Hay cosas que te acompañan en cada mudanza y que se salvan de todas las limpiezas de armarios que haces a lo largo de tu vida.
En la última limpieza que he hecho estos días he encontrado textos que escribí hace fácilmente más de 25 años.
No puedo decir que escribo desde siempre, porque aunque no recuerdo la época en la que empecé, sí recuerdo la época en la que todavía no lo hacía. Lo que sí recuerdo hacer desde siempre es hablar conmigo misma, que al fin y al cabo es lo que hago también cuando escribo.
Escribí mucho durante la adolescencia, con los primeros amores, cuando empecé a experimentar las posibilidades que ofrecía la libertad con el grupo de amigas. Mis escritos se hicieron más intensos y reales cuando me enamoré del que hoy es mi marido y durante unos años se transformaron en largas cartas que nos mandábamos para sentir más corta la distancia que nos separaba.
Cuando tuve claro que quería ser madre el tema de mis lecturas se centró en el embarazo, la crianza y la educación, en ese orden. Mi mente me pedía saber todo lo posible, encontrar a gente a quien leer y me pudiera guiar. También escribía, pero mucho menos. Sin embargo con el paso de los años he necesitado leer cualquier cosa que no tuviera nada que ver con la crianza, así de empachada he terminado del tema.
Mis hijos han crecido, necesitan menos de mí y yo he ido recuperando tiempo que dedico a la lectura, y otra vez a escribir.
Sigo hablando conmigo misma, quizás más que nunca. Y también escribo, mucho y casi en cualquier sitio. Eso me lleva a sentir que a veces, cuando voy a escribir en el blog, me repito. Lo que pasa realmente es que lo he escrito en algún cuaderno, o que llevo tanto dándole vueltas al tema que ya me parece haber escrito sobre él.
Me pregunto si la lectura y la escritura van necesariamente de la mano. Pienso, y quizás me equivoco, que todo el que escribe también lee, pero no todo el que lee también escribe.
Creo que en mi caso la escritura y la lectura llegaron a la vez a mi vida, y aunque han habido épocas en las que alguna de las dos facetas la he tenido abandonada, siempre he permanecido ligada a las palabras. Ya sea al escribirlas o al leerlas me dan seguridad, y con ellas puedo aferrarme a la realidad o evadirme de ella por igual.
No puedo decir que escribo desde siempre, porque aunque no recuerdo la época en la que empecé, sí recuerdo la época en la que todavía no lo hacía. Lo que sí recuerdo hacer desde siempre es hablar conmigo misma, que al fin y al cabo es lo que hago también cuando escribo.
Escribí mucho durante la adolescencia, con los primeros amores, cuando empecé a experimentar las posibilidades que ofrecía la libertad con el grupo de amigas. Mis escritos se hicieron más intensos y reales cuando me enamoré del que hoy es mi marido y durante unos años se transformaron en largas cartas que nos mandábamos para sentir más corta la distancia que nos separaba.
Cuando tuve claro que quería ser madre el tema de mis lecturas se centró en el embarazo, la crianza y la educación, en ese orden. Mi mente me pedía saber todo lo posible, encontrar a gente a quien leer y me pudiera guiar. También escribía, pero mucho menos. Sin embargo con el paso de los años he necesitado leer cualquier cosa que no tuviera nada que ver con la crianza, así de empachada he terminado del tema.
Mis hijos han crecido, necesitan menos de mí y yo he ido recuperando tiempo que dedico a la lectura, y otra vez a escribir.
Sigo hablando conmigo misma, quizás más que nunca. Y también escribo, mucho y casi en cualquier sitio. Eso me lleva a sentir que a veces, cuando voy a escribir en el blog, me repito. Lo que pasa realmente es que lo he escrito en algún cuaderno, o que llevo tanto dándole vueltas al tema que ya me parece haber escrito sobre él.
Me pregunto si la lectura y la escritura van necesariamente de la mano. Pienso, y quizás me equivoco, que todo el que escribe también lee, pero no todo el que lee también escribe.
Creo que en mi caso la escritura y la lectura llegaron a la vez a mi vida, y aunque han habido épocas en las que alguna de las dos facetas la he tenido abandonada, siempre he permanecido ligada a las palabras. Ya sea al escribirlas o al leerlas me dan seguridad, y con ellas puedo aferrarme a la realidad o evadirme de ella por igual.
Pues acá no sé si te repites porque solo llevo dos posts xD Pero vamos, yo leo mucho y escribo un rato tambien :) Así que creo que tu teoría es muy cierta
ResponderEliminarTenemos dos cosas importantes en común :D
EliminarBesos.
Si escribes, es porque te apasiona leer...
ResponderEliminarLa lectura es una pasión que aumenta con los años.
EliminarBesos.
Yo no pienso que te repitas, además, ¿qué más da si es lo que nace de ti?
ResponderEliminarPrefiero eso porque es real antes que torturarte pensando en posibles temas o formas de escribir.
Un saludo.
También lo he pensado; si escribes porque te gusta, sin pretensión ni como negocio, no planificas lo que escribes para no repetirte, es más como una conversación contigo misma. O como cuando quedas con las amigas y habláis de todo y de nada, el caso es estar juntas y contarnos cosas.
EliminarBesos.
En esta última mudanza debo decir que he salvado pocas cosas, pero también encontré unos poemas que ni siquiera releí, fueron directos a la caja de guardar.
ResponderEliminarSí, hay cosas que siempre nos acompañarán :-D
EliminarBesos.
hace ya unos veinte años escribí tres o cuatro artículos sobre matemáticas mezcladas con humor, para una revista satírica de la uni creada entre otros por un amigo mío. ya tenía cierta vocación de escribir entonces.
ResponderEliminarpara algunos, los blogs han sido una moda pasajera. pero para otros, escribir es un modo de vida, una necesidad. veo que tú también eres veterana en blogger, como yo. tus entradas más antiguas son de 2010. yo empecé un año antes, pero bueno, por el estilo andamos. :)
besos!
La escritura es una necesidad que termina siendo costumbre.
ResponderEliminarBesos.
Creo que no: ni todo el que lee escribe, ni todo el que escribe lee, aunque sí que suelen ser actividades más o menos unidas. Yo leo siempre, no mucho, depende de con quién me compares, pero siempre leo cada día. Y aunque he escrito muchíiiiiisimas cartas por circunstancias personales de vivir fuera y de tener amigos fuera, nunca he escrito más aventuras que las de mi blog.
ResponderEliminarPor contra tengo una amiga que escribe y que estoy casi segura de que no lee, porque mete unas patadas al diccionario que me da algo cada vez que la oigo. Y publica libros!!!
Besitos
Tu amiga publica libros que supongo escribe ella ¿no? ¿Y dices que crees que no lee? Pues ves, es algo que no me imagino, que alguien que escriba libros no lea :-(
EliminarBesos.
Desde mi punto de vista, escribir y leer están ligados. Se nota mucho quien escribe y no lee, incluso en blogs como los nuestros.
ResponderEliminarUn abrazo enorme.
Entiendo que haya quien lea y no escriba, pero lo contrario ya me cuesta más.
EliminarBesos.