Ilustración de @dori_sue. Instagram
Creo que menos para destruírlos, me apuntaría a cualquier actividad que tuviera que ver con libros, por eso esta semana pasada he estado ocupada en la comisión de libros del instituto de mi mayor. El AMPA creó un banco de libros para bachillerato y en estas fechas nos encargamos de recoger los que se prestaron para este curso y tomar reservas para el que viene.
Durante dos días he visto pasar frente a mí adolescentes de entre 15 y 18 años en situaciones diferentes: repitiendo, esperando notas de recuperación, pasando de curso o abandonando bachillerato.
Porque podría ser la madre de cualquiera de ellos y porque yo también he tenido la misma edad, no podía evitar mirarlos y sentir simpatía por ellos.
Todos distintos y a la vez iguales iban viniendo. Unos como si no pudieran con su vida, casi todos con una sonrisa tonta, algunos con miedo en la mirada, valientes y echados para delante unos pocos, prudentes, inseguros y hasta coquetos otros cuantos.
Haber pasado por esa etapa me hace pensar que los entiendo, que sé lo que hay detrás de esas fachadas, esas poses y esos gestos. Mirarlos es verme a mí misma en aquella época en la que el
coraje propio de la juventud me hacía creer que lo haría mejor que mis padres, pero no me dejaba reconocer que iba
hacia delante por inercia, no porque supiera hacia dónde.
Mientras los observaba solo podía pensar en una cosa, en que son felices y no lo saben.
Yo trabajo con ellos y sí, desconocen muchos de los complicados asuntos de la vida adulta, pero te aseguro que a cambio, sufren unas presiones, tienen unos bajones/subidones hormonales y a veces se sienten tan incomprendidos y les cuesta tanto comprender/manejar sus emociones...que no son tan envidiables. A veces se romantiza mucho esta etapa de la vida y, aunque como todas, tiene sus cosas buenas, tampoco es tan ideal.
ResponderEliminarUn besazo.
Creo que no hay una etapa ideal, pero la distancia y el paso del tiempo ayudan a ver las cosas buenas que en su momento no vimos.
EliminarBesos.
Luego añorarán esos años. Un beso
ResponderEliminarLa mayoría sí los añorarán, pero siempre hay alguien que lo pasó tan mal que prefiere no recordarlos.
EliminarBesos.
Por aquellos años, siempre tenía la sensación de que tenía que pasar algo más que todo aquello que se me ofrecía. Ahora los veo y pienso: lo siento mucho, chavales, no hemos sabido hacerlo mejor. Que no os pase nada.
ResponderEliminarSe hace lo que se puede con lo que se tiene y si es para bien, la intención también cuenta.
EliminarBesos.
Que frase mas esperanzadora has dejado amiga* son felices y no lo saben*. Me gusto tu post. Te deseo una Feliz semana.
ResponderEliminarMe alegro de que te haya gustado Campirela.
EliminarFeliz semana para ti también.
Besos.
Tengo la sospecha de que ser consciente de que se es feliz cuando se es feliz, reduce una barbaridad el porcentaje de felicidad.
ResponderEliminarProbablemente sí.
EliminarBesos.
Hasta que crecen y tienen
ResponderEliminarresponsabilidades, y ahi,
es cuando la realidad, te
cae encima .
Pero incluso en esa realidad hay felicidad. No dejemos de buscarla.
EliminarBesos.
los años del colegio o instituto dejan mucha huella. luego recuerdas a tus compañeros y a tus profesores como si les tuvieras delante en este momento.
ResponderEliminarfui a un colegio sólo de chicos, una de las muchas cosas que me gustaría cambiar si volviera a vivir. ^_^ sin embargo lo pasábamos genial, éramos todos como una familia.
besos!!
Siempre he creído que ni el colegio ni el instituto me marcó demasiado. Era feliz, sí, pero feliz por ignorante. Prefiero mi vida adulta.
EliminarBesos.
yo recuerdo con cariño una época en que fui muy feliz y además era consciente de ello lo que le dió aun más intensidad, aunque no era la época del instituto ni la de la escuela. Imagino que ahora también seré feliz, pero o no lo soy realmente o no me lo creo del todo y en cierta manera esa duda y ese escepticismo es como el nubarrón que estropea un día de sol. En todo caso me quedo con una definición ya clásica de la felicidad que es "no tener miedo." Un saludo y sigue con esa pasión por y para los libros
ResponderEliminarYo tengo tendencias pesimistas y me pasa un poco como lo que comenta Kiffi más arriba, así que me limito a ser feliz, pensando en eso lo justo.
EliminarBesos.
Tengo una hija adolescente y tiene los problemas correspondientes a su edad, distintos a los que yo tuve, los suyos propios por sus circunstancias. Y yo tengo los míos, ni mejores ni peores. Aunque supongo que influyen más mis problemas en su vida (si por ejemplo me quedara sin trabajo...), a ella le afectan los suyos, y a mí también me afectan los suyos. En fin, no sé, vaya rollo te he soltado!
ResponderEliminarBesitos
De rollo nada, Rosana ;-)
EliminarTodo es diferente por la época y por cómo somos nosotras y cómo son nuestros hijos, creo que ya lo hemos comentado alguna vez. Aun así creo que hay cosas comunes en todas las adolescencias.
Besos.
Es muy cierta esa frase de que van adelante por inercia y no lo saben. Y no lo sabíamos. Lo curioso de esos chicos y chicas es que tienen una especie de tesoro en forma de energía, capacidad de aprendizaje, belleza... y muchos de ellos o ellas no see scapan de la ansiedad, de preocupaciones banales... Sí, está claro que no saben que son felices. Besos
ResponderEliminarPor eso tenemos que tenerlo en cuenta cuando tratemos con ellos y recordar que hemos pasado por lo mismo.
EliminarBesos.
Tal vez sea parte de ser feliz, el ignorar que se lo es, por concentrarse en los desafíos, enfrentar la incertidumbre.
ResponderEliminarY el creer que se puede hacer mejor, puede ser un estímulo.
Que interesantes los libros.
Besos.
Quizás ser feliz sea cuestión de la actitud que tengamos ante los problemas y mientras nos enfrentamos a ellos pues eso, no sabemos que somos felices.
EliminarTodo lo que tenga que ver con libros es interesante ;-)
Besos.