Durante mucho tiempo necesité planificar las comidas, planificarlas en plan escribir con una semana de antelación lo que íbamos a comer y cenar durante los próximos siete días. Por economía, por facilitar el momento de la compra, por no tener que pensar cada día en qué cocinar y no repetirme demasiado. Con el tiempo me fui relajando y el primer día que me pilló sin menú planeado casi me da un patatús. Otro día, sin embargo, me di cuenta de que llevaba tiempo sin colsultar la libreta donde lo apuntaba y el mundo no se había terminado. Me sigue fastidiando tener que hacer de comer todos los días, pero ya no me supone una tortura planificarme a dos días vista sin tenerlo apuntado. Además, resulta que con o sin planificación me repito lo mismo, porque entre lo que no les gusta y lo que les gusta tanto que lo comerían todos los días al final las posibilidades son bastante limitadas.
En el embarazo de mi hijo mayor, hace ya más de catorce años, creé un documento de Excel con todos los libros que tenía en casa. Quería tener registrado lo que había leído y lo que leería, y de cada libro apuntaba la fecha de su lectura, título, autor, sinopsis, si era mío, regalado o tomado en préstamo de la biblioteca y mi valoración. Durante mucho tiempo lo llevé tan al día que cuando empezaba la lectura de un libro ya había anotado todo, a falta de la valoración, que lo hacía en cuanto terminaba de leerlo. Y necesitaba hacerlo porque si me saltaba alguna parte de toda esa rutina sentía que me faltaba algo. Llegó un momento en el que cuando iba a registrar un libro me daba cuenta de que no lo había hecho con el anterior, así que aprovechaba y apuntaba el que acababa de leer y el que se me había pasado apuntar. Ya no lo hago. Ha llegado un punto en el que ya no tengo esa necesidad y puedo empezar y terminar un libro sin pensar en nada más que disfrutar de su lectura.
En un escaparate, en una red social, alguien que lo está leyendo... Cuando veo un libro y hay la más remota posibilidad de que me pueda interesar, necesito apuntármelo en algún lado.
Según el tipo de ropa que lleve a veces cambio de bolso. Y según por lo que cambie de bolso sé que la situación no me lo va a permitir, pero aun así necesito llevar siempre los auriculares, por si acaso. Nunca se sabe cuándo se va a presentar la oportunidad de aislarme del mundo eligiendo yo la música.
Un libro, o muchos. Una de las cosas buenas de las tecnologías es poder llevar encima muchísimos libros sin sentir el peso y el espacio que ocupan. Así que al principio en papel y desde hace tiempo ya en el móvil yo hace años que no salgo de casa sin un libro. Porque sí, porque lo necesito.
El móvil tiene bloc de notas pero yo prefiero apuntar las cosas en un cuaderno. Seguramente la mayoría de cosas que apunte no me acordaré de consultarlas tanto si están en papel como en digital, pero de todas formas me parece que tiene más consistencia si lo escribo yo de mi puño y letra. Y claro, al cuaderno que necesito llevar siempre le acompaña un bolígrafo.
¿Puede pesar algo que no llevamos encima? Ese «creo que me dejo algo» que te hace registrar el bolso mil veces y palparte los bolsillos mientras recitas con los ojos cerrados todo lo que sueles llevar al salir de casa porque la falta de un peso con el que siempre cargas te hace sentir más ligera y a la vez sentir incluso más ese peso que no llevas. Y es más un peso mental que físico.
Buscando definiciones de la palabra «necesidad» he encontrado esta:
«Necesidad es el estado de un ser en que se halla en carencia de un elemento, y su consecución resulta indispensable para vivir en un estado de bienestar corporal pleno».
Y es así como lo siento.
¿Que
podría vivir sin hacer todo eso que yo necesito hacer? Sí. ¿Que no me
siento tranquila ni mental ni físicamente hasta que lo hago? Por
supuesto. ¿Que igual que he tenido unas necesidades que han desaparecido
ahora tengo otras que seguramente desaparecerán también? Seguro que sí.
Ser una persona planificada es bueno, si ello te hace la vida mas comoda. El ser espontánea también lo es, es decir dejar un poco a la aventura te hace sentir viva aunque no sepas que puede pasar, ese el precio que hay que pagar jajajaj.
ResponderEliminarUn beso y sobre todo haz siempre aquello que a ti te haga feliz.
Lo ideal sería el punto medio ¿verdad Campirela?
EliminarEl caso es que estas necesidades se van igual que llegan, lo que quiere decir que tan necesarias no serán.
Besos y feliz semana.
Todo lo que tenga necesidad es manipulable.
ResponderEliminarTotalmente Kiffi. Pero ser consciente de ello no evita que caiga en esa necesidad.
EliminarBesos.
En mi caso, desde que empecé a currar, que siento que necesito jubilarme.
ResponderEliminarEsa necesidad ya sabes cuándo dejarás de tenerla ¿verdad? Espero que no te falte mucho y se te haga llevadero.
EliminarBesos.
Yo creo que con la edad va una fluyendo cada vez más (y necesitando cada vez menos). Se tiene un conocimiento práctico que te hace más ligero el equipaje y eso es una de las ventajas de envejecer que a menudo no tiene en cuenta nuestra sociedad edadista.
ResponderEliminarBesos.
Estoy de acuerdo contigo Noelia.
EliminarLa edad nos hace ver lo que de verdad es importante, o por lo que de verdad vale la pena preocuparse.
Besos.
Yo también sigo atrapado en mis rutinas y lo que es peor, en mis cálculos. Pero me he dado cuenta que la gente que es un desastre y me irrita tienen ciertas ventajas sobre mí. Parecen preocuparse menos por las cosas de la vida y duermen mejor. No sé cómo se alcanza esa "pachorra" pero a veces la envidio. Aunque también es cierto que muchas veces no ven venir accidentes perfectamente evitables.
ResponderEliminarAl final va a ser difícil que cambies (o ya puestos cambie yo) de un día para otro. Pero como dicen en algún comentario anterior, con el tiempo iremos fluyendo un poco más. Espero. Besos
Pienso como tú pero a veces creo que el tipo de gente de la que hablas vive más feliz. Ellos no ven problemas donde nosotros sí, así que no tienen esa preocupación inicial.
EliminarEn mi casa, sin ir más lejos, tengo la prueba porque somos dos de cada (aunque los dos más relajados la verdad es que no son tan «pachorras» como los que creo que describes).
Besos.
Yo procuro no ponerme obligaciones. Un beso
ResponderEliminarLo que pasa es que a veces no me doy cuenta de que me he puesto una obligación hasta que descubro que tengo esa necesidad.
EliminarBesos.
Hola guapa! Veo que me parezco algo a ti pero en un grado inferior. Yo siempre apunto los libros que leo, pero solo el título y el autor, lo llevo haciendo desde 1990 o por ahí. Así sé qué libros he leído y cuántos he leído cada año. También hago listas de todo tipo que muchas veces no leo luego, pero como tú dices, apuntarlo ayuda. Alguna vez he pensado en hacer una lista de menús para no estar pensando cada día, pero al final no lo he hecho nunca. Total, que me has recordado un poco a mis manías, pero creo que tú llegas un poco más allá. Mientras te sirva a ti, todo vale!
ResponderEliminarBesitos
Pues sí, igual yo me paso un poquito.
EliminarEstoy intentando ponerle remedio, pero a veces cuesta.
Besos.
Sin duda, sin muchas de esa cosas te quitarias un "peso" de encima ! :D ...pero bueno, eso seria ya otra história, verdad ?...
ResponderEliminarSaludos ;)
Un peso bien grande, ademá ;-)
EliminarBesos.
A mi me sale todo mejor ,
ResponderEliminarsi es sin planear, el desquicie
mental que te ahorras .
Muchas veces lo menos planeado es lo que más se disfruta, la verdad.
EliminarBesos.
si ves en una librería un libro que te puedes interesar, hay que apuntar el título y autor o sacarle una foto a la portada, porque si vuelves al día siguiente puede que lo hayan cambiado de sitio o se haya agotado o lo hayan devuelto a la editorial.
ResponderEliminarreconozco que no soy amigo de planificar a largo plazo. a cada día le bastan sus problemas...
besos!!
Lo de la foto lo hago mucho también porque me es más rápido sacar el teléfono que encontrar la libreta y el bolígrafo.
EliminarJustamente es esa la sensación que tengo a veces, la de que soy yo la que le pone problemas a las cosas y por eso cuestan más.
Besos.
Creo que todos tenemos esas necesidades como tú las llamas, que incluso pueden llegar a ser mini TOCs . Yo en cambio no podría disfrutar llevando un recuento exacto de qué libros tengo, qué he leído y cuántas veces lo he hecho, quizás por eso mis bibliotecas son un caos, pero un caos que me encanta y en el que me encuentro bien.
ResponderEliminarSi pienso una necesidad casi TOC con los libros es atesorarlos, sigo en pleno s.XXI leyendo en papel, sigo cargando con un libro allá donde voy, y sigo comprando compulsivamente libros y obvio leyéndolos.
Nosotros mismos nos creamos las necesidades.
Besos
No nos damos cuenta de esas necesidades que nos creamos hasta que tropezamos con ellas, hasta que no podemos hacer algo porque esa necesidad tira de nosotros y no nos permite seguir.
EliminarYo creo que todos tenemos alguna, por pequeña que sea.
Besos.
Parece que encontraste algo intermedio entre la planificación y la improvisación.
ResponderEliminarEntiendo eso de buscar en los bolsillos. Y es que algunos objetos parecen jugar a las escondidas.
Besos.
Lo ideal se supone que es el punto medio... Eso o volverme loca XD
EliminarBesos.
Realmente todos imagino que en algún momento hemos intentado llevar un registro de nuestras lecturas y un listado de nuestros libros. Yo desistí ya hace tiempo por no ponerme más cargas que las que ya uno soporta y porque en ocasiones mi recuerdo del libro, mi apreciación, cambia con el tiempo. Un saludo
ResponderEliminarA mí me han pasado esas dos cosas: incluso teniendo un libro registrado no recordar que lo había leído y que mi apreciación cambiara y algo que en su día me gustó, después ya no fue así.
EliminarQuizás en algún momento me arrepienta de haber dejado de registrar mis lecturas y tenga que volver a hacerlo. ¡Quién sabe!
Besos.
¡Holaaa!
ResponderEliminarCreo que a veces tengo esas necesidades pero en pequeña medida. En general, soy un poco desastre y no me planifico mucho las cosas ni siento que "necesito" apuntar las cosas o llevar un registro super específico de lo que leo, por ejemplo. Pero si, en fin, son cosas que pueden ir y venir y que seguro que cambiarán con el tiempo.
¡besotes!
Me doy cuenta de que son cosas que un día necesito pero que he estado viviendo sin hacerlas y no ha pasado nada, aun así no puedo evitar necesitarlas.
EliminarBesos.
Seguro que sí. Aparte dicen por ahí que todo sale mejor sin planear. Pero no soy de esas, planeo demasiado,creo.Saludos
ResponderEliminarNos resulta inevitable hacerlo ¿verdad? ;-)
EliminarBesos.
Hay cosas que necesito organizar, como la comida de la semana. Más que una cuestión de necesidad "interna" es la necesidad de comer saludable y de poder hacer cosas que sin esa organización no podría hacer. Pero también me cuesta muchísimo organizar cosas con mucha antelación, como un viaje. Me da como yuyu. Y me encanta improvisar aunque la gente que me rodea no me lo permita, por agenda, no por otra cosa. Siempre hay que planificar todo para poder coincidir.
ResponderEliminarUn abrazo.
Yo me refiero más a esas necesidades sin las que hemos vivido siempre pero un día resulta que te hacen falta, y al día siguiente es como si nunca hubieran estado. Que seguramente no son necesidades, pero yo así las siento.
EliminarBesos.