Sexo

Mis disculpas por adelantado para quien guiado por el título de la entrada espere encontrar precisamente eso. También disculpas si de quienes me conocen alguien se ha escandalizado por la misma palabra que ha atraído a los primeros y que seguramente sea la primera vez que pasan por aquí.
Esto no es una broma, tomáoslo más como un experimento o un juego.
Esto trata de todas esas veces que esperábamos una cosa y nos hemos encontrado otra. De la decepción que nos embarga cuando lo que encontramos no se parece en nada a lo que esperábamos. ¿Decepción? ¡Enfado monumental cuando nos sentimos engañados porque lo que anuncian y lo que venden no tiene nada que ver!
Pero, después de todo lo anterior ¿no os ha pasado alguna vez que lo que habéis encontrado os ha gustado?, ¿que habéis descubierto algo que si no hubiera sido de esa manera nunca le hubierais dado una oportunidad?
A mí sí que me ha pasado.
Por ejemplo he conocido a personas en situaciones muy concretas que no hubiera conocido de otra manera y a la larga han sido parte importante de mi vida.
He aprendido cosas por imposición que después he agradecido saber y que nunca hubiera tenido en cuenta por iniciativa propia.
Me he obligado a mí misma a hacer cosas (nada degradante ni perjudicial para la salud) que no me apetecían en absoluto y que me han sido más útiles de lo que he querido reconocer.

¿Y cuál ha sido mi intención al utilizar la tan conocida y poderosa palabra de 4 letras?
Podría ser la de atraer a lectores que de otra manera no hubieran llegado hasta aquí, con la esperanza de que encuentren algo que les guste y se queden. Pero no es esa.
Mi intención es la de hacer pensar en todas esas veces en las que a nuestra vida llega algo bueno sin esperarlo ni buscarlo, es más, nos llega en un momento en el que estamos decepcionados porque no es lo que queríamos y nos tenemos que conformar.
Puede ser que a lo que nos llega de esta manera le tengamos un aprecio especial, también que no lo valoremos lo suficiente porque ¡para qué, si no es lo que quería!
Aun así es tanto lo que tenemos y que «no queríamos» que vale la pena dedicar unos instantes a pensar en ello.

Os dejo algunas cuestiones que me han ido surgiendo mientras escribía el texto:
¿Qué es más poderoso, el amor o el sexo? ¿Os habéis dado cuenta de que se puede tener amor sin sexo y sexo sin amor? ¿Mejora el sexo si se tiene con amor? ¿Al amor le hace falta el sexo?
Bueno, pues al final la palabra que iba a utilizar solo de título para la entrada ha sido la más repetida 😅