Cuando yo salía de fiesta, hace como unos cien años, había bares que cerraban a las cuatro, cinco o seis de la mañana, la misma hora a la que abrían las panaderías u otros bares que empezaban el día dando almuerzos. Había fines de semana que terminábamos los días de fiesta como los empezábamos: comiendo.
Los tiempos han cambiado y los horarios de los comercios también, pero lo que creo que sigue igual son las ganas de comer algo entre horas cuando se sale de fiesta.
Yo no sé en vuestras ciudades, pero en la mía desde hace unos años han ido aumentando las máquinas de «vending». Vamos, las máquinas expendedoras de toda la vida. Pero no una aquí y otra allá, de refrescos y bolsas de patatas fritas, no. Las ponen de cuatro en cuatro y tienes casi de todo: refrescos, agua, patatas fritas, dulces, café, chocolates o infusiones, hamburguesas, bocadillos, tabaco, mecheros, condones, compresas, tampones, lubricante, pañuelos de papel y varias cosas más.
Cuatro de estas máquinas las tengo a la vuelta de la esquina y la verdad es que se utilizan bastante: durante el día por la gente del gimnasio y del centro de estudios y por la noche por los que salen de fiesta y vienen a reponer fuerzas. Como soy de buen dormir no me supone un problema cuando me despiertan a las tres de la mañana (no es el caso de mi marido o mi hijo pequeño), simplemente me doy la vuelta y me vuelvo a dormir, no sin antes recordar lo cómodo que era poder ir a un bar a tomar algo sentado tranquilamente y sin que los vecinos de tres edificios se enteren de tu conversación. Aunque bueno, estoy segura de que a los que vienen a esas horas les importa bien poco que los demás escuchemos lo que tienen que decir.
Esas expendedoras te salvan la vida a las 4 de la madrugada, y no tienes que interactuar con nadie, soy muy fan.
ResponderEliminarSon como un oasis en medio del desierto ¿puede ser?
EliminarBesos.
Ayer me las quitaron. Han cerrado. Me han jodido la vida, ahora el barrio no sirve para nada xddd
EliminarPor aquí sin embargo cada vez hay más, tanto en lugares abiertos y a la vista de todo el mundo como en calles estrechas por donde casi nunca pasa nadie. Igual no les resultaban rentables esas que han cerrado.
EliminarBesos.
Yo me desvelaría seguro. Un beso
ResponderEliminarYo de momento no tengo problemas para volver a dormir, espero que eso no cambie.
EliminarBesos.
Y que no hay color entre el pincho de tortilla del bar o la tapa de carne en salsa y el ultraprocesado del vending, la verdad! Me has hecho recordar los bocatas de chorizo que nos comprábamos mi novio y yo al volver de marcha, caían divinamente! jajaja
ResponderEliminarBesitos.
Esos bocadillos a última hora de la noche, o primera de la mañana, según se mire, a veces eran lo mejor de salir de fiesta.
EliminarBesos.
Tienes razón. Yo siempre me he preguntado por qué, por un lado, te dices que comas sano, y por otro, en lo que se refiere a papear, te ofrecen con toda facilidad semejante montón de mierda.
ResponderEliminar¿Qué sería de la vida sin un poco de lo debemos hacer y un poco de lo que queremos hacer? Pues con la comida igual: tienes las dos opciones, tú decides.
EliminarBesos.
Esas son las incoherencias de la vida, o mejor dicho el negocio de la pela, en este caso del euro. No importa si mata , el caso es que deje ganancias. Un besazo y feliz resto de semana.
ResponderEliminarAl final la elección es nuestra, como con el tabaco.
EliminarEspero que hayas pasado un feliz fin de semana.
Besos.
disfruto tremendamente tus entradas
ResponderEliminarbeso
Me alegro mucho Recomenzar.
EliminarBesos.
Tengo el super poder de perder dinero en esas maquinitas, o se traba, o no me baja lo que pedí, o se queda pegado... de horror ! Me imagino que cuando funcionan son un éxito y no hay perdida en cuantas historias te escuchas ahí de fiesteros en emergencias !!
ResponderEliminarLo tuyo es una señal entonces para que no las utilices.
EliminarPues la verdad es que no llego a escuchar ninguna de las historias enteras porque me duermo antes, pero por las risas que tienen deben de ser divertidas.
Besos.
A mi jamas se me han ido
ResponderEliminarlos ojos a esas maquinas ,
no soy un gourmet, es
simple, me gusta comer
sano, aunque no sea
mucho.
Yo alguna vez las he utilizado, pero cuando no hay más remedio, y solo para la bebida.
EliminarBesos.
Por aquí las hay, pero no en exceso, seguimos prefiriendo el bar o la pizzeria/bocatería que está las 24 horas abierta. De todas formas lo que no entiendo es cómo no se permite en verano que los bares tengan terraza más allá de una hora X por motivos obvios, y si se permita que a cualquier hora se monte una fiesta al rededor de esas máquinas...incoherencias.
ResponderEliminarBesos.
Aquí no hay ningún negocio que abra las 24h y los horarios cambiaron tanto que ya no te coincide el cierre de uno con la apertura de otro por lo que no me extraña que acudan a las máquinas expendedoras.
Eliminar¿Incoherencias? Todas las que queramos y más, lamentablemente.
Besos.
Ese tipo de máquinas se está extendiendo por nuestras ciudades. Y aún así estamos lejos de Japón donde practicamente tienes cualquier producto que se te ocurra en una ciudad absolutamente tomada por esas máquinas. Lo que quieras.
ResponderEliminarLo de los noctámbulos ruidosos... sí, de eso tengo mucho por mi ciudad. Yo duermo con tapones por si acaso y más si es verano. Y eso teniendo en cuenta que por mi calle pasan menos. Si tuviera esas máquinas cerca, no sabría cómo afrontarlo. Besos
Siii, lo de Japón es una pasada en cuanto a máquinas expendedoras. Una vez vi un reportaje y no podía creer cuántas cosas se podían vender en esas máquinas, aunque más me sorprendió que la gente las comprara.
EliminarEn invierno visitan mucho menos estas máquinas y como además tenemos las ventanas cerradas pues prácticamente no se oye. Menos mal que el verano es corto ;-)
Besos.
en mi uni había máquinas de ésas, y podía pillarme unas galletas príncipe o algo de ese estilo, porque era delgado y podía comer lo que quisiera sin engordar. :P
ResponderEliminaresas máquinas me parecen un poco frías e impersonales, pero los que montan saraos alrededor de ellas parece que no lo ven así. a mí me cuesta volver a dormirme si me despiertan...
besos!!
Supongo que al final termina siendo un punto de reunión y si no tienen otra cosa, pues tendrán que conformarse.
EliminarYo de momento me vuelvo a dormir sin problemas. Cruzo los dedos para no cambiar.
Besos.
Recuerdo que era común ir a terminar la noche al bar del tanatorio que no cerraba .... (a mi de las maquinas de vending las que más me gusta son las de comida japonesa)
ResponderEliminarAquí no hay ninguna de comida japonesa, pero ya te digo que si la hubiera la probaría.
EliminarBesos.
Como tú, hace mil años que no salgo por la noche salvo contadas ocasiones. No conozco máquinas de ese tipo salvo en hospitales, gimnasios y alguna "tienda" de ese tipo de máquinas... pero no significa que no las haya. Ni idea!
ResponderEliminarBesitos
Pues hay muchas y deben de salir rentables porque cada vez hay más.
EliminarBesos.
Lo peor es cuando, en plena confusión etílica, te equivocas de tecla y en vez de salirte el bocata que buscabas te sale un llaverito de mickey mouse.
ResponderEliminarsomos de los mismos !!
EliminarAl llavero no hay donde hincarle el diente ;-)
EliminarBesos.
Estoy segura de que los que van a esas máquinas de madrugada creen que están solos en el mundo. :D
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues yo creo que sí, porque en algunas ocasiones lo poco que me ha dado tiempo a escuchar antes de volverme a dormir no son cosas para que las oiga cuialquera.
EliminarBesos.