hijo. Y para rematarlo les dices que no te arrepientes, que es lo mejor que podrías haber hecho.
Entonces llegan las preguntas y con ellas el sentimiento de culpabilidad y la duda de si estarás haciendo lo correcto. Pero, lo correcto ¿para quién? Te preguntan si llegas a fin de mes sólo con un sueldo, si no te vuelves loca todo el día en casa con los niños, si no sabes que un niño necesita estar con más niños, que necesita socializarse...
Evidentemente, aunque llego a fin de mes, lo hago mucho más justo con un sueldo que con dos. No podemos salir a gastar sin mirar los precios ni comprar nada que no sea necesario. Y ya os podéis imaginar que cambia mucho el concepto de necesidad cuando se tienen hijos. A veces sí que me vuelvo loca en casa con los niños, pero afortunadamente tengo a mi tribu, mi red de apoyo, mis amigas, que están en una situación como poco parecida a la mía y me escuchan y entienden. Y lo de que un niño necesita socializarse os lo puede explicar mucho mejor Armando que yo.
Curiosamente, con quien más violenta me siento hablando de este tema es con algunas madres que trabajan fuera de casa.
Mas de una vez hemos hablado varias madres de las que cosas que nos gustaría hacer si tuviéramos más tiempo, y después de algunas conversaciones he llegado a la conclusión de que entre algunas madres de las que trabajan fuera de casa corre la creencia de que a las que no trabajamos fuera nos sobra el tiempo.
Cuando alguna vez he comentado que formo parte de dos clubs de lectura me han llegado a decir que como no trabajo, tengo tiempo y puedo leer. Precisamente leer es una de las cosas que puedes hacer mientras das el pecho o estás en el baño haciendo tus necesidades, por ejemplo. Claro que si una de tus aficiones es pintar cuadros entiendo que no sea tan fácil encontrar tiempo. O igual es que mis hijos dan mucho trabajo, o yo me organizo mal, porque no encuentro por ninguna parte el tiempo del que hablan.
De todas formas este es un tema de esos en los que hay tantas opiniones como gente para opinar, y todas diferentes.
Tampoco está bien "quejarte" de tu situación. Si tu has elegido quedarte en casa con lo que ello conlleva, no te quejes, que tú has elegido. Nada de decir que necesitas tiempo para ti, ni respirar aire fresco para ver las cosas de otra manera ¿No tienes lo que querías?
Otras veces tengo la sensación de que no produzco, de que no soy de provecho para la sociedad. Que sino me incorporo al mundo laboral y al estilo de vida que más se vende es como sino contara para lo demás.
Y me pregunto: ¿seré la única que se siente así? ¿que siente la obligación de trabajar fuera de casa?
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Bueno, no te sientas culpable, cada uno tiene su carácter y sus circunstancias...
ResponderEliminarYo realmente dejé mi trabajo cuando me quedé embarazada porque no lo veía compatible, pero cuando la niña tuvo 4 meses una amiga me ofreció otro trabajo y no me lo pensé.
Respecto a que dejemos al niño al cuidado de otra persona... pues no lo veo así, con una reducción, lo dejas 5 horas, y el día sigue siendo muy largo, y la madre realmente es la que educa. Y pasas mucho tiempo con ellos... luego van al cole y esas horas las inviertes en trabajar, y en hacer tu vida, que sigue siendo vida de madre, en ningún momento te has quitado el peso de la maternidad de encima...
Pero es que las mujeres somos capaces de hacerlo, yo hoy día no encuentro ninguna dificultad en hacerlo así.
Otra cosa, ese debate que planteas yo también lo he vivido con conocidas durante los primeros años, que se notan más las diferencias, pero conforme van creciendo ésto se olvida... ya no nos damos tanto mal.
Y sí, estás haciendo lo correcto, ni te lo plantees, si tú eres feliz así, adelante. La paz que transmites a tus hijos es lo más importante.
¡Besicos!
Me encanta tu forma de ver las cosas, Chica de las flores, haces que todo parezca más fácil.
ResponderEliminarEs imposible tomar un decisión a gusto de todo el mundo, así que como tú dices; si yo soy feliz así, adelante.
Muchas gracias y muchos besos.
Mari.