Me queda poco ya; el 29 de Enero es mi FPP. Así que aquí estoy, disfrutando de esta enorme tripa.
Me gusta estar embarazada, me siento bien. Se me apacigua el carácter y me encuentro con más energía. Además, me encanta verme con tripa de embarazada, y me hago gracia a mí misma cuando me veo desde fuera, con mis andares inestables de mamá pata.
Me río cuando abro la puerta del armario y choco con mi tripa, o cuando me quedo atascada al intentar pasar por algún sitio más estrecho de lo que parecía para lo que yo ocupo ahora o, simplemente, cuando llega mi barriga antes que yo...
El único momento en el que quiero dejar de tener esta enorme panza es cuando cojo a Rodrigo y me doy cuenta de que él ya pesa demasiado, y yo aguanto muy poco.
Como he tenido un embarazo tan bueno no he tenido que privarme prácticamente de nada a la hora de jugar con él, de cogerle o llevarle cuando me lo ha pedido, pero claro, ahora es más querer que poder, porque sino se puede, no se puede. Pero bueno, el lo entiende y es super comprensivo con mi estado, y si le digo que no puedo hacer algo no insiste, incluso es el quién muchas veces va con cuidado por el bebé.
De todas formas ya me queda poquito para recuperar mis dimensiones normales, llevar pantalones sin una cintura elástica de 20 cm, y poder correr y jugar como antes con mi chico.
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