Hoy quisiera ser depredadora, fiera hambrienta, cruel y sin entrañas que se alimenta de sus iguales y de las crias de éstas.
Hoy quisiera ser salvaje, mamímero sin civilizar al que tienen miedo por sus reacciones desproporcionadas.
Hoy quisiera ser mal educada, persona vulgar con la que no se puede mantener una conversación porque no entra en razones y solo utiliza gritos y palabrotas para expresarse.
No quiero ser otra persona, pero hoy quisiera ser diferente a como soy.
Hoy soy una madre herida y dolida porque no la han atacado a ella directamente, y sin embargo han despreciado lo que más valor tiene para ella.
Hoy soy una madre arrepentida de no tener mal genio, por no perder los nervios delante de mi hijo agrediendo a otro adulto.
Hoy he llorado porque he hecho llorar a mi hijo intentando hacerle entender que los adultos a veces somos crueles con seres indefensos, pensando que lo que hacemos es defender a los nuestros.
Hoy me decepciona ver como los adultos condenamos a los niños con nuestras acciones, cómo les ofrecemos errores y malos comportamientos de los que aprender y ningún dialogo o razón para pensar. Como nos defendemos mordiendo sin pararnos a pensar si hemos pisado nosotros primero.
Hoy estoy enfadada conmigo misma por no saber sacar fuerzas de flaqueza para rugir y sin embargo me debilito ante la maldad humana.
Hoy cambiaría lágrimas por gritos, nervios por rabia, angustia por ceguera.
Hoy vuelvo a desconfiar de la gente, a mirar de reojo a mi alrededor, a sentir que me observan y me juzgan.
Hoy, y siempre, prefiero sufrir yo a que sufra él.
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