El día a día, la rutina, la inercia o la falta de tiempo hacen que no seamos conscientes de lo que nos rodea.
Mirar desde otra perspectiva o simplemente cambiar el ritmo al que andamos es suficiente para ver lo de siempre con otros ojos. El mismo paisaje de siempre deja de serlo si está nublado o hace sol. Si lo disfrutamos con música o sin ella. Si lo atravesamos corriendo o arrastrando los problemas del día.
Me he dado cuenta de que lo que más me cuesta es bajar el ritmo, andar despacio, sin prisa o sin rumbo. Vagar. Tengo que ser consciente de cómo ando para poder hacerlo más lentamente y me resulta complicado controlar acciones que normalmente realizo de forma instintiva.
Pero cuando lo consigo...
Yo siempre camino despacio para no perderme nada. Un beso
ResponderEliminarYo creo que mientras los niños sean pequeños todavía me costará acostumbrarme a caminar despacio...
EliminarBesos.
Tienes muchas razón y apuntaría que también depende a veces de la compañía que lleves a tu lado el lugar puede cambiar de idílico a nefasto. Nos has dejado unas fotos muy lindas en calma ese mar. Un fuerte abrazo y feliz semana.
ResponderEliminarTodo ayuda Campirela.
EliminarPero como cuando voy acompañada tengo que adaptarme a la compañía me gustaría ser más consciente cuando camino sola.
Besos.
qué bonitas fotos!! sí, aunque pases un un mismo lugar muy a menudo, las sensaciones son diferentes cada vez. dependerá del tiempo que haga, de la luz y de cómo estés tú ese día.
ResponderEliminary cuando paseas cerca del mar, el paisaje también cambia mucho según la marea esté alta o baja...
besos!
Hay muchísimos detalles que hacen que lo mismo pueda ser diferente, pero siempre vamos con prisas y no podemos apreciarlo.
EliminarBesos.
La belleza nos rodea, solo tenemos que parar el ritmo y contemplarla.
ResponderEliminarBesos
Algo que tenemos tan cerca y no apreciamos como se merece. Es una lástima.
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Nos hemos acostumbrado a ir con prisa a todas partes
ResponderEliminarPues tendremos que acostumbrarnos a lo contrario... o a salir antes de casa 😆
EliminarBesos.
Me ha recordado a lo que nos decía nuestra profesora de yoga, pero ha sido dejar el yoga y volver las prisas... uff, no creo que pueda parar pronto.
ResponderEliminarBesos
Es que cuando tu ritmo habitual es el de ir corriendo a todos lados supone un gran esfuerzo no hacerlo.
EliminarBesos.
El tiempo se nos escurre de entre los dedos y no sabemos lo valioso que es hasta hechar en falta.
ResponderEliminarBesitos
Tienes toda la razón.
EliminarBesos.
Está bien tener un momento para bajar el ritmo, como el lugar adecuado.
ResponderEliminarBesos.
Es complicado que se den las dos cosas a la vez, pero cuando se baja el ritmo uno puede apreciar que casi cualquier lugar es bueno para eso.
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Nuestra vejez puede ser una auténtica fiesta de la contemplación. Ya con todo el tiempo del mundo(bueno, de lo que nos quede) poder detenernos a ver realmente las cosas y no sólo pasar delante de estas. Besos
ResponderEliminarTe iba a decir que en mi vejez me imagino sentada en un banco del parque tomando el sol, pero eso ya lo hago ahora 😆
EliminarBesos.