Esta madrugada Rodrigo se ha dado la vuelta dormido, se ha puesta cara a mí, y a la vez que ponía su mano sobre mi cara me ha dado un beso; todo esto dormido.
Estos momentos, estas muestras de cariño, no tienen precio. Son la recompensa a todos los esfuerzos, la cura de todos los males, el agradecimiento a mi dedicación, una declaración de amor...
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