jueves, 7 de febrero de 2013

Para siempre

En los últimos años he podido vivir de cerca varias rupturas sentimentales. Alguna de esas rupturas no me han sorprendido, es más, era cuestión de tiempo que antes o después las personas implicadas tomaran esa decisión. Sin embargo otras no solo me han sorprendido, sino que además me han dolido por el vínculo que me une a esas personas.
Aún así, tanto las rupturas esperadas como las no deseadas, me han hecho pensar...
Yo quiero estar siempre con César, toda mi vida, hacerme mayor, y después vieja, a su lado. Pasear cogiditos de la mano, con la lentitud propia de los abuelos, mientras la vida pasa veloz a nuestro alrededor.
Está claro que la vida da muchas vueltas, que nunca se sabe lo que puede pasar, y que igual que ahora estamos bien y ni siquiera puedo llegar a imaginar mi vida al lado de otra persona, todo es posible. Pero por eso mismo, porque todo es posible, yo pido pasa el resto de mi vida con él.

Ya antes de tener hijos oía la frase: "A mis hijos los parí, mientras que a mi marido lo encontré en la calle". Pues sí, eso es verdad, pero no le doy ni el mismo valor ni el mismo significado que le dieron en su día las que me lo dijeron.
Sin mi marido yo no tendría los hijos tan maravillosos que tengo, y alguno más que espero tener. Nadie me entiende y me aguanta como él, ni tampoco he conocido a la persona que se complemente tanto conmigo. Lo quiero más que a nadie, y también le odio más que a nadie cuando me enfado con él....
Y creo que no hay que comparar, que no es comparable el amor hacia tu pareja del amor hacia tus hijos...

Quiero que el día de mañana nuestros hijos tengan sus vidas, sean felices, con familias o sin ellas, que puedan tener su vida y ser independientes, además de tener la seguridad de que a sus padres los van a tener siempre. Que tengan la tranquilidad de poder volver a casa y encontrar a sus padres que se apoyan mutuamente, y que se quieren y comprenden como siempre han visto.


Hace días, semanas, que empecé a escribir esta entrada. No me falta la inspiración, pero sí el tiempo y cumplir (después de hacer) una lista de prioridades que nunca llega.
En estos días ha pasado algo que recordaré toda la vida, como un mal recuerdo, además, pero que ha servido para demostrarme una vez más que César es la persona que quiero a mi lado durante toda mi vida, ya sea larga o corta. 

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