jueves, 25 de abril de 2019

Estoy para eso

Quiero pensar que estoy para eso.
Que como no trabajo, mi trabajo es ese.
Que es normal y lógico que en la asociación en la que estoy, los trámites que hay que hacer en persona en horario laboral los haga yo, porque no trabajo.
Que en los trabajos escolares en los que ayudamos los padres, tenga que adaptarme al horario y ritmo de los demás, porque no trabajo. Que como mi hijo no tiene repaso (porque no trabajo y puedo dedicarle tiempo y ayuda en los estudios) ni un sin fin de extraescolares, tenemos que estar disponibles para los demás durante su poco tiempo disponible.
Como solo entra un sueldo en casa con el que vamos más que justos, no nos podemos ir de vacaciones, ni siquiera de escapadas de un par de días. Por lo que en época de vacaciones como estas, también tenemos que esperar a que los demás vengan de sus vacaciones (merecidas, seguro) y escapadas para poder quedar y hacer un trabajo escolar.
No soy la única que no trabaja, lo sé.
Comparto tareas de la asociación que hay que hacer en horario laboral con una amiga que tampoco trabaja.
Colaboro con madres que además de trabajar hacen un auténtico esfuerzo para ayudar y muchas veces están más disponibles que otras que no trabajan. También colaboro con otras que trabajan, después se dedican a su familia y su casa, y arañan de donde pueden tiempo para ayudar.
Y que sí, que peor lo tienen las que trabajan, me lo imagino.
¿Tengo derecho a quejarme? Creo que sí.
Ni se lo reprocho a los demás ni dejo de hacer cosas que sí puedo porque los demás no pueden. Ya he dicho que es mi trabajo.
También oigo quejarse a los que trabajan y cobran por ello. Por lo que además tienen dinero para en su tiempo libre irse de vacaciones o hacer lo que les de la gana, con lo que tienen menos tiempo todavía disponible para otras cosas.

Al final va a ser que las que no trabajamos sí que hacemos algo.

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