Esta era una lectura pendiente que gracias a que una amiga me ha dejado el libro he podido tachar de una lista que no hace más que crecer.
He leído otros libros de Clara Sánchez y, como este, me han gustado. Escribe y describe bien, es agradable leerla.
Julián es uno de los miles de republicanos españoles que entraron en un campo de concentración. Después de sobrevivir a Mauthausen se dedicó a intentar vivir, además de perseguir y localizar a nazis de alta graduación para llevarlos ante los tribunales.
Pese a la historia, no me ha parecido un libro duro de leer. Puede ser porque aunque sepa que lo que se relata ha sucedido, de un modo u otro, no es una historia real.
Me quedo con dos cosas.
Por un lado, lo que se comenta en algún momento, lo injusto de la vida. Injusto que muriera tanta gente, aunque la palabra «injusto» se queda corta si pensamos en cuántos de los responsables huyeron y pudieron disfrutar de una buena vida, o de la vida, simplemente.
Lo segundo con lo que me quedo:
«Probablemente delante de mí, con pantalones vaqueros, un chubasquero y una gorra de marinero muy usada andaba ahora mismo tozudamente, como queriendo anclarse en la vida todo lo que pudiese, el Carnicero de Mauthausen. En aquel lugar que olía a carne quemada y donde los seres como Heim eran los señores de la vida y la muerte dejé de creer en Dios o dejó de gustarme. Si el dios de los campos verdes, de los ríos como el Danubio, de las estrellas y de las personas que te llenan de felicidad también era el dios de Heim, de las cámaras de gas y de los que sienten placer haciendo sufrir a los demás, ese dios no me interesaba, se llamase como se llamase en las miles de religiones del mundo. Un dios de cuya energía salía el bien y el mal al mismo tiempo no me inspiraba confianza, así que empecé a vivir sin él esta vida que yo no había pedido. Y ni en los peores momentos lo he invocado en mis pensamientos, y a todo el mundo le aconsejaría que pasara lo más desapercibido posible ante él».
Es un libro que recomiendo porque me ha gustado, aunque no me haya marcado especialmente.
He leído otros libros de Clara Sánchez y, como este, me han gustado. Escribe y describe bien, es agradable leerla.
Julián es uno de los miles de republicanos españoles que entraron en un campo de concentración. Después de sobrevivir a Mauthausen se dedicó a intentar vivir, además de perseguir y localizar a nazis de alta graduación para llevarlos ante los tribunales.
Pese a la historia, no me ha parecido un libro duro de leer. Puede ser porque aunque sepa que lo que se relata ha sucedido, de un modo u otro, no es una historia real.
Me quedo con dos cosas.
Por un lado, lo que se comenta en algún momento, lo injusto de la vida. Injusto que muriera tanta gente, aunque la palabra «injusto» se queda corta si pensamos en cuántos de los responsables huyeron y pudieron disfrutar de una buena vida, o de la vida, simplemente.
Lo segundo con lo que me quedo:
«Probablemente delante de mí, con pantalones vaqueros, un chubasquero y una gorra de marinero muy usada andaba ahora mismo tozudamente, como queriendo anclarse en la vida todo lo que pudiese, el Carnicero de Mauthausen. En aquel lugar que olía a carne quemada y donde los seres como Heim eran los señores de la vida y la muerte dejé de creer en Dios o dejó de gustarme. Si el dios de los campos verdes, de los ríos como el Danubio, de las estrellas y de las personas que te llenan de felicidad también era el dios de Heim, de las cámaras de gas y de los que sienten placer haciendo sufrir a los demás, ese dios no me interesaba, se llamase como se llamase en las miles de religiones del mundo. Un dios de cuya energía salía el bien y el mal al mismo tiempo no me inspiraba confianza, así que empecé a vivir sin él esta vida que yo no había pedido. Y ni en los peores momentos lo he invocado en mis pensamientos, y a todo el mundo le aconsejaría que pasara lo más desapercibido posible ante él».
Es un libro que recomiendo porque me ha gustado, aunque no me haya marcado especialmente.
Yo no leo historias tan duras. Un beso
ResponderEliminarYo tengo épocas. Y parece ser que esta es apropiada para este tipo de temas.
EliminarBesos.
De Clara Sánchez leí Entra en mi vida y creo que terminé con la misma sensación que tú, me gustó pero no me marcó. Sin embargo, tengo pendiente volver a ella. A saber cuándo, aunque este que comentas es un buen candidato. :)
ResponderEliminarUn abrazo.
Tengo otro libro de ella esperando en la mesilla de noche, pero antes leeré otros pendientes, por cambiar de estilo.
EliminarBesos.
Hay que tener estómago para este tipo de libros...
ResponderEliminarUn saludo.
Al final uno se acostumbra a todo, o a casi todo.
EliminarBesos.
A mi me gustó, aunque tampoco me marcó.
ResponderEliminarCompartimos opinión :-)
EliminarBesos.
No he leído nada de Clara Sánchez, pero la tengo pendiente porque he leído críticas buenas de varios libros suyos.
ResponderEliminarPor cierto, me gustó La catadora. No es duro (salvo por el hecho en sí, pero no está narrado de forma dura) y me ha parecido muy interesante la personalidad y los sentimientos del personaje. El final es un poco light, pero tras unos días, reconozco que es una buena forma de acabar el libro.
Besos
Me alegro de que te gustara «La catadora» :-D
EliminarBesos.