"Mi primer regalo fue Rodrigo.
Hace años tuve la suerte de conocer a Carlos Gónzalez y de que me firmara sus libros. El de Un regalo para toda la vida le pedí que se lo dedicara a mi hijo mayor, y escribió: "Para Rodrigo, el primer regalo". Y así es.
De pronto ha crecido. Ayer por la noche estábamos viendo Spiderman 3, y como toda película americana, al final contaba con el típico discurso ..... de pronto, lo miro y veo que tiene los ojos llenos de lágrimas porque se ha emocionado.
Creo que merece la pena recordar, al menos por encima, de que iba el discurso: el hombre arena explica a Peter Parker que mató a su tío por accidente, que él quería dinero para curar a su hija, que no había elegido ser así, y que lo único que le quedaba de él era la niña. Entonces Peter le perdona.
Rodrigo tiene cinco años y medio, y no se si es normal que los niños de esa edad se emocionen por cosas así, pero es que es la primera vez que veo le pasa a mi hijo.
Estamos en un momento en el que parece que es otro. Y quizás lo noto más porque tengo los dos extremos: el niño de cinco años y medio con el que se puede hablar, pasear por la calle sin miedo de que cruce la calle... y el niño de dos años y medio que aunque habla no te "entiende", al que todavía le tienes que repetir cada vez que cruzas la calle que mire porque es peligroso, al que si algo no le parece bien se tira al suelo en medio de la calle y punto...
Ahora, visto desde la distancia y con Gonzalo en la misma edad, veo que lo de Rodrigo no fue tan grave".
Casi 5 años después sigo teniendo los dos extremos. Son hermanos y tan diferentes entre ellos como parece que tiene que ser. Con todas las madres que hablo y que tienen más de un hijo coinciden en lo mismo, en que cada uno "parece que es de una madre diferente"...
La experiencia de un hijo mayor sirve para tomarse de otra manera las mismas situaciones con el pequeño, pero el mayor será siempre la prueba ante la primera vez para todo.
De pronto ha crecido. Ayer por la noche estábamos viendo Spiderman 3, y como toda película americana, al final contaba con el típico discurso ..... de pronto, lo miro y veo que tiene los ojos llenos de lágrimas porque se ha emocionado.
Creo que merece la pena recordar, al menos por encima, de que iba el discurso: el hombre arena explica a Peter Parker que mató a su tío por accidente, que él quería dinero para curar a su hija, que no había elegido ser así, y que lo único que le quedaba de él era la niña. Entonces Peter le perdona.
Rodrigo tiene cinco años y medio, y no se si es normal que los niños de esa edad se emocionen por cosas así, pero es que es la primera vez que veo le pasa a mi hijo.
Estamos en un momento en el que parece que es otro. Y quizás lo noto más porque tengo los dos extremos: el niño de cinco años y medio con el que se puede hablar, pasear por la calle sin miedo de que cruce la calle... y el niño de dos años y medio que aunque habla no te "entiende", al que todavía le tienes que repetir cada vez que cruzas la calle que mire porque es peligroso, al que si algo no le parece bien se tira al suelo en medio de la calle y punto...
Ahora, visto desde la distancia y con Gonzalo en la misma edad, veo que lo de Rodrigo no fue tan grave".
Casi 5 años después sigo teniendo los dos extremos. Son hermanos y tan diferentes entre ellos como parece que tiene que ser. Con todas las madres que hablo y que tienen más de un hijo coinciden en lo mismo, en que cada uno "parece que es de una madre diferente"...
La experiencia de un hijo mayor sirve para tomarse de otra manera las mismas situaciones con el pequeño, pero el mayor será siempre la prueba ante la primera vez para todo.
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