lunes, 15 de abril de 2019

"¿Quién llama a su jefe?"

"-Me parece que hasta ahora no me he dado cuenta de lo complicada que es tu situación. Cuando Linda era pequeña, Mona siempre estaba con ella. Creo que ni una sola vez he tenido que dejar de ir al trabajo cuando era pequeña."

"-¿Cómo están los niños? - inquirió, amable.
-Bueno, los niños siempre se ponen enfermos en el momento menos oportuno - repuso Ann-Britt -. Es algo así como la regla número uno de los Höglund.
Wallander tomó asiento frente a ella, que lo observaba desde su silla.
-Espero que me perdones, pero no me gustaría tener el mismo aspecto que tienes tú hoy... -bromeó la agente-. ¿Has dormido algo esta noche?
-Unas horas.
-Mi marido se marcha a Dubai dentro de cuatro días. ¿Crees que, para entonces, habremos puesto fin a este infierno?
-No.
Ella abrió los brazos, impotente.
-Entonces, no sé cómo vamos a arreglárnoslas.
-Pues, por lo que a ti respecta, trabajarás lo que puedas. Así de sencillo.
-No -rechazó ella-. No es tan sencillo. Pero, claro, los hombres sois incapaces de entender por qué.
Wallander, que en ese momento prefería no hablar de los problemas que Ann-Britt tenía para conseguir que alguien cuidase de los niños mientras ella trabajaba, desvió la conversación hacia lo que había sucedido aquella noche."

Hoy mi hijo mayor no irá al colegio: ayer por la tarde empezó a encontrarse mal y ha tenido fiebre durante la noche. Pero no hay problema, porque como yo estoy en casa no hay que hacer malabares para ver con quien lo dejamos y poder ir a trabajar. O decidir quien de los dos llama a su jefe para decirle que hoy no irá a trabajar. O mandarlo al colegio enfermo con su dosis correspondiente de jarabe porque tenemos que ir a trabajar.
Esta es una de las cosas buenas de que uno de los dos se quede en casa para criarlos.

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