Estoy sentada frente al ordenador aprovechando los diez minutos justos, y con interrupciones, de los que dispongo ahora mismo. Estoy intentando acabar de escribir alguno de los innumerables post que tengo empezados, esos que empiezo en un momento de inspiración y que tengo que dejar de escribir porque me reclaman desde cualquier rincón de la casa. Esos que retomo después, cuando me regalan otros diez minutos, y no se cómo continuar porque la inspiración se esfumó en la primera interrupción. Y mientas escribo estas líneas, y a través de lo poco que mis sucios cristales me dejan ver, admiro con envidia como mis vecinos, solteros y a estas horas de un lunes en casa, limpian las ventanas y los cristales y que, en mi humilde opinión, no estaban sucios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Me interesa lo que piensas.