No me sirve de nada ignorar mis sueños. Quizás si les doy un momento de importancia se marchen.
Ayer soñé que tenía que ocuparme de la casa de mis vecinos, que se iban a algún sitio y él me explicaba cosas que se suponía yo necesitaba saber. La casa era totalmente diferente a la realidad.
Recuerdo la cocina, y pensar en que podría utilizar el horno. Comprobaba ventanas que no cerraban bien, y no me explicaba cómo podían vivir en un sitio donde las ventanas se quedaban abiertas.
Después soñaba que volaba, pero volaba tan alto que incluso en mi sueño era consciente de que nunca había volado a esa altura. Era yo misma la que descendía un poco al ser consciente de lo alto que estaba. Llevaba puesto mi camisón, que no utilizo casi nunca, y me sentía incómoda porque me daba la sensación de que enseñaba demasiado.
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