lunes, 3 de marzo de 2014

Reunión con la profesora

En la puerta del colegio, en el parque, en corrillos, en confianza, con cualquiera, con razón, sin ella, por costumbre... las mamás (y algunos papás) de los niños de la clase de mi chico el mayor comentamos que no estamos de acuerdo con la forma de proceder de la profesora de los niños.
Está claro que todos no podemos pensar igual, y que cada uno tiene una manera de expresar su forma de pensar, pero todavía me sorprenden y cada vez me molestan más las personas que cuando no tienen delante a la persona de la que hablan mal son muy valientes, y que cuando se les da la oportunidad de dar la cara, no lo hacen.Y eso es lo que está pasando.
Visto que casi todas tenemos algo de qué quejarnos y con lo que no estamos de acuerdo con la manera de actuar de la profesora, unas cuantas madres nos hemos puesto de acuerdo para pedirle una tutoría y explicarle nuestro malestar, además de darle la oportunidad de explicarse porque, vete tú a saber, igual los argumentos y las razones de la mujer para actuar como actúa nos convencen de que no puede hacer las cosas de otra manera...
Pues bueno, como las pocas que nos hemos decidido a pedir la tutoría  oímos a menudo comentarios de otras madres mucho menos contentas que nosotras, hemos decidido avisarlas de que vamos a hablar con la profesora, por si alguien más se quiere apuntar. ¿Y qué ha pasado? Pues que las que más hablaban, las más radicales y tajantes en sus comentarios (comentarios tipo "como yo hable se va a enterar", "pues no me conoce esta bien", "que me siga calentando, que como me canse", "si sigue así, yo soy capaz de cambiar al niño de colegio") son las que ahora no dicen nada, porque dicen que no tienen nada que decir (no me extraña, ya se quedan la mar de desahogadas a la puerta del colegio), que no es para tanto.
Que sí, que tienen derecho a no querer hablar, que nadie les puede obligar ¿pero es entonces necesario ponerse como se ponen y quemar a la profesora  en la hoguera (aquí estoy exagerando, aviso) cada vez que se habla del tema?
Me da igual, considero que hay que ser consecuente con lo que se dice y se hace, y si te dedicas a poner a caer de un burro a la profesora porque no te gustan sus métodos, y a decir lo que eres capaz de hacer si tienes la oportunidad, hazlo, sobre todo si la oportunidad te llega.
Pero bueno, bien pensado, la gente que actúa así se desahoga más que las que nos limitamos a comentar nuestro malestar en confianza y grupos reducidos. Supongo que hablar en alto y ante público contando las guerras a las que irías por lo valiente que eres sirve para descargar la frustración acumulada de vete a saber qué. Por eso el resto, antes de llegar a ese extremo, le pedimos cita a la profesora para comentarle que estamos preocupadas por los niños y que nos gustaría que nos aclarase las dudas que tenemos.

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