martes, 26 de febrero de 2013

Aficiones

Siempre me ha gustado leer, y de todo lo que recuerdo que siempre me haya gustado, es lo único que sigo haciendo, aún con el poco tiempo que tengo para mí desde que soy madre. También me gusta pintar, escribir y ver películas, pero de momento, son aficiones aparcadas a la espera de tener más tiempo.
Desde que soy madre me gustan cosas que antes no me llamaban la atención, y que para mi sorpresa no se me dan del todo mal, como la cocina o el punto de gancho. Y ahora intento hacer mis pinitos con las manualidades que encuentro apropiadas para la edad de mi chico el mayor, y para mi satisfacción descubro que soy más creativa e imaginativa de lo que creía.
No recuerdo ningún libro de los leídos en el colegio pero sí de los de instituto, como "El Camino", "La Venganza de Don Mendo" o "La Celestina".
Del libro que no me olvidaré nunca es del que me hizo darme cuenta (y esto fue en el año 95) realmente de lo que me apasiona leer, del que me hizo descubrir el ansia por seguir con la lectura, y la dulce decepción que se siente al terminar un libro que te gusta, porque independientemente de que el final nos guste o no, el libro tiene un fin. Ese libro fue "El mundo de Sofía", de Jostein Gaarder.

Un día, hace algo más de tres años y medio, descubrí que en la biblioteca de la ciudad donde vivo había formado un Club de Lectura y me apunté. Me vino muy bien porque era una época en la que desde hacía ya unos meses sólo leía sobre embarazo, maternidad, crianza, educación... y, aunque lo hacía muy a gusto, empezaba a cansarme. Tenía en casa libros sobre otros temas, pero parecía que me hacía falta "una obligación" para leerlos, ya que sino siempre terminaba leyendo los que aunque me interesaban, también empezaban a saturarme.
El Club de Lectura consiste en reunirnos una vez al mes para comentar la lectura de un libro que nos han dado previamente en la biblioteca. Y es emocionante, y muy gratificante, poder hablar de un libro con varias personas a las que les gusta leer tanto como a tí. También es curioso descubrir cómo a veces todos coincidimos en la opinión sobre una lectura, y otras las opiniones son tan diferentes y dispares como asistentes ese día a la reunión.

Estoy contenta por haberme apuntado al Club de Lectura. Con el paso de los años, si miro atrás, veo todas las cosas buenas que me ha portado: la lectura de libros buenísimos que a mí nunca se me hubiera ocurrido leer, conocer a personas con las que nunca hubiera coincidido por la diferencia de edad y los diferentes ambientes en los que nos movemos, tener ese ratito para mí una vez al mes, que nada tiene que ver con mi vida diaria, ese momento de desconexión.
Como detalle, decir que yo soy la más joven del Club, y para qué mentir, me gusta ser "la xiqueta, la joveneta" de la reunión ;-)

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