Ayer me caí cruzando por un paso de cebra.
Me parece un paso algo incómodo porque la bajada de una de las aceras es cortita y bastante inclinada, además de tener una palmera justo antes, lo que hace que los conductores no te vean hasta que están casi encima.
Lo estaba cruzando en sentido contrario a esa rampa cuando caí y después de asegurarme que el único coche que venía, por mi derecha, se había parado. Eran las dos del medio día, nadie me metía prisa y había poco tráfico.
Supongo que tropecé conmigo misma, no lo sé. Todavía me puedo ver claramente caer despacio estirando los brazos, apoyar las manos y después el codo izquierdo, en cuyo brazo llevaba la bolsa de la compra con el peso, lo que hizo que me inclinara a ese lado y terminara sentada. La caída fue lenta, tanto que me dio tiempo a preguntarme porqué no podía recuperar el equilibrio y evitar llegar al suelo. También me di cuenta de que no pasaban más coches, ni nadie se acercaba a... ¿lo que sea?
Después de ponerme de pie más rápidamente de lo que había caído y recoger las bolsas para quitarme de en medio terminé de cruzar. Mientras dejaba los bultos en el suelo para recomponerme el coche que había detrás del que me había cedido el paso paró a mi altura para preguntarme si necesitaba ayuda. Con los dos pulgares hacia arriba y mi mejor cara de circunstancias le dije que no y le di las gracias.
No esperaba que saliera la gente en tropel de las casas o bajaran de los coches en marcha para levantarme del suelo. Pero sé que si yo hubiera presenciado eso me habría acercado a preguntar. De hecho yo me he bajado del coche para preguntar a un señor que se cayó delante de mí de la bicicleta al poner mal el pie en el suelo.
No me hizo falta ayuda física, pero sí me reconfortó que alguien mostrara preocupación. Supongo que es una cadena de contradicciones; no espero que alguien se acerque a preguntar pero me sorprende que tan poca gente lo haga, y aunque me da apuro que se preocupen por mí también me hace sentir bien que lo hagan.
No me escuecen los cuatro arañazos que me he hecho, pero sí el orgullo. Curioso como no tuve ganas de llorar hasta llegar a casa y cerrar la puerta, momento en el que unas compuertas se abrieron sin pedir permiso para dejar correr libremente un torrente de lágrimas que no sabía que tenía.
Pero oye, en la bolsa de la compra llevaba dos docenas de huevos y solo se rompió uno. Uno de veinticuatro no está nada mal ¿no? 😂
Caramba, lo siento, Me identifico contigo, yo me he caido varias veces, por escalera, tropezando y mirando una piscina (yo me recuperé pero mi móvil no) y me alegro que solo se rompiera un huevo. Falta humanidad en muchos de nosotros, yo el primero, todos tenemos prisa siempre, y solo pensamos en nosotros. Un abrazo y espero que estés bien, a veces cuando uno se cae a las 24/48 horas se siente uno aun peor que a lo primero.
ResponderEliminarOstras Joaquín, lo de la caída en la piscina tuvo que ser aparatoso.
EliminarPues esperaba estar más dolorida con el paso de los días y resulta que no; salvo una molestia en el hombro y el dolor normal del moratón en la rodilla, nada más. Así que ya ves, entre eso y romper solo un huevo todavía puedo decir que he tenido suerte 😁
Besos.
MIentras no te rompieras tú, está bien. Manda huevos.
ResponderEliminarUn poquito me he roto, no lo voy a negar, pero no se ve desde fuera.
EliminarBesos.
Ainss amiga mía, yo me he caído varias veces en la calle. Una de esas veces, un amable joven intentó levantarme, y he dicho bien... "intentó". Lo cierto es que por suerte no me hice daño y la risa (nerviosa) me hacía aún más pesada, pero en fín, se lo agradecí infinitamente. Espero que hoy estés mejor, ánimo y un beso :D
ResponderEliminarHoy estoy como si nada Margarita. Alguna molestia, pero nada más. Eso sí, creo que voy a evitar ese paso de cebra durante bastante tiempo...
EliminarBesos.
Qué femenina, mola! Lo digo por llegar a casa y abrir las compuertas del llanto, jajaja, eso sólo os pasa a las mujeres (creo, vamos). Yo soy de esos pocos que nombras que ayudan, y no veas si me miran como a un bicho raro, pero al menos en mi tierra todavía queda bastante gente que ayuda en esos casos. Como no tenemos nada de especial con el tiempo acabaremos siendo como los de otros sitios: modernos y a lo nuestro.
ResponderEliminarUn beso, caer nos caemos todos y lo de la cámara lenta me hace reír, las caídas son así, da tiempo de pensar un montón de cosas, es increíble.
No sé si es cuestión de ser femenina, pero me mola que te mole. Aunque no sé por qué me parece que igual no esté bien visto en estos tiempos que corren. Pero me da igual.
EliminarLo bueno de las caídas es poder reírse después de ellas.
Besos.
Me ha encantado leerte y recordar miles de caídas que como vos me han pasado, en ese momento las contaba y me reía Ahora como vos me cuestiono hasta la humanidad y al peligrosidad de la caída, ya somo mujeres de cierta edad... Besoos !!
ResponderEliminarJa, ja, ja...
EliminarMuy cierto lo de la edad, una ya no se recupera igual de rápido de ciertos impactos, y eso si se recupera totalmente.
Besos.
A mi las veces en que me he caído me ha dado tanta vergüenza que me levante tipo flecha😅
ResponderEliminarQue suerte que no te has hecho nada, pero es un sacudon emocional, creo yo, cuando ves que se te va el piso.
Besos y el angel de la guarda se distrajo esa vez😉
Creo que lo de la vergüenza disminuye con los años, puede más la sacudida emocional que comentas.
EliminarYo creo que mi ángel de la guarda estaba confiado, no suelo darle motivos para preocuparse.
Besos.
Me alegro de que no fuera nada. Un beso
ResponderEliminarMuchas gracias Susana.
EliminarBesos.
Yo he tenido varias caídas en plena calle y te entiendo completamente. El mantener el tipo hasta llegar a casa y ahí, dejar rienda suelta a las emociones. ¿Qué me ha pasado, cómo me he caído...? También tienes razón en lo que dices. Se está perdiendo la empatía y las buenas formas. No miramos a nuestro alrededor cuando vamos por la calle. No va con nosotros lo que les pase a los demás. ¡Me alegra que no fuera nada!
ResponderEliminarEl caso es que hasta llegar a casa no fui consciente de lo nerviosa que estaba.
EliminarCuando caí en la cuenta de que llevaba huevos palpé la bolsa por encima y al no notar nada extraño esperé a llegar a casa y comprobar los daños... No pude hacerlo hasta que dejé de llorar 😅
Besos.
La última vez que me caí iba a un concierto con mi hija y mi pareja y había llovido. Resbalé y caí totalmente de culo. Me dio risa, pero recuerdo que pensé que si llego a llevar dos vinos, les echo la culpa y me muero de la vergüenza. Somos complicadas, las personas: sentimos emociones que nuestros propios pensamientos subjetivos nos provocan.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues caer de culo, incluso aunque se tenga carne para amortiguar la caída, duele un montón.
EliminarYo supongo que tropecé conmigo misma, o iba tan inmersa en mis cosas que se me olvidó cómo andar 😂
Besos.
siento tu caída, sobre todo por el susto a ser una zona por donde pasaban coches. en ese bordillo-rampa, tal como lo describes, a más de uno/a le habrá pasado lo mismo. los que diseñan las ciudades deberían tener en cuenta esas cosas.
ResponderEliminaryo soy muy propenso a caerme. una de las muchas veces que me pasó, hubo alguien que me dijo "estás bien?? casi te das en la cabeza con la farola!!". casualmente llevaba un ramo de flores que no sufrió daños. un par de minutos más tarde me crucé con un captador de socios de una ong, y me dijo queriendo hacerse el gracioso: "esas flores son para mí??". entre el susto que llevaba por la caída y el rechazo que me produce esa gente y sus tácticas para atraer la atención, tuve que hacer un gran esfuerzo de autocontrol para limitarme a ignorarle y seguir mi camino.
besos!!
De hecho en ese paso de cebra, en la parte de la rampa-trampa, hace años resbaló una señora al lado de mí y mi hijo y yo la ayudamos a levantarse. Quizás por eso me incomoda tanto cruzarlo.
EliminarMe imagino la escena de explicas del ramo de flores y un final alternativo en el que el captador de la ong termina con él de sombrero.
Besos.
Manda huevos, pero sí, así somos la gran mayoría y que cada cual se escape por donde pueda. Cada vez más brilla la falta de empatía en nuestra sociedad. Me has recordado a la primera vez que me caí en un paso de peatones. Porque han sido varias, el caso es que cuando llueve, al menos en mi ciudad, la pintura previa al paso que esta en la acera, resbala más que un tobogán de un parque acuático. De ahí que como yo siempre voy revoleá, haya acabado de culo en mitad del paso de peatones en más de una ocasión. Pero aquella vez fue que se me agarró la suela de la deportiva al suelo al intentar cruzar ligero y caí de boca. El trafico estaba parado en ambos sentidos, con muchos coches además. Y te puedes creer que el cabronazo que estaba en primer lugar me empezó a pitar para que me quitara de en medio. Así que hice todo lo posible por ir más lenta que parada. Vamos que me atravesé todo el paso a cuatro patas echándole la cara dura que me sobra. Pues ni así le dio a nadie por bajar del coche y preguntar. Y sí, te entiendo, porque a veces hay cosas de nuestra especie que solo llorando se consiguen comprender. Que asco de sociedad estamos dejando como ejemplo a las generaciones venideras... menos mal que la faena solo quedo en un huevo, porque realmente hay que tener huevos para vivir en medio de tanto antisocial.
ResponderEliminarBeso y espero que estés bien.
Yo creo que si el coche que me cedió el paso me pita para meterme prisa igual me pongo a llorar allí mismo... O saco los huevos y entonces sí que no se salva ninguno de los 24. ¿Te imaginas? Pero no vale la pena, y más con lo cara que va la comida.
EliminarA veces es más sencillo aceptar que no vamos a comprender el mundo que nos rodea que intentar entenderlo.
Besos.
Yo en un semáforo también me caí, me dice mi acompañante (un cliente): ¡corra! (para salvar el semáforo). Y corrí, pero me caí en medio del cruce de la plaza de Neptuno (yo vestida de pitiminí), con todos los coches que vienen de las Cortes, los del Paseo del Prado, los turistas... todo el mundo parado, observándome, mi cliente en la otra punta de la plaza que no veía donde me había quedado yo. Nadie me ayudaba. Hasta que me levanté, recogí mi bolso, portafolios... Ahora que a mí me dio un ataque de risa que no podía hablar.
ResponderEliminarLa vida hay que tomarla con humor. No te pasó nada, pues ya está.
SAludos.
He llegado a pensar que igual que me apura que me ofrezcan ayuda habrá a quien le de apuro ofrecerla, precisamente porque le pase lo mismo. Pero hay circunstancias en las que hay que superar el apuro.
EliminarEl humor es importante, sobre todo con el paso de los años y el aumento de posibilidades de sufrir situaciones embarazosas.
Besos.
Pues uno de veinticuatro es una suerte única. A mí me ha pasado sin caídas que he llegado y me he encontrado alguno ya roto de doce. Te diría que has tenido mucha suerte de no ser porque la suerte también estaría en no caerse pero vamos, que tu pequeña tragedia ha sido suave.
ResponderEliminarNo te gusta que te vean en esa vulnerabilidad, por eso no quieres ayuda. Algo relacionado con sentir vergüenza imagino. Te gusta que la gente se preocupe así que te reconforta la misma ayuda. No hay incoherencia.
Lo importante es que has salido bien de esa. Besos
Creo que más que no haya incoherencia es que tú me entiendes. Tan sencillo y tan importante como eso.
EliminarBesos.
Las caídas duelen, sino físicamente, lo hacen en el orgullo.
ResponderEliminarPero es de destacar que tuviste una rápida reacción, al poder poner las manos adelante, atenuando la caída. Y sobre todo, llevando bolsas.
Y la mayoría de los huevos llegó. No es poco mérito.
Besos.
La verdad es que si echo la visa atrás no fue para tanto y dentro de lo malo podría haber sido muuuucho peor XD
EliminarAun así espero tardar mucho en volverme a caer.
Besos.
Yo es que vivo en el suelo
ResponderEliminarme caigo mil veces
por escaleras, bordillos, calles mojadas, taburetes
no sé si es que me pesa mucho la cabeza
y me hace mal el contrapeso o qué.
Es como todo la primera duele
pero luego te vas acostumbrando
y luego hasta te lo pasas bien
y te lo tomas con humor
Tengo varios posts de caidas truculentas. te pongo un par:
http://elchicodelaconsuelo.blogspot.com/2011/05/el-puente-del-2-de-mayo-el-final.html
http://elchicodelaconsuelo.blogspot.com/2019/02/cuando-hay-que-dejar-las-oposiciones.html
Bsss
¿Por qué será que todas las caídas son a cámara lenta? Cuando lo que quieres es que ya que ha empezado termine lo más rápido posible.
EliminarSi tengo que caerme más veces para llevarlo mejor, creo que paso. Eso sí, si no puedo elegir y empiezo a estar en el suelo más que de pie, tendré que hacer un esfuerzo por reírme más de mí misma.
Besos.
La vergüenza de la vulnerabilidad que tienen las caídas es impresionante. Uno se levanta desmontado como un resorte mas preocupado de mirar si nos ha visto alguien que preocupados por si nos hemos hecho algo pero si alguien lo hace, reconforta tanto...
ResponderEliminarEso si, ya nos dirás como hiciste para no romper mas de un huevo!
Un beso!
Lo de los huevos no me lo explico, la verdad. Además, mientras caía ni siquiera pensaba en la clase de compra que llevaba en la bolsa, simplemente caí despacio y elegantemente (¿puede caerse alguien elegantemente?). Fue ya de vuelta a casa cuando pensé en los huevos y palpando la bolsa, sin querer mirarla, no noté nada que mereciera pararme en medio de la calle.
EliminarCuando llegué a casa lloré primero por los nervios, después de risa al ver que se habían salvado casi todos los huevos. Creo que los verdaderos protagonistas de esta historia.
Besos.
Ay, pobre!! Yo soy un pato mareado y me caigo a menudo. Y lloro mucho siempre. Una vez, admirando el paisaje francés, me tragué un bolardo roto y caí cuan larga era. Además de la vergüenza, me suelo torcer el tobillo y hacer algún rasponazo en rodillas o manos, así que mal, muy mal. A mí lo que me da rabia es que enseguida viene alguien que quiere levantarme a toda costa, cuando yo aún no tengo las rodillas o los tobillos en condiciones de ponerse derechos. Qué necesidad hay de que yo no esté un ratito recuperándome en la acera?? Que no me están salvando de la lava de un volcán!!!
ResponderEliminarLo del único huevo roto es prácticamente magia!
Besitos
Ja, ja, ja...
EliminarEso también Rosana, que vengan a ayudarnos con toda la buena intención del mundo y ya sea por una cosa o por otra nuestro cuerpo no responda. Pero se agradece el gesto.
Lo de los huevos... Todavía no me lo explico 😂
Besos.
Te entiendo perfectamente. A mí en vez de llorar me da por soltar todo tipo de palabrotas. Lo tuyo es más elegante.
ResponderEliminarBienvenida Amaranta.
EliminarLo de las palabrotas lo hago poco, supongo que por eso cuando lo hago me desahoga tanto ;-)
Besos.
Casi un mes después, espero que estés recuperada. Menos mal que sólo fue el huevo lo que se rompió. En esas caídas es fácil hacerse daño.
ResponderEliminarUn abrazo.
La verdad es que me hice poca cosa. Lo único que todavía me queda de aquel día es el miedo a cruzar por ese paso de cebra. Y pensar que he estado años cruzándolo porque es por el que pasaba para llevar a mis hijos al colegio...
EliminarBesos.