lunes, 5 de agosto de 2019

Nunca pensé que fuera posible

Nunca pensé que fuera posible sangrar sin dolor.
Estoy hablando de la regla, de la menstruación, de esa tortura mensual que pintan de azul en la televisión y quieren que huela a limpio, a no-natural.
Si tuviera una hija intentaría hacérselo lo más fácil posible. Que dentro de todo lo que no le vaya a poder evitar no le añada yo más inconvenientes. Pero no le escondería el fastidio que para mí supone.

Dicen que las mujeres maduran antes que los hombres, y sinceramente creo que es normal, teniendo en cuenta que a la edad a la que puedes tener la menstruación puede incluso que todavía juegues con muñecas. Teniendo en cuenta que hay niñas que pasan de jugar a mamás a serlo, y no por elección propia precisamente.

Ya hablé anteriormente de mi menstruación, de que la asociaba a dolor, de que después de bastante tiempo sin tenerla por el tipo de píldora que tomaba había decidido dejar de tomarme esa pastilla milagrosa para volver a sangrar, y sentir dolor.
Pues me alegra poder decir que de momento no me duele. Cierto es que todavía no soy regular, que son demasiados años tomando hormonas para haberme «limpiado» en apenas cuatro meses. Pero he sangrado sin sentir dolor.

Lo de la copa menstrual es otro cantar. Todavía tengo que acostumbrarme y le encuentro un par de inconvenientes sin importancia que desaparecerán con la práctica, pero no dudo en que la decisión de cambiar tampones y compresas por la copa es la adecuada.
Es novedoso ver la sangre tal cual, recogida en un recipiente que no disfraza el olor, en vez de empapada en un tejido perfumado con el que parece que te estás curando una herida. ¿Y el color? Ese rojo intenso, vivo, tal y como es la sangre. Quien haya ido a donar sangre y viera después la bolsa llena me entiende. Se nota que ese color desprende incluso calor.
Por cierto, desde que utilizo la copa la menstruación no huele. Al menos no a ese olor que recordaba, mezcla de perfume y días de dolor e incomodidad.

Otro cambio del abandono de la píldora lo siento en mis partes más íntimas. Poco a poco el deseo y la lubricación van siendo compañeros habituales de mi día a día. Lo que conlleva que mi marido y yo busquemos más a menudo quedarnos solos, y la sonrisilla tonta que se nos dibuja en la cara cuando pensamos en qué hacer estando a solas.

8 comentarios:

  1. al decir "si tuviera una hija", deduzco que los hijos que tienes hasta ahora son varones.
    es un tema delicado. tengo una amiga que lo pasa muy mal con esos asuntos. sería bueno que la evolución natural hubiera encontrado otra manera de dar por concluido el ciclo y que la mujer sepa que no está embarazada.
    abrazos!

    ResponderEliminar
  2. Hola Chema.
    Sí, tengo dos chicos.
    Pues sí, se puede llegar a pasar francamente mal, y la verdad es que es complicado resignarse teniendo en cuenta que es algo que hay que sufrir durante muchos años.

    Abrazos.

    ResponderEliminar
  3. Con los años (muchos) se va calmando.

    ResponderEliminar
  4. Desde que uso la copa menstrual me he reconciliado un poco con ella, ni siquiera sé por qué. También es cierto que poco después empecé a meditar y los dolores disminuyeron bastante. Además se resolvió un problema de salud que descubrí que agravaba los dolores. Aun así, ojalá no la tuviera, aunque cuando la perdemos por edad las complicaciones de salud vienen solas.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Esa es otra, las complicaciones al dejar de tenerla por la edad...
      Por cosas como estas a veces hubiera deseado nacer hombre :-(

      Besos.

      Eliminar
  5. Ja, ja, me ha gustado la última parte. Nunca he tomado la píldora así que no conocía sus inconvenientes.
    Ni he usado la copa (aunque ya empiezo a entrar en otra etapa), pero mi hija empieza a tener menstruación y debería de enterarme un poco sobre sus ventajas.
    Gracias por hablar tan clarito, guapa!
    Besos

    ResponderEliminar
  6. En algo que puede ser tan molesto como la menstruación y que estamos condenadas a sufrir durante tanto tiempo cualquier mejora o comodidad es poca.

    Besos.

    ResponderEliminar

Me interesa lo que piensas.